La suba en maíz y soja llega tarde para los fabricantes y distribuidores de maquinaria en este país. Reflejo de las dificultades que enfrenta el agro global.
Los valores que ofrecía el mercado por soja y maíz antes del comienzo de la nueva campaña en Estados Unidos dejaron a los vendedores de equipos agrícolas con un exceso de tractores y cosechadoras sin colocar en el mercado. Marca una realidad que muchas veces se nos escapa a partir de la resiliencia del productor argentino: los precios granarios están ahora en alza después de haber tocado los valores más bajos en unas cuantas campañas solo treinta días antes.
Lo que refleja el mercado de maquinaria agrícola en el país del norte es ni más ni menos la pérdida de rentabilidad en el agro global, que recién ahora promete corregirse tímidamente, o al menos es lo que parece. En el caso de Estados Unidos el escenario se ve agravado por un share de negocios cada vez más apretado por la competitividad de Sudamérica y el Mar Negro.
Así las cosas, y con un panorama pobre a las puertas de las siembras de gruesa que ya se están desarrollando en el Medio Oeste norteamericano, el farmer evitó poner la mano en el bolsillo para renovar sus equipos. Para hacer frente al excedente generado, los distribuidores de tractores y cosechadoras en Estados Unidos están ofreciendo importantes descuentos e incluso subastando equipos a precios muy reducidos.
Reuters entrevistó a diez distribuidores de maquinaria agrícola, la mayoría en el corazón productivo de Estados Unidos, así como a agricultores y analistas, quienes dijeron que los bajos precios de los granos en la previa a las siembras 2024/25 combinados con tasas de interés persistentemente altas están disuadiendo a los hombres de campo de comprar maquinaria. Así, los inventarios de equipos aumentan más de lo deseado, lo que reduce las ganancias tanto de los distribuidores como de los grandes fabricantes.
El clima y los mercados generan vaivenes de los que nadie escapa. Dos de los más afamados fabricantes de maquinaria agrícola a nivel global lucharon por mantenerse al día con la fuerte demanda de tractores en 2022, cuando los ingresos agrícolas alcanzaron un nivel récord y los pagos de asistencia pandémica dieron a los farmers dinero extra para mejorar sus flotas. Ahora ambos esperan que las ventas más lentas afecten sus resultados este año.
Un distribuidor de Waupun, Wisconsin, dijo a la agencia de noticias que su inventario de equipos ha aumentado entre un 30% y un 35% desde fines de 2023. El exceso de maquinaria sin vender lo llevó a suspender nuevos pedidos a las grandes fábricas con la esperanza de equilibrar la oferta y la demanda.
En abril pasado, los niveles de inventario de tractores de alta potencia (300 CV y más) crecieron en Estados Unidos casi un 107% respecto del año anterior, mientras que el stock de cosechadoras experimentó un incremento del 17,63%, según una firma de investigación de mercado especializada en seguimiento.
Un farmer revela que algunos concesionarios de Kansas han reducido los precios hasta un 30%, con un incentivo adicional en materia de financiamiento. “Están haciendo grandes descuentos en cosechadoras y tractores, pero después de superar una sequía y experimentar precios bajos para nuestros granos, no tenemos dinero para gastar”. Es un lamento que se ha hecho habitual entre los productores del país del norte. Por supuesto, la situación arrastra también a quienes venden repuestos para equipos agrícolas.
Imágenes del mundo desarrollado que deberían servir para valorar especialmente el profesionalismo de nuestros productores y de quienes fabrican y/o venden maquinaria en nuestro país. Al igual que su homólogo en Estados Unidos, este último sector batalla con menos ventas y una comercialización que está lejos de ser la ideal, pero con el agregado de una carga impositiva mucho más pesada, más allá de otros contratiempos que les regala la macro argentina.