El Gobierno intervino el mercado de maíz

En medio de la sequía, el Gobierno prorrogó por 180 días embarques de maíz de la campaña 2022/2023, según lo formalizó ayer en el Boletín Oficial. La medida busca quitarles presión a los precios internos y que los exportadores no tengan premura para cumplir con los compromisos de ventas al exterior. Por el impacto del clima, contra una producción de 51 millones de toneladas el año pasado ahora se recolectarían, según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), 42,5 millones de toneladas.

“Otórgase una prórroga automática excepcional de ciento ochenta (180) días corridos, a las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) con periodo de embarque comprendido entre el 1 de marzo de 2023 y el 31 de julio de 2023, contados a partir del fin de embarque más la prórroga automática para la mercadería comprendida en la partida arancelaria N° 1005.90.10 (maíz en grano), el cual se constituirá en el nuevo plazo máximo de vigencia de la Declaración Jurada de Venta al Exterior”, señaló la resolución 78 de la Secretaría de Agricultura.

Como por la sequía no solo los exportadores tendrán sus dificultades para cumplir los embarques, en el artículo 5to se consigna: “Los mismos motivos de fuerza mayor podrán ser alegados por los productores en caso de incurrir en incumplimiento respecto de los exportadores, quienes deberán admitir dicha circunstancia”.

La novedad conocida ayer ya se sospechaba, ya que el Gobierno estaba evaluando la prórroga para los embarques de maíz. El volumen involucrado ronda los 8 millones de toneladas, según fuentes consultadas.

“Es malo, es una nueva intervención y, si vemos el efecto de casos anteriores [ya hubo prórrogas para el trigo y el maíz del ciclo pasado], quita a la exportación del juego de demanda. Eso puede hacer que los precios del maíz abril [posición de cosecha] principalmente bajen y por contagio en los primeros días seguramente el resto de las posiciones”, dijo Paulina Lescano, analista de granos.

“El efecto es el mismo que en el caso de trigo, en cuanto a que se saca, corre la demanda del principal demandante de maíz de la Argentina, la exportación. No necesita salir a comprar para cubrir negocios anteriores. Si consideramos la historia reciente, el efecto en los precios pagados, es de baja o presión”, amplió Lescano.

En este contexto, Pedro Vigneau, presidente de la Asociación de Maíz y Sorgo Argentino (Maizar), señaló: “Desde la cadena siempre bregamos por la libertad y la transparencia de los mercados. Esto son consecuencias de las cuotas que terminan impactando y enrareciendo los mercados y después tienen marchas y contramarchas”. Añadió: “Cuanto menos se toquen mejor”.

Errores

En opinión de Jesús Silveyra, exsubsecretario de Mercados Agropecuarios, el Gobierno volvió a tomar una medida “para corregir sus propios errores y seguir navegando en su torpe impericia ideológica”.

“Como el año pasado para cobrar por anticipado derechos de exportación de trigo y maíz de la campaña 22/23 amenazó con su vara de cierre del registro de exportaciones en el futuro, los exportadores registraron ventas anticipadas mucho mayores a las normales por el temor a quedar afuera del cupo. Conclusión, vino la seca y se armó el problema”, dijo el exfuncionario.

Agregó que ahora el Gobierno “en aras de la seudo defensa de la ‘mesa de los argentinos’, decide el diferimiento de los compromisos de exportación por 180 días distorsionando por completo los precios de mercado al afectar la demanda y destruye la confianza y la estabilidad jurídica de los contratos”.

“Me pregunto si con esta medida bajarán el precio del pollo, la bondiola de cerdo o los cortes de carne vacuna provenientes de ganado alimentado a base de maíz. No. Pues entonces, ¿a quién benefician con este tipo de medidas?”, reflexionó.

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