José Fric, el inventor olvidado de la primera cosechadora automotriz

José Fric, fue desde los hechos históricos, el verdadero inventor de la cosechadora automotriz. Así lo indican artículos periodísticos del año 1917. Se sospecha que fue objeto de una estafa por parte de empresas americanas, seguramente la razón por la cual Fric terminó su vida en el más absoluto ostracismo.

Por José Luis Amado -Periodista Agropecuario-
Desde el punto de vista formal e incluso el legal, el creador de la primera cosechadora autopropulsada es don Alfredo Rotania, el hombre de la localidad santafesina de Sunchales que pensó que debían mejorarse las maquinarias usando el motor de la corta trilla para impulsar toda la cosechadora, y de este modo lograr que tuviese tracción propia.

Rotania comenzó las gestiones para patentar su invento en 1927. En tanto, fabricaron cinco unidades de la innovadora cosechadora automotriz. El certificado de invención fue expedido en diciembre de 1929.

Hasta aquí lo legal, lo que está certificado con patente de invención. Pero hubo otra historia, una que había ocurrido diez años antes, exactamente en 1917.

El contexto

La trilladora o cosechadora es, de las herramientas utilizadas en el campo, la máquina más avanzada y con mayor composición tecnológica. Por lo tanto, aún al día de hoy, es el equipo más complejo y a su vez más caro de los utilizados en las labores de cosecha.
Si embargo, en los inicios de la mecanización agrícola, se utilizaban la maquinaria importadas como las Clayton o las Deering.

Lo cierto es que la utilización masiva de este tipo de máquinas obligó a los mecánicos de los pueblos agrícolas a repararlas, circunstancia que los llevó conocerlas al detalle. Esta situación motivó distintas reformas que estos mecánicos realizaban sobre ellas. Incluso se puede afirmar que fueron más allá, cuando comenzaron a diseñar y hasta construir sus propias cosechadoras. Tanto es así que, a partir de finales del siglo XIX, comenzaron a aparecer noticias de máquinas producidas localmente. Una de ellas fue la segadora Colombo, que tuvo cierta aceptación en Santa Fe. Más tarde, en la década de 1910, se tiene noticias de producción nacional de sembradoras, como la que fabricaba Nicolás Schneider para alfalfa.

En el sur de la provincia de Buenos Aires, el uso de las cosechadoras, se empezó a notar apenas comenzado el año 1900. Circunstancias, como el elevado precio del hilo sisal, la falta de personal con conocimiento en maquinaria y los aumentos de salarios, entre otras, influyeron en la rápida difusión de este tipo de máquinas para la cosecha. Hay que destacar que esta ese momento las más utilizadas eran las de “peine” y las de “cuchilla”.
La denominadas de “peine”, trillaban y limpiaban los cereales realizando un buen trabajo. Las más conocidas eran la “Australiana” y la “Golondrina”.

A modo de mejorar la trilla de las de “peine”, aparecieron las de “cuchilla”. Esta era una máquina que permitía cosechar cultivos desparejos, reducía pérdidas y entregaba el producto en mejores condiciones. Entre las más conocidas se puede mencionar a las Mc. Cormick y las Deering, todas de 9 pies de corte y cilindro tipo trilladora. Cabe destacar que estas máquinas eran muy pesadas y requerían entre diez a doce caballos para su arrastre.

El inventor

Ahora vamos a contar un hecho absolutamente real y documentado, pero que, -como muchas veces suele suceder-, no ha tenido la difusión suficiente como para que le adjudique la enorme importancia de lo sucedido.

Se trata de la historia de José Fric, un ciudadano de Pigüé, provincia de Buenos Aires, y descendiente de alemanes del Volga, que a la edad de 28 años, ideó y construyó, hace nada más ni nada menos que cien años, una máquina cosechadora automotriz absolutamente novedosa.

La máquina, por medio de un motor de automóvil, producía los movimientos de corte y trilla al mismo tiempo que por un mecanismo especial de acción se accionaba una rueda motriz que la hacía marchar en tracción, quedando así suprimido el uso de los caballos.

