“El problema no son los productores, es la inflación y la carga impositiva”

Aumenta la soja, y lo que para el Gobierno debería ser una buena noticia, resulta que ahora es una desgracia. POR JOSÉ LUIS AMADO -PERIODISTA AGROPECUARIO-

Es curioso, porque para Chile que aumente el cobre (primer productor mundial), es una muy buena noticia. Para Brasil que aumente el café o la soja (primer y segundo productor mundial), también es una buena noticia. Incluso para Uruguay y para Paraguay que aumente la soja también es una muy buena noticia. Pero para el Gobierno argentino, que la soja haya superado los 600 dólares la tonelada (somos el 3er productor mundial y es el mejor precio de los últimos 9 años), es una muy mala noticia.

Por lo menos así lo demuestran algunas declaraciones y medidas que tomó la Secretaría de Comercio Interior que conduce Paula Español. Quien sí se expresó de forma brutal fue el Intendente de Pehuajó, Pablo Zurro. Un kirchnerista de paladar negro que no tuvo pelos en la lengua al indicar que “Tenemos que ir por la regulación de granos y la carne, aunque no les guste a los gorilas”, y agregó: “Tenemos que dar una pelea sobre la redistribución de la riqueza, se lo haremos con este Gobierno o con otro”. Finalmente, no conforme provocó un poquito más y orgulloso dijo: “Entre mis colegas intendentes yo tengo una cucarda, como entregan en el campo, es la de no haber asistido en mis 14 años de máxima autoridad municipal a una fiesta de la rural de mi ciudad. Para que ir si siempre criticaban a Cristina Kirchner. Si iba, me cagaba a trompadas con todos los gorilas arriba del escenario”.

Primero, lo primero
Lo primero que hay que decir es que la soja está aumentando en todo el planeta. Los fundamentos de la suba radican en la ajustada relación entre la oferta y la demanda del poroto de soja a nivel mundial que “seguirá inalterable en lo que resta de la actual campaña y que persistirá en la campaña 2021/2022”, indicó un informe de la corredora de granos Granar.

Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), Argentina produce 53 Millones de toneladas de porotos de soja y ocupa el 3er lugar del mundo. Otro dato no menor, Argentina ocupa el primer puesto como productor de aceite y harina de soja. Dos subproductos del poroto que, como casi no se consumen internamente, se exportan generando los dólares necesarios para que el resto de la economía siga funcionando.

¿Entonces que aumente la soja es una noticia buenísima? Bueno, al parecer no, pues para un sector del kirchnerismo, los productores deberían tener todos sus mercados intervenidos.

Sorpresa
En este marco, los productores están sorprendidos y se hacen algunas preguntas. Por ejemplo, ¿Por qué quienes nos gobiernan no ven esto como algo bueno para el país?, ¿acaso, que la soja esté a 600 dólares la tonelada, no ayuda al Gobierno a resolver los escases de divisas? Otra, ¿por qué nos culpan a nosotros de los aumentos de los precios en los alimentos, si los granos tienen escasa influencia?

FADA (Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina) en su “Estudio de Composición de Precios”, explicó que al productor ganadero le queda el 30% del precio del kilo de carne, pero que con lo obtenido debe reponer el animal vendido, alimentarlo, cuidarlo que no se enferme y pagar impuestos. Pero que el Gobierno en sus tres niveles, municipal, provincial y nacional, se queda con el 28% del precio de venta del animal; es decir gana más el Estado cobrando impuestos que el productor ganadero invirtiendo y trabajando.


En el caso del precio del pan, FADA indicó que del total que paga un consumidor en el mostrador, el trigo representa el 13%, pero los impuestos representan el 22%. Otra vez, el Estado se queda con más dinero que el hombre que siembra, cuida el cultivo y cosecha. Y así con otros alimentos, en casi todos los casos los impuestos son mayores a los ingresos obtenidos. Incluso se llega a la locura que el sachet de leche que está exento de impuestos, igual el consumidor final paga el 26% más. Esto es porque la que está exenta es la leche pasteurizada, pero resulta que la que más se vende es la “ultra pasteurizada” y ¡oh casualidad!, esta es la que paga impuestos. Sintetizó ayer el economista jefe de FADA David Miazzo por LT20 Radio Junín: “El problema no son los productores, sino la inflación y la carga impositiva”.


Y luego explicó: “Emitir dinero no es gratis; si aumentase un solo producto valdría analizar qué es lo que sucede con la cadena de fabricación de ese producto, pero cuando todo aumenta en realidad lo que está pasando es que hay inflación”.

Por ultimo finalizar indicando que las Retenciones quedaron establecidas en la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva (Ley 27541, Art. 5), aprobada el 21/12/2019. Esa ley, obliga topes de 33% para la soja y 15% para el trigo y maíz. Hoy la soja paga 33% y el trigo y el maíz están 12%. Por lo tanto solo pueden aumentar 2 puntos el trigo y el maíz, el resto es bla bla.

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