El campo no es el causante de la inflación

El último informe de FADA desmitifica que sean los granos o el trigo los que provocan las subas de precios, ya que los impuestos representan el 25% del valor que pagamos por la carne, la leche y el pan.

Del precio que paga el consumidor por el kilo de carne, la cría representa el 28%, el feedlot (que es el proceso de engorde) 25%, el frigorífico 6%, la carnicería el 14% y los impuestos el 27%.

Cuando se le cargan las culpas al campo por la suba de los alimentos, habría que fijarse primero cuánto influyen los impuestos en aquellos que conforman la canasta básica, lo que deja bien claro que no son los productores los causantes de la inflación, sino el propio Estado, que luego intenta disimular su ineficiencia.

Por ejemplo, el trigo, siempre apuntado cuando sube el precio del pan, representa sólo el 13% del valor final, según un informe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de la Argentina (FADA). Del campo a la panadería el precio se multiplica más de siete veces, y un cuarto de ese valor son impuestos, al igual que pasa con la carne y la leche. Y de ese 25%, las tres cuartas partes corresponden a tributos nacionales.

“Semestralmente analizamos qué va pasando con estos alimentos tan importantes en la mesa de los argentinos”, adelanta Natalia Ariño, Economista de FADA, quien destaca que “al comprar pan, carne y leche, el precio final que pagamos está compuesto por variados factores que pueden resultar desconocidos”.

Lo primero que hay que saber es que no es correcto culpar a la sequía ni al precio internacional de los granos, un falaz argumento kirchnerista para mantener los derechos de exportación y ‘desacoplar’ así el precio local del que pagan los compradores del mundo.

En la última campaña de trigo, la Argentina produjo 23 millones de toneladas (MT) y se espera que este verano, como consecuencia de la sequía, la cosecha alcance apenas las
11 millones. Esta pérdida tiene un impacto importante sobre los productores agropecuarios, la actividad económica de pueblos y ciudades del interior productivo y el ingreso de divisas por exportaciones. En esta campaña ingresarán unos 4.000 millones de dólares menos que el verano pasado, sobre un mercado cambiario ya complicado por las bajas reservas internacionales del Banco Central.

Por supuesto, este panorama indica que hay que esperar una suba en el precio del trigo debido a esta menor producción. Sin embargo, si el trigo sólo representa el 13% del valor del pan como demuestra FADA, incluso si sube el precio el impacto en el pan que compran los argentinos es limitado. Más aún en otros productos de panadería más elaborados como las facturas o las tortas, que tienen todavía menos incidencia del trigo en su precio final.

“El pan termina subiendo por otros factores, más ligados a la inflación general que al trigo. Un ejemplo se vio entre febrero y agosto de este año. En esos 6 meses, el trigo subió 59%, por lo que el pan francés no debería haber aumentado más de $16 por kilo (8%) por efecto del trigo. Sin embargo, el pan aumentó $118. Es decir, el pan aumentó por efecto del trigo $16 y por otros factores $102”, analiza David Miazzo, Economista Jefe de FADA.

Tampoco los granos juegan un papel tan importante como quiere hacernos creer el gobierno para repartir culpas en el campo y no reconocer sus falencias en política económica. “Es falso decir que la leche o la carne suben porque aumenta el maíz, cuando el grano es el 5% del precio final del sachet de leche y el 11% de la carne vacuna que compramos. En el caso de la carne de cerdo es el 14% y llega a un 19% en la aviar. Con esto vemos que una suba en el valor del maíz incide en el precio de la carne y la leche, pero el impacto es mucho menor a los aumentos que se ven mes a mes, hay otros factores, principalmente el proceso inflacionario que no tiene origen en la suba de los precios de los productos, sino en la pérdida del valor de la moneda”, completa Ariño.

Si los impuestos son un cuarto del precio final que pagamos los consumidores, está claro que es el Estado el principal impulsor de las subas. En la carne de vaca el 27% del precio final son los impuestos de la cadena. En el pan francés la carga tributaria llega al 25% y el sachet de leche entera tiene una mochila impositiva del 26%. En los tres productos analizados es posible ver que 3 de cada 4 pesos de impuestos corresponden a tributos nacionales, en algunos productos incluso más. “En otras palabras, en un kilo de pan hay más impuestos que trigo y harina, y en un kilo de carne más impuestos que lo que representa el feedlot en la composición del precio”, revela Miazzo.

La leche

El trabajo arroja que, en el precio del sachet de leche entera, el tambo representa el 32%, la industria el 31%, el comercio 11% e impuestos el 26%. “Dicho de otro modo: en promedio el sachet tuvo un precio de $164, de los cuales $43 son impuestos”, aclara Ariño. El maíz que alimenta a las vacas constituye el 16% del precio de la leche cruda (tambo) y el 5% del sachet.
También se puede analizar la composición de los precios según los costos de producción, los impuestos y el resultado. En el caso de la leche se detalla que el 79% son costos de producción, 26% impuestos y -5% pérdida de la cadena. De los impuestos que paga la cadena, el IVA representa el 67%.

El pan

Del campo a la mesa, el precio del trigo se multiplica por 7,3. Del total que paga el consumidor por kilo de pan francés el trigo representa el 13%, el molino el 6%, la panadería el 56% y los impuestos el 25%. “Para decirlo de otra forma, el consumidor pagó en promedio $320 el kilo de pan, de los cuales $80 corresponden a la carga tributaria”, afirma la economista de FADA.

Si se analiza cómo está compuesto ese importe, el 57% son costos, el 25% impuestos y el 18% ganancias. De los impuestos que paga la cadena, el 79% son nacionales, 19% provinciales y 2% municipales. Impuesto a las ganancias e IVA concentran el 70% del total de esa enorme presión.

“Que un eslabón tenga mayor participación en la composición del precio, como puede ser la panadería, no significa necesariamente que sea el que más ganó, sino que está relacionado con los procesos, escalas y costos que tiene ese eslabón”, aclaran desde FADA.

La carne
Del precio que paga el consumidor por el kilo de carne, la cría representa el 28%, el feedlot (que es el proceso de engorde) 25%, el frigorífico 6%, la carnicería el 14% y los impuestos el 27%. El maíz representa apenas el 11% del precio del kilo de carne vacuna al mostrador, por lo que resultan inútiles las trabas a la exportación del cereal.

La carga impositiva representa el 27% del precio, el 63% son costos de la cadena y 10% ganancias. De esos impuestos, el 76% son nacionales, 19% provinciales y el 5% municipales. El impuesto a las ganancias y el IVA, como en el pan y la leche, son los de mayor participación, ya que en conjunto representan el 65% de los impuestos totales.

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