El viernes el juez de la causa Fabián Lorenzini rechazó el plan de pagos de Vicentín, por lo que representa un revés para la empresa al abrir el denominado «período de concurrencia». Además, rechazó las impugnaciones que habían presentado el Banco Nación y la AFIP. Vaivenes de una novela que comenzó apenar Alberto asumió la presidencia.
Finalmente, en un dictamen conocido el pasado viernes, el juez Civil y Comercial de Reconquista, Fabián Lorenzini, resolvió rechazar la homologación de la propuesta de acuerdo con los acreedores que había presentado la propia empresa agroexportadora, y ordenó el inicio del proceso de cramdown, es decir, el salvataje.
Con esta medida, se cayó la venta de la empresa a Viterra, Bunge y ACA, que pretendían Vicentín. De todos modos, si a ese grupo le sigue interesando el negocio, pueden presentar una propuesta superadora. Además, les abre el juego para quedarse con la empresa usando su crédito a su favor.
Dicen allegados a Vicentín, que ni los síndicos la “vieron venir”, dado que estos entendían que a la justicia no le quedaba otra que aceptar lo que ellos estaban proponiendo.
La sorpresa de la resolución no tiene caras nuevas. La que fogoneó el cramdown es la firma Commodities SA, de la corredora Grassi, el mayor acreedor privado por unos 90 millones de dólares que viene desde hace tiempo haciendo lobby para lograr esto. Puede decirse que terminó imponiéndose en la despiadada guerra judicial en un entramado de muchos interesados de peso. El poder de Vicentín fue mutando de la impunidad del default, al peso para ganar la batalla política, a ceder para encontrar una salida concursal a desgastarse en el barro judicial.
En el sector agroexportador y allegados a la corredora coinciden en que no tiene la capacidad suficiente para hacerse cargo de semejante negocio que hoy demanda operativamente unos 350 millones de dólares por año. Por lo tanto, es un hecho que necesitarán o ya hay alguien detrás con espalda suficiente para darle vuelo al proceso. Después de tanta insistencia no debería haber lugar para improvisar y arrancar de nuevo con más de mil acreedores desgastados. En el mercado de granos y el financiero local volvieron a hablar del empresario José Luis Manzano. No se sabe si hubo real interés o es un rumor por portación de apellido.
Por el lado de Commodities SA, su representante legal, Gustavo Feldman, apunta la idea de integrar como socio al Estado nacional -a través de AFIP y Banco Nación, dos de los acreedores- en un pool público/privado para comandar la nueva empresa. Hasta tentarían a los bancos extranjeros, mayores acreedores con 500 millones de dólares, quienes votaron a favor de la propuesta de Vicentín.
Alberto Fernández
Además del Capítulo judicial, esta novela la novela tuvo su Capítulo político cuando Alberto Fernández, allá por junio de 2020, quiso hacerle un guiño al kirchnerismo duro y ordenó un proceso de intervención y expropiación. De esa forma se politizó el tema y reavivó la grieta con Juntos por el Cambio. Incluso el Presidente toreó fuerte al juez de la causa Fabián Lorenzini.
De todas formas, con la decisión del juez se terminó el primer Tomo de la novela, pues la Justicia concursal le dijo no a Vicentín. Ahora sigue la instancia judicial ya que la firma avisó que “apelará la resolución por ser manifiestamente arbitraria e infundada”. Desde los dos lados descartan que la Cámara de Apelaciones vaya a dar vuelta la decisión, pero así y todo se inicia una burocracia larguísima. La pregunta es si este gigante de la agroindustria, se podrá levantar de semejante golpe.