Expectativas positivas en el campo de cara a la siembra de trigo

Las exportaciones de trigo le sumarían un 21% más de dólares a la economía, esto es porque las exportaciones de trigo y cebada aumentarán un 21% este año, alcanzando un valor de 3.822 millones de dólares.

POR JOSÉ LUIS AMADO –PERIODISTA AGROPECUARIO- EXCLUSIVO PARA GRUPO LA VERDAD

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires acaba de presentar sus proyecciones sobre la campaña fina. La entidad porteña estima subas en el área sembrada, en la producción y por lo tanto del aumento en el aporte al fisco en recaudación impositiva.

Especifica la Bolsa de Cereales que las exportaciones de trigo y cebada aumentarán un 21% este año, alcanzando un valor de 3.822 millones de dólares.

Esta semana, en A Todo Trigo, el encuentro que la Federación de Centros de Acopiadores de Cereales, organizó en Mar del Plata, la entidad bursátil realizó el «Lanzamiento de la Campaña de Granos Finos de Argentina» con números positivos en siembra, cosecha, valor agregado y aportes fiscales.

«Son dólares que llegarán en un momento justo para la economía: hacia noviembre, diciembre y enero; cuando ya pasaron el grueso de las exportaciones de soja y todavía falta para que lleguen la soja y el maíz nuevo. Es una muy buena noticia para el gobierno», dijo el jefe de los economistas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, Ramiro Costa.

«En trigo y cebada la película es totalmente distinta hoy respecto de la situación que mostraba el mes de marzo. Pasamos de un escenario muy complicado a otro muy favorable para concretar un plan de siembra», mostró Costa.

Según la entidad bursátil, en el caso del trigo se proyecta un área sembrada de 6.200.000 hectáreas y una producción final de 18.000.000 toneladas. Con cebada se sembrarían 1,3 millones de hectáreas y se cosecharían 5,1 millones de toneladas.

Entre las dos producciones, el incremento es del 20% respecto de la campaña 2022-23. Además, Costa dijo que “es una recuperación de más de 15% de volumen de toda la fina”, respecto de las estimaciones realizadas por la propia entidad hace un mes.

A la hora de explicar las razones que dan lugar al cambio de escenario, el economista enumeró: mejores precios internacionales, las lluvias de abril que recargaron los perfiles de humedad del suelo, baja en los precios de los insumos (fertilizantes) y la decisión del Gobierno de quitar los impuestos a la importación de fertilizantes y agroquímicos.

“El inicio de la nueva campaña fina se desarrolla en un panorama de incertidumbre, aunque marcado por recientes cambios positivos. Con un clima que también parece favorable para encarar la siembra”, resumió.

Al presentar las cifras de aporte económico, Costa, destacó que el valor agregado de las cadenas de trigo y cebada se estima en 3.698 millones de dólares, lo que representa un incremento de 24% respecto a la campaña anterior, equivalente a 705 millones de dólares adicionales.

También aportó el número positivo en la sumatoria de compras de insumos que rondaría los 3.000 millones de dólares

Adicionalmente, se proyecta que las exportaciones de estos cereales experimenten una mejora del 21%, alcanzando un valor de 3.822 millones de dólares.

La incertidumbre viene dada principalmente por el clima: se espera “una primavera con un promedio menor de lluvias” mientras que los pronósticos internacionales proyectan la instalación del fenómeno La Niña. “Pero hoy el contexto climático se muestra favorable para encarar la siembra”, remarcó Costa.

En este sentido, el climatólogo entrerriano Germán Heinzenknecht, destacó en su exposición en A Todo Trigo que si bien se espera un evento “La Niña”, este no tendría las características de sequía severa que tuvo el mismo evento en las ultimas 3 campañas. Por lo que se podría esperar condiciones “casi normales” para los cultivos finos, aunque recomendó tener precauciones agronómicas para la próxima campaña de granos gruesos.

En tanto, desde el punto de vista de los mercados granarios, el escenario internacional en el que se desarrollará este nuevo ciclo también presenta incertidumbre y estará marcado por las producciones de Rusia y de Estados Unidos (90 y 52 millones de toneladas respectivamente) pero en dudas por problemas de sequía y, una situación que repercute directamente en Argentina como es la inundación catastrófica que sufrió la región de Rio Grande do Sul, que produce 50% del trigo de Brasil, el principal destino del trigo nacional.

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