El stock vacuno en 2020 cayó casi 2% y descendió a 53,5 millones de cabezas, 943 mil animales menos con respecto a 2019. Esa menor cantidad de animales puede impactar en el precio de la carne vacuna. Influyeron varios motivos, entre estos la sequía que generó menos alimentos y por lo tanto cayó el nivel de parición de las vacas. El dato fue confirmado por el Ministerio de Agricultura.
Otros datos a tener en cuenta son los problemas estructurales como el desplazamiento de la ganadería a las zonas marginales, malos manejos sanitarios y de alimentación de los rodeos. La mala noticia es que con el cepo a las exportaciones de carne, los ganaderos dicen no tener incentivos y este año volvería a caer el rodeo. Esto pasa cuando la producción de carne vacuna está estancada desde hace 40 años en 3 millones de toneladas anuales.
También se confirmó que Buenos Aires sigue siendo por lejos la provincia con mayor cantidad de vacunos, con 20 millones del total del país. Le siguen Santa Fe, con 6,1 millones, y Córdoba, con 4,6 millones. Muy cerca están Corrientes, con 4.5 millones y Entre Ríos, con 4,4 millones de cabezas.
Del total del stock vacuno de 2020 relevados, casi 23 millones son vacas, 7,6 millones vaquillonas, 2,3 millones novillos y 14,2 millones entre terneros y terneras.
En este sentido, la mayor caída se dio en los terneros y terneros, que cayeron 4,75 y 4,1%, respectivamente. Así, de las 940.000 cabezas que se perdieron en 2020, 650.000 fueron de la categoría terneros.
Para la cartera agropecuaria la diferencia en las categorías terneros/as era esperable. “Hubo una disminución de vientres registrados en el año 2019 respecto del año 2018. Los terneros/as de diciembre del 2020 son el resultado de las hembras preñadas/en servicio de diciembre 2019, las cuales fueron 790.000 cabezas menos que las registradas el año anterior (diciembre 2018)”, indicó.
“Hubo un problema reproductivo durante 2019 por una seca muy importante que afectó el nivel de preñez y de destete”, agregó a Clarín el analista Federico Santangelo, director de la consultora Agroideas.
Para el consultor, el descenso del stock vacuno en 2020 no es muy relevante por cómo fue compuesta esa baja, pero advirtió que representó la segunda caída consecutiva. “Faltan un millón y medio de cabezas y esto sí empieza a ser preocupante”, alertó.
Esto se da tras la importante recuperación del rodeo desde 2011 al 2018 llegando a las 55 millones de cabezas, luego de la feroz liquidación que se produjo tras las medidas del gobierno de Néstor Kirchner (cierre parcial de exportaciones y cupos para exportar) descendiendo en 2010 a 48 millones de animales.
También otra de las variables que viene influyendo es la menor inversión en sanidad y alimentación que los productores. “Los índices de preñez y de destete son bastante flojos desde hace 50 años, que rondan el 60%”, dijo Santangelo.
Y apuntó que por el cepo a las exportaciones de carne impuesta por el Gobierno esa desinversión se profundizará. “Con una vaca y media que se exportaba a China se podía comprar una vaquillona preñada. Se estaba haciendo una limpieza de las vacas refugo (improductivas), pero ahora el productor no quiere mal venderla al estar cerrado el mercado, por lo que la retiene y le hace servicio de vuelta. Se termina seleccionando por infertilidad a la larga”, sostuvo apuntando que el sistema se hace más ineficiente.
“La que tengo que desechar no al desecho porque la relación compra/venta es desfavorable producto de una mala decisión”, se lamentó.
Para este año espera que siga bajando la cantidad de vacunos en Argentina principalmente por el cierre de las exportaciones de carne. “Hay un desánimo generalizado por las medidas tomadas y no habrá mayores inversiones en el sector. Habrá un estancamiento en la producción”, dijo Santangelo.
Ante este contexto, aseguró que para fines de este año y 2022 habrá una escasez de hacienda por esta menor oferta de terneros lo que se traducirá en una caída en la cantidad de carne para el mercado interno y externo.