Se estima la probabilidad de una caída interanual del 4,7%, pasando de 8,4 Millones de hectáreas sembradas en el ciclo 2021/22 a 8 Millones de hectáreas como superficie para la nueva campaña.
Según el último informe mensual de los especialistas de la Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario, «los motivos detrás de la caída se centran principalmente en el clima, el fracaso de los maíces tempranos en la región central, el alto nivel de inversión y la incertidumbre actual». Pese a los mejores márgenes que presenta el cereal 22/23 respecto de la oleaginosa, la falta de agua generalizada es el principal factor que pone en jaque la siembra de maíz temprano. «El escenario de incertidumbre desalienta aún más el cereal en favor de la soja ya que el maíz implica una mayor inmovilización de capital y mayor riesgo para el productor», agregaron.
La cifra del área maicera puede verse ajustada según la ocurrencia de precipitaciones durante las próximas semanas. Las lluvias de agosto y septiembre serán fundamentales para concretar las siembras tempranas; en septiembre debería llover al menos 100 mm. Los productores también contemplan más planes de siembra tardía a partir de diciembre con el objetivo de asegurar pisos de rendimiento e incentivados por las excelentes experiencias del ciclo pasado.
Con la cosecha sin concluir, el maíz sembrado en diciembre último compensa con muy buenos rendimientos los números de los maíces tempranos que fueron gravemente afectados por la sequía en etapas críticas del cultivo. «Con 8 Millones de hectáreas estimadas para el ciclo 2022/23 se estaría ante una producción que ronde 55 Millones de toneladas. Este cálculo contempla un escenario normal y tiene en cuenta que 7 Millones de hectáreas serían cosechadas como grano», concluyeron.