El domingo pasado te conté qué piensa el Gobierno sobre la eliminación de las retenciones al campo. Hoy te voy a contar cuánto le trasfirió el campo al Estado en los últimos 20 años.
POR JOSÉ LUIS AMADO –PERIODISTA AGROPECUARIO- EXCLUSIVO PARA GRUPO LA VERDAD
El gobierno de Javier Milei viene afirmando que hasta tanto no se logre el equilibrio fiscal, no se tocarán los derechos de exportación (retenciones) al campo. Entendiendo ese “equilibrio fiscal”, como una situación en la que los ingresos del gobierno son iguales a sus gastos. Esto significa que el gobierno no va a estar incurriendo en déficits (gastos superiores a los ingresos) ni acumulando superávits (ingresos superiores a los gastos). Claro, esto choca de frente con los intereses de los productores que apostaron a este gobierno que les prometió resolver la carga impositiva, pero ahora se les comunica que deberán esperar más.
Derechos de Exportación
El Estado, es una entidad política y jurídica que ejerce autoridad y control sobre un territorio y su población. En Argentina, el Estado está dividido en tres, Estado nacional, Estado provincial y Estado municipal. Todos tienen un componente legislativo que ordena qué impuestos, (en el caso de Nación y Provincia), y qué Tasas (en el caso de los Municipios) deben pagar sus habitantes.
En este sentido, los productores deben pagar diferentes Impuestos y Tasas, siendo el componente Derecho de Exportación (retenciones), que cobra el Gobierno nacional el más perjudicial porque se cobra directamente sobre el precio de los granos. Por ejemplo la soja paga siempre un 33% de su precio internacional y el trigo y el maíz siempre un 12% de su precio. Se exporte esa mercadería o se consuma en el mercado interno.
Las retenciones agrícolas se restablecieron en 2002, en medio de una de las peores crisis económicas de la Argentina. Su objetivo era amortiguar el impacto de una megadevaluación que transfería grandes recursos al sector agroexportador y perjudicaba a la gran mayoría de la sociedad.
Pero las retenciones al campo se sostuvieron hasta el día de hoy, en el cual el sector productivo le trasfirió al Estado unos 200.000 millones de dólares. Por lo que estos ingresos se han convertido en una fuente regular de ingresos tributarios para un Estado nacional que desde hace años atraviesa dificultades financieras.
61,5% directo al Estado
Esta semana se conoció el informe trimestral de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), el cual arroja que de cada $100 de renta a un productor, $ 61,5 queda en impuestos entre los diferentes niveles de gobierno. “La renta es lo que le queda al productor cuando a los ingresos se le restan los costos de producir, sobre eso que le queda, el Estado se lleva casi dos tercios”, explicó Nicolle Pisani Claro, Economista Jefe de FADA.
Así, la participación del Estado en la renta agrícola develó que de todos los tributos que se cobran, el 64,5% son nacionales no coparticipables, 30% son nacionales coparticipables, 4,9% provinciales y 0,6% municipales.
Más arriba te decía que el promedio ponderado de cultivos a nivel nacional es de 61,5%, pero si eso lo miramos por cada uno de los cultivos es mucho más dado que la participación del Estado en soja es del 65,6%; en maíz es del 56,6%; en trigo 54,4% y en girasol es del 56,6%.
Datos de la realidad
Finalmente, un par de datos. Hace unos días se conoció que la pobreza argentina trepó a casi el 53%, afectando a unas 25 millones de personas. Luego de conocido esta triste noticia y en medio de un “revoleó” de culpas, muchos se olvidaron de algo: el campo argentino, desde el 2002 a la fecha aportó 200 mil millones de dólares producto de las retenciones a los granos.
Y aquí vale una aclaración, las retenciones a la soja fueron impuestas por Eduardo Duhalde que las llevó de 3,5% al 13,5%, luego Néstor Kirchner en 2007 las elevó al 23,5%, después Cristina Kirchner las subió a un 35%, Macri la bajó a un 30% y Alberto las elevó al 33%. Hoy nos damos cuenta que en realidad, durante los 16 años que gobernó el kirchnerismo como los 4 de Macri, se despilfarraron miles de millones de dólares en vaya a saber qué cosas, porque en solucionar la pobreza no fue.
Y acá lo increíble: Los 200 mil millones de dólares que aportó el campo y que no se destinaron a la pobreza, tampoco están para apoyar a los productores que los generaron. Porque ahora, a las puertas de una nueva campaña agrícolas, por culpa del impuesto llamado retenciones, los productores tienen márgenes negativos en la mayoría de los cultivos.
