Así lo expresó Confederaciones Rurales Argentinas. La entidad pidió “menos ideas obsoletas y demagogia” y recordó que esa política “produjo un desastre en el stock bovino”.
Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) se expresó en duros términos este martes en contra de un posible cierre de las exportaciones de carne vacuna, como medida para frenar los aumentos de precios.
La polémica se encendió el fin de semana, luego de que la secretaria de Comercio Interior, Paula Español, advirtiera: “No nos va a temblar el pulso a la hora de cerrar exportaciones, si seguimos viendo comportamientos especulativos con el precio de la carne”.
Dos días después, este lunes la vicejefa de Gabinete desmintió que esa medida esté realmente en discusión, pero reclamó precios “razonables” para los argentinos.
“Voces de funcionarios públicos del Gobierno central amenazan con el cierre de exportaciones de carne, en una nueva embestida, de viejas ideas, para solucionar una situación que amerita un análisis sin dogmas ni demagogia”, reclamó CRA en un comunicado.
Desde su punto de vista, el problema actual con los precios distorsionados es el proceso inflacionario y la creciente presión impositiva, pero se quiere culpar a las exportaciones como un factor desencadenante. “En Argentina todo aumenta, no solo la carne, pero parece que nadie quiere hacerse cargo de la política económica actual”, subrayó la entidad ruralista.
Y continuó: “Resulta un síntoma de decadencia intelectual la idea de retornar al cierre de exportaciones, experiencia que, bajo el mismo signo político, produjo un desastre en el stock bovino, un cierre de innumerables frigoríficos y en corto tiempo un aumento considerable del precio del producto”.
En este contexto, CRA también recordó que el consumo de carne por habitante (teniendo en cuenta todos los orígenes) alcanza los 120 kilos al año y ese abastecimiento está garantizado en forma fluida. Así, mirar solo la foto y no la película podría provocar que si se quiere lograr un efecto sobre los precios de corto plazo, se afecte al negocio a mediano y largo plazo, como sucedió durante el gobierno kirchnerista anterior.
“No volvamos a destruir la cadena de la carne, trabajemos para que haya más producción, más transparencia en la cadena, menos presión impositiva, más incentivos al agregado de kilos por animal y menos ideas obsoletas y demagogia”, concluyó la entidad.