La falta de agua, no solo afectó gravemente los rindes de trigo, sino que ahora ha restado en un 50% los rindes de soja de primera y afectó al 40% de los maíces tempranos. En este marco, Junín recibió solo 580 milímetros de una media que ronda los 1.065 en los últimos 40 años.
POR JOSÉ LUIS AMADO –PERIODISTA AGROPECUARIO- ESPECIAL PARA GRUPO LA VERDAD
La semana pasada, desde esta misma columna, cruzamos información oficial de la Secretaría de Agricultura de la Nación con estimaciones de productores y técnicos de Junín. En esa nota se llegó a la conclusión que el rinde promedio de trigo de Junín será de aproximadamente 1.200 kilos por hectárea, cuando en la campaña 2021 fue de 3.700 kilos por hectárea. Y junto a esto aportamos otro dato más, esta caída productiva va a provocar que desaparezcan 3.000 cargas de camión respecto a la campaña 2021.
También destacamos que el principal causante de esta caída productiva con fuerte impacto en la actividad económica local, fue la sequía que dejó los cultivos en una situación paupérrima. Esa sequía está siendo causada por lo que se denomina “La Niña”; un evento climático que ocasiona menores caídas de lluvias y cuando esta se producen, las mismas son erráticas con gran diferencia de milimetraje en un espacio territorial reducido. Por lo que a un productor le pueden llover 20 milímetros y a otro con el campo pegado, apenas recibe una llovizna o nada.
Este evento “La Niña”, ya lleva en la Argentina casi tres años de presencia, con gran impacto productivo en diferentes regiones agropecuarias. Por ejemplo, durante el 2022 en la región sur y este de Córdoba; en el centro y sur de Santa Fe y en el todo el norte y noroeste de Buenos Aires; abarcando la totalidad de lo que se denomina Región o Zona Núcleo.
Qué pasó en Junín
La lluvia, tan esperada, que cayó en Junín durante el fin de semana navideño dejó mucho que desear. Apenas unos milímetros que poco aportaron a las necesidades actuales de las praderas, los maíces y las sojas. Es que las napas han bajado tanto y el sol es tan fuerte, que las plantas, al no contar con el aporte de humedad no pueden procesar los nutrientes y comienzan a debilitarse con eventual caída en su capacidad de rinde.
Pero la pregunta es: ¿Qué pasó en Junín que se está en presencia de una sequía con un impacto tal alto? Y la respuesta al GRUPO LA VERDAD nos la proveyó la Agencia de Extención Rural INTA Junín, cuando nos informaron que durante el año 2020 llovieron aquí un total de 993 milímetros, en el 2021 fue de 665 mm, pero durante todo el 2022 fue de apenas 580 milímetros.
Otro dato importantísimo que nos aportó el INTA Junín es que, en este distrito, en los últimos 79 años, llovió un promedio de 1.007 mm y el promedio de los últimos 40 años es de 1.065 milímetros de agua caída. Por lo tanto es fácil observar la disminución de lluvias en el partido de Junín de las últimas dos campañas agrícolas.
En síntesis, en el Partido de Junín y durante todo el año 2022 llovió un 58% menos que el promedio de los últimos 79 años, solo 580 milímetros.
A futuro
Según destaca la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), el fenómeno climático La Niña, ingresó en el último período en un “proceso de disipación”, indicó el BCBA en su informe de Perspectivas Agroclimáticas Estacional, y sostuvo que “el sistema climático evoluciona positivamente, alejando de una tercera Niña consecutiva, pero la transición será lenta y mostrará perturbaciones hasta mediados del verano 2023”.
En el mediano y largo plazo, el cambio operado “aleja el riesgo de un tercer episodio consecutivo de “La Niña”, a la vez que fortalece la transición hacia un estado “neutral”, con posibilidad que, hacia mediados de 2023, se inicie un evento de “El Niño”, que beneficiaría a la campaña 2023/2024, apuntó la Bolsa porteña.
No obstante, “el proceso de transición es lento, de manera que las perturbaciones negativas continuarán hasta mediados del verano 2023, haciendo necesarios una planificación prudente, un manejo riguroso y un uso racional de la tecnología agropecuaria disponible”, advirtió la entidad.
Destacar también que, según el último informe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Rosario, el 2022 terminó en la región pampa húmeda con la primavera más seca de los últimos 35 años y con caídas del 50% en los rindes potenciales de soja de primera. Y en cuanto al maíz temprano, destaca la Bolsa rosarina que ya se inutilizó el 40% de los cultivos con pérdidas de 1.500 dólares por hectárea en campo alquilado y de 780 dólares por hectárea en campo propio.
Conclusión: de no revertirse rápidamente la sequía, vamos a estar ante una situación productiva de la campaña de granos gruesos 2022/2023 de una gravedad inusitada.