Así lo revela el último informe climático de la Guía Estratégica del Agro (GEA), la institución técnica que pertenece a la Bolsa de Comercio de Rosario.
El índice que evalúa la anomalía de la temperatura superficial del océano (ONI) para “el mes de julio no alienta una evolución a neutralidad plena en verano”, explica Aiello. “El valor pasó de -0,5 en junio a -0,4 en Julio. Si bien indica escasa influencia del forzante sobre el régimen pluvial de Argentina, llevamos casi ocho meses con valores ascendentes pero negativos. Y no hay señales de cambios significativos: el océano en esa zona se mantiene moderadamente frío”.
Alfredo Elorriaga, consultor de GEA agrega: “los organismos internacionales cambiaron la proyección y muestran una probabilidad de evolución a “Niña” del 68%. El análisis de los registros históricos de índices similares de temperatura superficial (en la transición otoño/invierno/verano) muestra que en un 80% el forzante volvió a evolucionar en un enfriamiento o en un nuevo evento Niña, generalmente moderado o bajo”. “Si bien los datos estadísticos van en ese sentido, es muy pronto para asegurar que el semestre cálido estará afectado por un evento seco, o de lluvias por debajo de la media. Es necesario esperar la evolución de los indicadores durante el mes de agosto para proyectar una tendencia definitiva”, concluyen los especialistas.
El océano Atlántico podría volver a auxiliar a la gruesa Argentina
El forzante que se ha transformado en un gran aliado y salvador de las últimas dos campañas gruesas de Argentina podría volver a jugar a favor. Elorriaga lo explica diciendo que “el Atlántico presenta una realidad muy diferente (al Pacífico): la temperatura superficial actual es más elevada que la normal. De seguir ásí durante la primavera podría compensar en parte la eventual posibilidad de un nuevo evento Niña con lluvias por debajo de lo normal”.
¿Por qué nevó en Brasil y las mínimas en Chaco fueron más bajas que las de Ushuaia?
“El evento de bajas temperatura y nevadas que ha afectado al centro y sur de Brasil y también a Argentina es un fenómeno de tiempo extremo”, explica Aiello. “En el caso de Brasil, el fenómeno fue extremadamente anómalo y se produce en una situación de extrema sequía con impactos negativos en los sistemas productivos y particularmente en la hidrología”. La intensa circulación de aire frío llegó a su punto máximo el día 29 de julio, cuando los registros bajo cero invirtieron su distribución territorial en Argentina. Con valores de hasta -7ºC, la temperatura mínima registrada en Chaco fue mucho más baja que la de Ushuaia (+5ºC). En esta semana, el cambio de circulación al sector norte no aumentó el ingreso de humedad hacia el centro el país como suele suceder. Esto limitó la posibilidad de lluvias en el arranque de agosto.
¿Cómo se están comportando las lluvias del invierno?
«Regular a mal, el comportamiento está bastante por debajo de lo que se esperaba hasta hace un par de meses», destacan los especialistas. Las lluvias de la primera mitad del invierno de este año están muy por debajo de los acumulados medios históricos de los últimos treinta años, tal como pasaba en el 2020. Las diferencias se ven en Buenos Aires y La Pampa que, a pesar de la influencia del evento Niña, a esta altura del invierno del 2020 no solo alcanzaban sino que superaban los valores medios estadísticos del periodo.