Fuentes del sector confesaron que todavía quieren esperar a ver «la letra chica», pero que la medida es «muy positiva» y beneficiará tanto al Estado como al empleador y al empleado. El reclamo, que venía hace más de diez años, encontró respuestas gracias a un trabajo de hormiga de entidades empresarias y productores.
«Había que resolver el dilema de esta gente. No vamos a estar ausentes cuando el trabajo no está. A partir de ahora van a dejar de ser incompatibles el plan social con idea de trabajar», anunció este jueves el presidente Alberto Fernández durante un acto en Entre Ríos. Así, mediante un decreto, el mandatario busca poner fin a una situación que afectaba a 250.000 familias y a miles de productores a lo largo del país.
«Es una muy buena noticia, hace bastante tiempo teníamos estos problemas. Se perdía entre un 25% y un 50% de la producción, que era una parte muy importante. Entre eso y los precios de los insumos, que subieron muchísimo, teníamos un desfasaje bastante importante», dijo Eduardo Rodríguez, presidente de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa ( CAME) y referente del sector del tabaco.
Recuperar la cultura del trabajo
Fuentes del sector agropecuario coincidieron en que todavía hay que esperar «que el decreto se reglamente» y que será importante «leer la letra chica», pero que ya con el anuncio se nota un cambio muy positivo y hay buenas expectativas a futuro.
En este sentido, Rodríguez agregó que, a partir de la nueva medida, que precede a la cosecha 2021-2022, los productores de todo el país podrán levantar la cosecha «en tiempo y forma», algo muy necesario porque las cosechas «se vencen» y, por lo tanto, se pierde mucho dinero.
Según destacaron desde distintos sectores de la cosecha, las pérdidas en el último tiempo, en el que la falta de trabajo jugaba un papel importante, eran enormes. En el sector de uvas pasaron de cosechar 33 mil kilos a la mañana y 33 mil a la tarde a cosechar esa cantidad en una semana. Según datos de la Federación de Viñateros de San Juan, en 2020 se cosecharon 490 millones de kilos, un tercio de lo que se cosechaba hace 50 años. En Misiones, algunos productores deben elegir entre perder la cosecha de limón o la de naranja, y las pérdidas fueron de entre 200.000 y 250.000 kilos. En Cuyo hubo 500.000 kilos de frutas caídos, que nadie levantó.
Pese a que «lo perdido ya está perdido», Rodríguez consignó que «ya miran para la cosecha 21/22, que es todo de trabajo intensivo, que posibilita que se puedan levantar las cosechas». Y el anuncio, en este sentido, es clave: «Se benefician todos los sectores, el empleador, el empleado y el Estado», explicó Rodríguez.
¿Cómo? El Estado recauda lo que antes no, porque no había aportes del trabajador en negro. El empleador ahora tendrá empleados, lo que antes era muy difícil: o no contrataba en negro o, si lo hacía, se arriesgaba a inspecciones con multas imposibles de pagar. El empleado ahora tendrá la seguridad de cobrar todos los planes y así, podrá mejorar su situación económica.
El próximo paso, entonces, es «recuperar la cultura del trabajo». Eduardo Garcés, presidente de la Federación de Viñateros de San Juan y secretario adjunto en CAME, alertó que eso será «más difícil», ya que «venimos de generaciones que se acostumbraron a recibir el plan», pero que «para sacar adelante a Argentina, es fundamental recuperarla.