El Gobierno envía señales al campo

El ministro de Agricultura visitó Casa Rosada, donde se reunió con el Jefe de Gabinete y más tarde fue a la Quinta de Olivos a dialogar con el presidente. De ambas reuniones hay fotos y todo indica que está enviando señales al sector agropecuario. Expectativa por anuncios.

El ministro de Agricultura, Julián Domínguez, se mostró activo y desplegó hoy una agenda de reuniones encaminada a destrabar el conflicto generada por las restricciones a las exportaciones de carne vacuna. Por la mañana, fue recibido en Casa de Gobierno por el Jefe de Gabinete, Juan Manzur, y más tarde se trasladó a la Quinta de Olivos, donde se reunió con el presidente Alberto Fernández.

Al término de ambos encuentros, y mediante un comunicado de la cartera agropecuaria, Domínguez señaló: “El presidente de la Nación me encomendó trabajar para recuperar el diálogo como herramienta clave para el progreso y el cuidado de la seguridad alimentaria de los argentinos y de las argentinas”.

En su primera semana como titular de la cartera agropecuaria, con la cuestión de la exportación de carne por resolver, el ministro se reunió con técnicos de las entidades del campo en dos oportunidades, mostrando activismo para encontrarle salida al conflicto, sin generar un aumento de los precios de la carne al consumidor. Protagonismo que, a un ritmo más cansino, había tenido hasta ahora el ministro de Desarrollo Productivo, Matías kulfas.

Según versiones periodísticas, en la reunión con los técnicos de las entidades el Gobierno entrecruzó información sobre cómo está la cadena de ganados y carnes y manifestó que el Gobierno estudia medidas que serían anunciadas el martes en la reunión de Domínguez con los titulares de las entidades del campo. No se descarta que también haya contacto con gobernadores, que en las últimas horas reclamaron eliminar las restricciones. Una de las medidas que se anunciaría podría ser una apertura gradual de las exportaciones de carne de vaca a China.

La premura de resolver el conflicto está motivada no solo por cuestiones económicas, debido a los menores ingresos por exportación, la pérdida de turnos y horas de trabajo e incluso los incipientes despidos de personal en los frigoríficos, sino también por motivaciones políticas. Un análisis de los resultados de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 12 de septiembre mostró que la prohibición inicial y las algo más leves limitaciones posteriores provocaron un nivel de malestar que se reflejó en los resultados electorales en Entre Ríos (donde el oficialismo perdió por amplísimo margen) y La Pampa, una provincia donde el peronismo estaba prácticamente invicto desde el retorno de la democracia.

Sergio Ziliotto, el gobernador pampeano, estuvo durante la semana en la Casa Rosada, donde fue recibido por Manzur. Posteriormente, también se reunió con Domínguez, que de entrada mostró gestos amigables hacia el sector. Además, al igual que sus pares de Entre Ríos, Gustavo Bordet, y de Córdoba, Juan Schiaretti, el jefe de Estado pampeano respaldó abiertamente el reclamo del sector rural para que se liberen las exportaciones cárnicas de manera inmediata. Córdoba es una causa perdida para el oficialismo, pero La Pampa y Entre Ríos son colinas que pretende reconquistar en las elecciones legislativas de noviembre.

En las PASO en Entre Ríos, en las que votó el 72,4% del padrón, Juntos por el Cambio se impuso en todos los departamentos de la provincia y se impuso por amplísimo margen en el agregado provincial: 52% contra 39,5% del Frente de Todos. En La Pampa la participación fue de poco más del 69% y Juntos por el Cambio se impuso al oficialismo por poco más de diez puntos: 48,8% a 38,3 por ciento. Dos derrotas que el oficialismo no esperaba, y menos por semejantes márgenes.

En la reunión de la Mesa de Enlace con Domínguez, que tendría lugar el martes, la carne es el tema número uno, pero los representantes de la producción todavía dudan si el flamante funcionario dará el volantazo, ya que en la parte final de la campaña electoral por las PASO, tanto el presidente como la vicepresidente Cristina Kirchner defendieron el cepo argumentando que había estabilizado los precios al consumidor en julio y agosto pasado.

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