Un trabajo de la Universidad de Cambridge, determinó que dicho patrón de alimentación no aporta beneficios significativos en ese sentido, es decir, no hay evidencia suficiente de que disminuya la tasa de infartos o eventos cardiovasculares.
Universidad de Cambridge, publicado en «The Journal of Nutrition, sostuvo que la evidencia científica existente acerca del impacto de la dieta vegana sobre el riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) no permite confirmar que esta clase de patrón de alimentación aporte beneficios significativos en ese sentido.
Bajo el título «Una revisión sistemática de la asociación entre las dietas veganas y el riesgo de enfermedad cardiovascular», los investigadores de Cambridge concluyeron que ninguno de los estudios incluidos en la revisión «informó un riesgo significativamente mayor o menor de cualquier resultado cardiovascular para las personas que siguen una dieta vegana».
Para los autores, las dietas a base de vegetales experimentaron un aumento de su popularidad en los últimos años debido a preocupaciones relacionadas con el medio ambiente, el bienestar animal, y por los beneficios para la salud percibidos.
«Sin embargo los méritos de las dietas a base de plantas comparadas con otras dietas para el manejo y la prevención de las enfermedades cardiovasculares fueron objeto de un intenso debate», apuntaron.
«Lo que sabemos hoy, es que todavía no sabemos lo suficiente», señaló el doctor Gonzalo Díaz Babio, médico cardiólogo de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA) y destacó que «todavía no hay evidencia suficiente que asocie a las dietas veganas con una menor tasa de infartos o eventos cardiovasculares».
«El trabajo de la Universidad de Cambridge -publicado el 8 de abril- es el más grande, debido a que lo que hace es juntar muchos estudios más chicos, para que su conclusión sea un poco más rica», explicó el cardiólogo y consideró que «probablemente haya datos más precisos en los próximos años».
El trabajo revisó siete estudios que incluyeron alrededor de 73.800 participantes, de los cuales al menos 7.661 eran veganos. En la revisión sistemática se examinó el riesgo de eventos cardiovasculares (enfermedad cardiovascular total, enfermedad coronaria, infarto agudo de miocardio, accidente cerebrovascular (ACV) total, ACV hemorrágico y ACV isquémico) en personas que siguieron una dieta vegana en comparación con las que no.
«Ninguno de los estudios informó un riesgo significativamente mayor o menor de cualquier resultado cardiovascular», enfatizaron. Respecto de lo que sí se sabe de la alimentación que beneficia la salud cardiovascular, Díaz Babio apuntó que las dietas con menos consumo de grasas, menos calóricas y más consumo de fibras contribuyen a lograr menores niveles de colesterol, lo que a su vez favorece tasas más bajas de obesidad, mejor perfil glucémico (menos azúcar en sangre) y menores valores de presión arterial.
«Se sabe también que conviene disminuir la cantidad de alimentos ultraprocesados lo máximo posible y optar por una alimentación natural – esto no solo se refiere a una dieta rica en frutas y verduras, sino que incluye las proteínas de la carne-«, agregó el cardiólogo.
Para el especialista «incorporar la mayor cantidad de alimentos naturales, con el menor nivel de procesamiento, es decir, una alimentación variada y natural es un gran salto de calidad» y aconsejó a quienes quieran seguir cualquier tipo de dietas «consultar con un especialista para no perder nutrientes en esa dieta».
Los investigadores pusieron de manifiesto que si bien se encontró que la dieta vegana se asocia con ciertos cambios beneficiosos en factores de riesgo cardiometabólicos, como menores índice de masa corporal (IMC), niveles de colesterol total, niveles de glucosa, inflamación y presión arterial, en comparación con las dietas omnívoras, por el contrario, «los niveles de nutrientes como EPA, DHA, selenio, zinc, yodo y vitamina B12 son significativamente más bajos en los veganos en comparación con los no veganos, lo que de manera similar puede tener efectos adversos para la salud cardiovascular».