Para los Grupos CREA, se aproxima una gran siembra de trigo

Según una encuesta de CREA, un tercio de los productores del país incorporará cultivos de fina en la próxima campaña agrícola, principalmente trigo. Es el nivel de intención más alto desde que comenzó el relevamiento cuatrimestral.

A pesar de que la cosecha 2024/25 cierra con rendimientos inferiores a los esperados, aunque mejores de lo previsto durante la sequía de enero, las perspectivas para la próxima campaña comienzan a encender el optimismo en el campo. Así lo refleja la última edición de la encuesta SEA, realizada por los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA), que anticipa una fuerte siembra de trigo.

El sondeo, que relevó la opinión de 1.390 empresarios y 207 asesores, muestra que el 33% planea incorporar cultivos de granos finos en su rotación para el ciclo 2025/26, principalmente trigo. Se trata de un aumento de tres puntos porcentuales respecto al año anterior, y la intención más alta desde que CREA realiza esta encuesta.

El factor clave detrás de esta tendencia, según explicó Ariel Angeli, líder del área de Investigación y Desarrollo de CREA, es la buena disponibilidad de agua en los suelos.

“Gran parte del entusiasmo por la campaña fina 2025/26 se explica por las óptimas reservas de humedad presentes en muchas regiones agrícolas. Con el tanque lleno en el suelo, el impulso natural de los empresarios agrícolas es aprovechar al máximo ese recurso para intentar transformarlo en producción y riqueza”, sostuvo.

El informe también señala que, aunque los resultados económicos de la campaña que está terminando no fueron los mejores, prevalece una visión favorable hacia el ciclo que viene. El 48% de los empresarios agrícolas esperan una mejora en los resultados económicos, aunque solo el 17% prevé subas en los precios de los granos.

El escenario actual, sin embargo, presenta varios desafíos. CREA advierte que, con los derechos de exportación al 26% sobre el poroto de soja (vigentes hasta mitad de año), el negocio de la soja de primera solo resulta rentable en algunas zonas del centro del país.

“Con el nuevo contexto macroeconómico, las actuales condiciones financieras y relaciones de precios, el negocio agrícola debe resultar viable desde lo económico porque, de lo contrario, se plantea una descapitalización que impactará en la sostenibilidad de las empresas agrícolas”, explicó Angeli.

El panorama para el maíz tampoco es alentador. A pesar de los buenos precios internacionales, en el norte argentino se proyecta una renta negativa debido al impacto de las retenciones. El resultado promedio estimado para el maíz a nivel nacional en 2024/25 es de 77 dólares por hectárea, un valor considerado insuficiente frente a la fuerte inversión que exige ese cultivo. Además, las condiciones climáticas adversas afectaron especialmente al norte del país, donde las pérdidas por falta de lluvias se suman a los problemas sanitarios de la campaña anterior.

En este marco, la encuesta muestra una brecha negativa entre lo presupuestado y lo finalmente obtenido: en el caso del maíz temprano, la diferencia es de 10 puntos porcentuales, mientras que en soja de primera, maíz tardío y sorgo, ronda los 8 puntos.

Pese a este contexto complejo, el relevamiento refleja una visión esperanzada entre los productores. El 72% considera que la situación económica del país es mejor que un año atrás, y el 68% cree que continuará mejorando. En cuanto a sus propias empresas, el 45% afirmó estar igual que hace un año y el 34% en una mejor situación.

De cara al futuro, el 39% espera mantenerse y el 54% mejorar. “La diferencia entre las expectativas a nivel general versus las correspondientes a la propia empresa muestran que una porción de los encuestados espera señales en materia microeconómica”,
analizó Angeli.

Consultados sobre si es un buen momento para invertir, el 25% respondió afirmativamente, mientras que el 39% consideró que aún no es oportuno.

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