Como con el dólar-soja, otros sectores también quieren el dólar preferencial

Era de suponer, tal como ocurrió con los productores sojeros, ahora otros quieren ese trato preferencial. Así, los bodegueros reclaman un «dólar malbec» y otras economías regionales también reclaman un tipo de cambio recargado.

Envalentonados por el anuncio del Gobierno de la puesta en marcha de un dólar especial para los productores de soja, los bodegueros y hasta los productores de arándanos también salieron a reclamar un régimen especial para la liquidación de las exportaciones.

Lo hicieron el mismo día del debut del llamado Programa de Incremento Exportador, mediante el cual se aplica un tipo de cambio de $200 por dólar para las exportaciones de soja con el objetivo de acumular divisas y reforzar las reservas del Banco Central.

Ante lo que consideran una caída de las exportaciones de vino, las mayores bodegas locales salieron a reclamar que se eliminen totalmente las retenciones y otras políticas estructurales con el objetivo de apuntalar una mayor inserción internacional de la industria vitivinícola local.

La finalidad sería la de liberar recursos de las bodegas para reinvertir en el negocio y sostener así, la demanda en el exterior en tiempos sumamente complejos. El reclamo es impulsado por Bodegas de Argentina, la cámara que agrupa a la mayoría de los referentes de la industria del vino del país, mediante un pedido específico a las autoridades del Ministerio de Economía para que se deje de lado la alícuota de 4,5% de derechos que actualmente grava la venta al exterior de vino.

Entienden que el pago de este impuesto que fue establecido en el 2018 en un escenario de crisis como el actual le quita fondos para poder incrementar las inversiones. Las bodegas sostienen que la ausencia de estas retenciones sería un dato positivo para poder sostener a un sector que se encuentra en un período de fuerte contracción.
No se trata de un pedido más si se tiene en cuenta que Bodegas de Argentina agrupa a más de 250 bodegas socias de todas las zonas vitivinícolas del país, nacionales y extranjeras, que representan el 70% del mercado interno y el 90% de las exportaciones de vinos fraccionados de Argentina.

Por su parte, los productores de arándanos reclaman también algo tan obvio como esperable: la creación de un tipo de cambio especial para las economías regionales que les permita “recuperar la competitividad perdida”.

Así, la Asociación de Productores de Arándanos de la Mesopotamia Argentina (APAMA) propuso al gobierno nacional “que aplique también un dólar economías regionales para reducir la brecha entre lo que se percibe y el precio real”.

“Es de desatacar que en el último año, con una inflación del 70%, el tipo de cambio solo subió un 35%, circunstancia que se repite hace ya varios años, fundiendo literalmente a los exportadores que con tanto sacrificio desarrollaron mercados por el mundo durante años”, explicó esa economía regional en un comunicado.

Luego indicó que “la brecha cambiaria y el impacto del desdoblamiento del dólar en la Argentina tienen su impacto en las economías regionales quitando rentabilidad a los productos de exportación que se producen en las diferentes provincias del país”. En el caso del arándano, las zonas de producción están distribuidas en dos de las regionales de mayor pobreza y necesidad de empleo: Tucumán y el noroeste de Entre Ríos, en los alrededores de Concordia.

“No podemos convivir con un dólar que vale alrededor de 280 en la calle, y a nosotros nos lleguen 135. El resto se lo queda el Banco Central, a dos cuadras de la Plaza de Mayo”, graficó Alejando Pannunzio, el presidente de APAMA.

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