El presidente de la Cámara Argentina de Feedlot, Juan Eiras, alertó sobre las consecuencias que ha recibido este segmento desde mayo de este año, cuando los criadores tuvieron grandes restricciones para vender vacas de descarte y ese fue uno de los eslabones más afectados dentro de la cadena de carne bovina.
A su vez, el dirigente explicó que los engordadores a corral, han sido la otra punta dañada ya que se encuentran en el último tramo de llegada al frigorífico, luego del periodo de terminación más o menos intensivo. “Hemos sido dañados con una baja de precios en el orden del 13 al 14%, algo así como más de 500 millones de pesos en pérdidas para el sector, desde el quinto mes del año hasta la fecha», dijo.
Además, señaló que habría que sumarle la inflación, “que nos lleva a un retraso importante y una situación crítica”.
“No solo es esta baja el problema, ya que también debemos considerar que en el mismo período se ha venido dando una suba constante durante todas las semanas de la invernada que es el 70% de nuestra inversión, mediante la compra de la vaquillona, los terneros y novillitos para el engorde”, agregó.
Esta situación, por distintos motivos “ha tenido una firmeza inusual, que es bienvenida para que el criador pueda aprovechar estos precios de vender a 200 pesos el kilo vivo”, indicó. Sin embargo, “para reponer se necesitan 250 y ahí está la ecuación que realmente no cierra”, remarcó Eiras.
El empresario dijo que la resolución no distiende el precio de las categorías que se hacen dentro de un corral. “La gran discusión para nosotros, es pensar que el precio razonable de un novillo de consumo es de 190 pesos el kilo vivo”.
Según planteó “Eso es una utopía, porque si bien se está vendiendo en esos valores se generó en un proceso de recría y en búsqueda de un precio y un mercado que no es este”.
Es decir, “quien crea que va a haber productores o feedloteros haciendo un novillo de 400 o 420 kilos para consumo y para venderlo en ese precio, está viendo una película equivocada”, enfatizó Eiras agregando que no es algo razonable, ya que no cubre los costos.
A su tiempo, explicó que un novillito recriado para engordar vale 230 pesos mínimo (más IVA) y hacer un kilo de ese novillito tiene un costo de 200 pesos. “Es difícil poder tener un negocio para vender ese animal en 190 pesos. Son precios que en la compra son más gastos y fletes y en la venta son menores”.
No lo vemos
Esta semana, el directorio de la Cámara Argentina de Feedloteros, participó de una reunión con los representantes del ministerio de Agricultura de la Nación. En ese marco, participaron varias asociaciones, la mesa de maíz dentro del Consejo Agroindustrial Argentino y otras entidades.
En el encuentro se habló de las restricciones a la exportación del grano y el mecanismo de traba indirecta hacia la comercialización, ya que hay que declarar comprador y embarque dentro de los 30 días.
“La tensión del encuentro se trasladó a la pérdida de un valor nominal para el maíz, que puede estar en el orden de los 8 a 10 dólares, y que en la práctica no se registra en el consumo”, dijo Eiras.
De ese modo, “un pollero, feedlotero o productor de cerdos que sale hoy a comprar mercadería disponible (maíz) con plazo; ve que la baja no se ha reflejado ya que se siguen pagando 200 o 205 dólares por tonelada, según la condición”, agregó.
Por ahora, los dueños de los feedlot, consideran que es muy difícil ponerse de acuerdo en cómo resolverlo. Es más, advierten que el mundo está dispuesto a comprar todo lo que los argentinos producimos, sobre todo en maíz y trigo.
“Nosotros entendemos que más allá de esto, hay un gobierno que no acepta una esquema de política hacia el sector, donde se pueda vender todo para después si falta importarlo como hacen muchos países liberales o de libre comercio”, sentenció el dirigente apuntando que se lleva años discutiendo y no se arma un mecanismo a largo plazo para solucionarlo.
Según Eiras, el gobierno no quiere que se exporte a riesgo de complicar la situación interna, aunque sin embargo, no se da cuenta que todo deriva en bajas rentabilidades, resultados negativos y un desaliento a la producción.
“Nosotros tenemos un 60% de los feedlot con o sin ingresos, pero en proceso de vaciamiento. Es algo así como 960 mil cabezas de hacienda menos en engorde a corral”, dijo y planteó que “se complica porque en definitiva, en el corto plazo, van a faltar más kilos de carne, en la misma cantidad de stock”.
“El precio del novillo mediano no es rentable, por lo tanto muchos animales se van a terminar más livianos que de costumbre”, concluyó el titular de la cámara. Fuente: diario La Capital