Emprendedor argentino fabrica anteojos con fibra de cannabis industrial

El diseñador Mariano Percivale produce gafas de cáñamo, una fibra que se obtiene de la planta de cannabis; se venden en Argentina, Uruguay y España.

Hace ocho años, mientras estudiaba Bellas Artes en La Plata, Mariano Percivale empezó a investigar las propiedades del cáñamo, una fibra que se obtiene de la planta de marihuana, para sus diseños. «Todo empezó un día, charlando con un amigo que tenía una planta de cannabis y se puso a hacer una pulserita con el tallo. Eso me disparó un montón de ideas y empecé a experimentar con ese material, que es muy flexible y además sustentable», cuenta.

Por entonces, tanto el cultivo como el uso de marihuana no estaban legalizados en el país (la primera Ley de Uso Medicinal del Cannabis data de 2017, y la nueva Ley de Industrialización del Cannabis y el Cáñamo aguarda su tratamiento en las próximas sesiones legislativas), lo cual constituía una barrera para cualquier emprendimiento.

Sin embargo, Percivale comenzó a diseñar gafas con cáñamo importado, y focalizó su venta en el mercado internacional. El primer país donde llegó con sus productos fue Uruguay, y recientemente comenzó a exportar a España y Holanda. El principal canal de comercialización son las redes sociales y una tienda online.

«Fuimos pioneros en exportar un producto industrial en base a cáñamo, y en cuanto salga la Ley (de Cannabis y Cáñamo Industrial), iremos por más», asegura Percivale y comenta que «este material ofrece infinitas posibilidades: es más resistente que el plástico de acetato y es más liviano; con lo que resulta más cómodo al usuario. Además, es sustentable y biodegradable, y hoy los consumidores buscan productos que sean amigables con el ambiente», comenta.

Comenzaron dos personas, y hoy trabajan seis en Gaia Eyewear. «Arranqué con muy poco capital, proveniente de mis ahorros, y fui reinvirtiendo las ganancias para crecer», destaca el diseñador, que en 2017 obtuvo el premio Innovar del ministerio de Ciencia por sus originales creaciones.

«Uno de los limitantes es la disponibilidad de materia prima, ya que debemos importar el cáñamo, cuando aquí se podría cultivar (y de hecho se cultivaba, hasta la década del 70). Por eso es importante que haya una ley que permita el desarrollo de todo el sector», destaca el emprendedor.

Cannabis: nuevas oportunidades de negocios
Percivale integra, junto a un grupo de profesionales, estudiantes y activistas, el colectivo «Proyecto Cáñamo», que impulsa la industrialización del Cannabis para múltiples usos, más allá del medicinal y recreativo.

La entidad es una de las organizadoras de la Expo Cáñamo que se realizará en San Luis en junio de este año, y propone convocar a cultivadores, empresas, proveedores de maquinarias, insumos, emprendedores e instituciones públicas y privadas que promueven la industrialización del cultivo en el país.

Los impulsores de la Ley de Industrialización del Cáñamo y el Cannabis sostienen que el nuevo sector podría generar en los próximos años 10.000 puestos de trabajo, 500 millones de dólares anuales en ventas al mercado interno y otros 50 millones de exportaciones.

Contar con materia prima local permitiría el surgimiento de toda una cadena de valor asociada con múltiples empresas. «Esto permitiría diversificar las economías regionales. Se trata de un material con múltiples usos: desde fibras para telas, alimentos, papel, materiales de construcción, bioplásticos o reparación de suelos agrícolas», sostiene el emprendedor y destaca que su plan es, más allá de la línea de anteojos de diseño, incursionar en el desarrollo de otros productos. «Se pueden hacer desde bicicletas hasta componentes para la industria aeroespacial», apunta.

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