El actual presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), Diego Cifarelli, negó terminantemente que exista desabastecimiento de harinas. Esto fue en el marco de quejas de algunos industriales panaderos por el encarecimiento y faltante de harina de trigo. Cifarelli respondió que “no hay faltante a nivel nacional”.
Esta semana estuvo atravesada por grandilocuentes declaraciones y Fake news (noticias falsas). Por ejemplo, Juan Grabois, dirigente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), expresó, en declaraciones radiales, que se necesita “cambiar el modelo agrario” ante la importante suba de los precios de los alimentos y la caída de ingresos. Para Grabois, “en el país del trigo no se puede comer pan” y “en la pampa de las vacas no se puede comer carne”.
Por otra parte, esta semana algunos medios periodísticos se hicieron eco de quienes aseguraban que la industria molinera no estaba entregando harina a los panaderos, lo cual estarían incurriendo en el desabastecimiento de la principal materia prima para la fabricación de pan.
La respuesta de los ruralistas
La respuesta a Grabois provino de un reciente estudio de la Asociación de Productores Rurales de Marcos Juárez (Córdoba), el cual indicó que los productores trigueros reciben sólo el 16,7 % del precio final del kilo de pan que se comercializa en una panadería.
Bajo el título “El problema no es el productor”, los productores cordobeses demostraron cuánto del precio final les corresponde a los productores. Por ejemplo, en el caso del pan, y si este está al público en 118,33 pesos por kilo, se concluye que la industria, el transporte, la comercialización y los impuestos representan $ 98,5 (83,26 %). Concretamente, de aquellos 118,33 pesos pagados en el mostrador, para el productor triguero corresponden $19,80.
El precio del asado también está influido por costos adicionales a la producción. En concreto, si un argentino compra el asado a $ 640, al productor le corresponden $ 153 (precio kilo vivo Liniers al 15/01).
¿Hay desabastecimiento?
Respecto a si hay o no desabastecimiento de harinas, la refutación provino del presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), Diego Cifarelli, quien por Canal Rural desmintió terminantemente esa posibilidad al asegurar que “hay abastecimiento normar y no hay faltante de harina en ninguna panadería del país. Lo que pasa es que hay 36000 panaderías en todo el país y todas ellas no son clientes de los molinos y probablemente más de un 30% sean clientes de revendedores de harinas. Pero en lo que hace a los molinos harineros, más allá que no podemos comprar trigo, estamos entregando normalmente”.
En referencia a la dificultad en la compra de trigo, el dirigente molinero señaló que el principal problema que enfrentan es que los productores “no están atraídos” a vender debido a la falta de incentivos que les ofrecen desde el Gobierno. “No deberían crear herramientas coercitivas como, por ejemplo, un aumento de retenciones o el cierre de exportaciones, sino más bien generar estímulos para que el productor quiera desprenderse de la mercadería (trigo)”, comentó.
Cifarelli también destacó que según el informe interanual del INDEC la harina es el precio que menos subió, teniendo en cuenta que el trigo subió 61%. El presidente de la institución indicó que el precio de la harina, cuando se congelaron los precios, era alrededor de 620 pesos la bolsa de 25 kilos de panadería, mientras que hoy cuesta alrededor de 700 pesos. “Lo que necesitamos es un valor similar a 850/900 pesos más impuestos”, resaltó. En este contexto indicó que cuando el 31 de enero venza Precios Cuidados, van a pedir a la Secretearía de Comercio rever esta situación “porque no podemos continuar con estos precios…, nosotros tratamos que no falte un solo gramo de harina, pero si no se resuelve esto vamos a asistir a un cierre masivo de empresas”.
Otro dato que aportó es el que indica que el kilo de harina de la canasta básica argentina, comparada con más de 20 países, es la más barata, ya que cuesta 0,46 centavos de dólar. “Si el trigo es precio mundial; si la harina es la más barata del mundo y el pan es a precio mundial, evidentemente la complejidad es enorme”, concluyó Cifarelli.
