Los vendedores de maquinarias agrícolas son una parte importantísima de la tecnificación del agro argentino. Acá la historia de un hombre que lleva 54 años vendiendo maquinarias.
Ismael Agusti es hijo de tamberos medieros de la zona de Agustín Roca, partido de Junín. Ya de chico le ayudaba a su padre en el sostenimiento de la economía familiar colaborando en el tambo y demás tareas de campo. Su vida tuvo un vuelco en 1968, cuando a los 22 años entró a trabajar en un concesionario de maquinarias agrícolas.
Se trataba del concesionario Deutz propiedad del empresario Maffud de la ciudad de Rojas. Esta agencia estaba ubicada en Benito de Miguel 550, esquina Padre Respuela. En ese lugar y en esos años se vendían los famosos Deutz A40 de dos cilindros, los A55 de tres cilindros y los A70 de cuatro cilindros, también las sembradoras Migra y por supuesto que toda la línea de repuestos para maquinarias y hasta había un taller mecánico.
“Yo entré a trabajar con Maffud de joven, tenía 22 años, comencé vendiendo repuestos y luego de un tiempo me pasaron a la venta de máquinas con lo cual para esa tarea me dieron una Estanciera”, explicó Ismael y recordó que también le habían dado un Citroën 3CV y finalmente un Rastrojero. Con Maffud trabajó 25 años.
Luego que Maffud cerró la empresa, Ismael y otros muchachos que trabajaban en la agencia se asociaron entre ellos para continuar con las marcas. Pero lamentablemente esta experiencia no funcionó y se disolvió.
Después de esa etapa, junto a Rubén Rotelli, crearon la firma Creagro SA en la idea de seguir con la marca Deutz. Ese concesionario estaba ubicado en Av. Benito de Miguel al 570. En ese lugar, además de venta de tractores Deutz y sembradoras Migra, había venta de repuestos y taller mecánico.
“El negocio de ventas y el taller andaba bien, por lo que al tiempo nos mudamos a la esquina de Benito de Miguel y Firpo. Y un día se me ocurrió la idea de intentar comprar el lote que estaba casi en frente. Les hicimos una propuesta a los dueños y la aceptaron. En ese lote baldío armamos la nueva concesionaria. Allí vendíamos Deutz, Migra y cosechadoras Vassalli y también teníamos taller”, recordó Agusti.
El entusiasmo por continuar creciendo no terminó allí, sino que al contrario la idea era seguir evolucionando. En función de esto se mudaron a ruta 7 km 260 y en ese nuevo local armaron el Concesionario Agusti y Rotelli Maquinarias. Luego de esta etapa y ya disuelta la sociedad, Ismael comienza su actividad solo. Las marcas eran las mismas, aunque Migra ya había dejado de llamarse de esa manera y ahora vendía sembradoras Sembrar, mucho más evolucionadas que las anteriores.
Ismael Agusti es un hombre que vivió en carne propia la enorme evolución de las maquinarias agrícolas, el cual se pasó de las rústicas sembradoras de la década del 70 hasta los monitores de siembra y la evolución de hoy día. Lo mismo con los tractores, desde la época en que los tractores eran solo una trasmisión y un motor hasta los de hoy día con altísima potencia, tecnología satelital y piloto automático.
En este sentido y recordando viejos tiempos, nos contó que “un día traje un tractor Deutz A50 arrastrando una sembradora granos finos marca Oliver de 28 discos desde Rojas hasta Junín por la ruta 7. Recuerdo que era pleno invierno y no tenía cabina. Y al día siguiente le llevé el tractor a unos productores de Irala y la sembradora a unos productores de Agustina. Así trabajábamos los vendedores en esos años, no había carretón como ahora, ni mucho menos cabinas climatizadas”, contó entre risas Agusti.
Otra cosa que cambió mucho la actividad del vendedor de máquinas es que ahora se ha despoblado el campo. Sobre esto contó que “uno antes salía a la mañana al campo a recorrer tranqueras y volvía de noche. Íbamos de un lado al otro, visitábamos productores que vivían en el campo y de ahí a ver otro. A veces vendíamos algo y muchas veces no, pero qué lindo era ese trabajo. Había que abrir tranqueras, decíamos los vendedores”.
Otra cosa que cambió la forma de vender una máquina es la tecnología, sobre esto Agusti destacó que “ahora te llaman los clientes por teléfono y uno desde acá les pasa las fotos de las máquinas y hasta los folletos. Ahora la venta cambió totalmente”.
Ismael, también se acordó de algunos colegas que ya no están y entre ellos mencionó a Roberto Saccoccia, a Alberto Di Camillo y a Rodi Cesari, entre otros y dijo: “Yo he tenido la suerte de conocer a todos y con todos me he llevado y aun me llevo bien. Entre los vendedores siempre hay picardías, pero sin maldad”.
Para ejemplificar una de estas picardías contó, sin hacer nombre del colega, que “una vez voy al campo a vender un tractor Deutz a unos viejitos, me dieron el sí, pero no me firmaron nada. Resultó que al día siguiente cae un colega de acá de Junín y le vende el tractor de la marca de él. Los convenció diciendo que su tractor venía con rueda de auxilio. La cuestión es que compraron el tractor del colega. La anécdota es que cada vez que me lo encontraba, yo le decía que los viejitos todavía estaban esperando la rueda y los dos nos reíamos juntos”.
Hoy Ismael tiene 76 años, dedicó casi toda su vida a la venta de maquinarias, tuvo momentos buenos y de los otros, pero nunca bajó los brazos. Sigue con su concesionario Agusti Maquinaria Agrícolas vendiendo herramientas nuevas, usadas y también repuestos. Te atiende en un coqueto local ubicado en Av. Benito de Miguel al 900 y tiene dos virtudes: ser un honesto vendedor y una excelente persona.