No se sabe si fue un error de cálculo o no se tuvo en cuenta que los consumidores están cada vez más atentos a los productos que compra.
Lo cierto es que Havanna tuvo un duro golpe en las redes sociales, luego de anunciar un acuerdo estratégico con la empresa de biotecnología Bioceres, para usar su trigo transgénico en la producción de alfajores.
La nueva alianza no pasó de largo, sobre todo en los grupos agroecologistas que enseguida hicieron un llamado al boicot de los productos Havanna con el hashtag #ChauHavanna, que se viralizó de manera rápida y masiva por Twitter.
El rechazo al trigo transgénico -o HB4- se hizo sentir fuerte. Esta variedad fue aprobada en octubre del año pasado en la Argentina. De hecho, es el primero y único país en avanzar con estas semillas genéticamente modificadas.
Esto permite incrementar su resistencia a la sequía y al glufosinato de amonio, un herbicida 15 veces más tóxico que el glifosato.
Si bien el trigo transgénico fue aprobado por el Ministerio de Agricultura Pesca y Ganadería -resolución 41/2020– su cultivo masivo quedó supeditado a que Brasil también le dé el visto bueno, lo cual sea probablemente el mes próximo.
Más del 35 % de las exportaciones del trigo producido en la Argentina son destinadas al mercado brasileño.
¿Qué respondió Havanna?
La tradicional empresa de los alfajores había mantenido silencio ante la reacción viral de los usuarios de Twitter y principales referentes de organizaciones ecologistas.
“No vamos a opinar de la campaña. Sin embargo y centrados en nuestros clientes y consumidores, como hacemos siempre, les hemos dicho que, en primer lugar, al día de hoy todos los productos desarrollados en Havanna no han tenido ningún tipo de intervención por Bioceres”, indicaron desde Havanna en una entrevista con Carbono News.
“Es absolutamente embrionario al tal punto que ni siquiera se ha producido ni una primera reunión entre los equipos de desarrolladores para analizar hacer algo en conjunto”, señalaron los voceros.
Y además, sostuvieron que: “Lo más importante, es que cada vez que Havanna lanza un producto al mercado primero es testeado por sus clientes y consumidores, y luego se informa por todos los medios toda la información adicional que requiera el producto”.
Habrá que ver cómo sigue esta historia. Si se trató de apaciguar las aguas y seguir con la meta de producir productos con trigo genéticamente modificado o bien, dar marcha atrás con lo anunciado.