Preocupa el fuerte retroceso de los precios de la soja y el maíz

Los precios de la soja retrocedieron casi un 25% y los del maíz un 28%.

Desde los máximos nominales alcanzados en el último tiempo, los precios de la soja retrocedieron casi un 25% y los del maíz un 28%. Un dólar fuerte junto con hojas de balance más holgadas explica las caídas.

En un contexto de mayor fortaleza del dólar, el cierre de posiciones por parte de los fondos de inversión amplifica la volatilidad de los precios de la soja y el maíz. Además, a esto se le suma la incertidumbre climática en Estados Unidos justo cuando la mayor parte de los lotes de los cultivos de verano ingresan en períodos críticos para la determinación de rindes; y también un nuevo Informe Mensual de Oferta y Demanda Global de Productos Agrícolas publicado por el USDA esta semana.

Fuerte caída en los precios internacionales

Tomando el caso de la oleaginosa, la evolución de las cotizaciones de soja en Chicago mostró una gran variabilidad desde inicios de 2020, pasando de mínimos a los máximos registros desde agosto de 2012. Respecto de la campaña 2021/2022, luego de haber alcanzado un máximo de U$S 650/t a mediados de junio de 2022, las cotizaciones de futuros comenzaron a retroceder hasta U$S 493/t el 12/07/2022, implicando una caída de U$S 150/t o del 24% en el último mes.

Los precios de la campaña 2021/22 del poroto ya se encuentran tocando las cotizaciones de la anterior campaña para el momento del año, después de haberse mostrado muy superiores a los registrados al momento de tomarse la decisión de siembra. El mismo movimiento se replicó en los precios del maíz. Después de llegar a US$ 318/t a fines de mayo, los granos amarillos cedieron casi U$ 90/t y el martes último llegaron a cerrar en US$ 230/t.

Las bajas en las cotizaciones de futuros del último mes y medio se explican por el impacto del valor del dólar, y la fortaleza exhibida por éste a lo largo de todo el primer semestre del año. También supone un peso importante la variabilidad de la demanda China y los balances de oferta y demanda con saldos históricamente ajustados, pero con previsiones de estar más holgados en comparación con la campaña 2021/22.

Además, las previsiones del clima juegan un rol primordial en meses donde Estados Unidos está siguiendo de cerca los monitores de sequía en las zonas productoras clave. También los posibles cambios en las políticas relacionadas con el sector agropecuario, como son los mandatos de corte de biocombustibles y la industria de los derivados es otro factor que explica los precios.

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