Hoy se conoce que Fric, fabricó su máquina empleando materiales viejos de máquinas diversas, los cuales logró adaptar al nuevo modelo planificado. Comenzó y terminó su obra en un año y medio. El 16 de diciembre de 1917 la máquina pasó su primera prueba a campo con excelentes resultados.

Al año siguiente, en 1918, Fric presentó su invento en la Exposición Rural de Palermo, en Buenos Aires. Donde el jurado reconoció su mérito entregándole el diploma del Primer Premio. Pero José Fric había cometió un error, pues en 1817 envió los planos y detalles de su invento a Estados Unidos para su registro y patentamiento. Y aquí ocurre una circunstancia por demás de llamativa. Mientras Fric estaba mostrando la máquina en la muestra más importante del país, desde Chicago y por intermedio de telegramas se da a conocer a todo el mundo, sobre la invención de una nueva máquina segadora de trigo, curiosamente muy similar a la ideada en Pigüé. Esta noticia cayó de fulminó la posibilidad de que Fric se adjudicase la invención, lo cual determinó que el hombre de Pigüé nunca haya podido reivindicar la primicia de su invento.

Las pruebas

La primera referencia que se conoce sobre esta máquina, es una nota periodística que apareció en el periódico socialista La Vanguardia el día 23 de septiembre de 1918. La misma que cuatro días después, el 27 de septiembre del mismo año, replica el periódico La Tierra (Nº 299) que, aún hoy, edita la Federación Agraria Argentina.

Lo anterior es importante aclararlo porque solo se conoce la nota que apareció en el periódico La Tierra, pero en ese artículo periodístico indica, de forma explícita, que está extraído de La Vanguardia.

El título de la nota es “Inventos Obreros”, e inmediatamente aclara a modo de bajada de título: Cosechadora –Trilladora Automóvil (textual).

La Vanguardia anunciaba la aparición en el mercado de la primera cosechadora automotriz en el mundo. La nota señalaba: “Está en exhibición en el local de la Exposición Rural de Palermo una máquina cosechadora trilladora automóvil destinada a producir una verdadera revolución en la técnica agrícola”.

La nota estaba ilustrada con dos fotos, una de la máquina trabajando a campo y la otra con el diagrama de la misma. Luego explica algunas características, por ejemplo, dice: “Se trata de una máquina que por medio de un motor automóvil produce todos sus movimientos de corte y de trilla, al propio tiempo que por un mecanismo especial acciona una rueda motriz que la hace marchar en tracción, quedando así totalmente suprimido el uso de caballos”.

Luego continúa diciendo: “Está construida especialmente para cosechar trigo, pero puede ser utilizada para todos los cereales similares, como ser avena, cebada, lino, alfalfa, etc.”.

En la nota original de La Vanguardia, va más allá, al explicar las ventajas de la máquina de José Fric: “Puede cosechar diariamente de 200 a 300 bolsas de trigo, con el único gasto de 80 litros de nafta”, luego amplía, “Cambia por completo la forma actual de recolectar nuestros cereales. Trasforma las penosas y costosas faenas agrícolas en un trabajo agradable y completamente económico, pues bastan un hombre para dirigirla y otro para embolsar el cereal”, indicaba el periodista.

Incluso el periodista revela que: “Todas las pruebas sucesivas, no hicieron más que confirmar el éxito del invento y este año Fric trajo su máquina a Bs. As. El Jurado de la Exposición acaba de conferirle un diploma, aunque de haberse podido hacer demostraciones prácticas en un campo, hubiera merecido más atención de los Jurados, seguramente habría alcanzado el Primer Premio…”.

Características técnicas

Hay que decir que la máquina no tuvo mayor difusión porque las pérdidas de grano por cola eran elevadas. No obstante, fue probada por expertos en maquinaria.

En el informe original sobre el funcionamiento de la máquina, el especialista en maquinaria agrícola Ing. Marcelo Conti comentaba: “La máquina es de cuchilla de nueve pies y a empuje central; se evita en tal forma el tiro lateral propio de las demás cosechadoras, lo que permite ofrecer un conjunto más armónico, resistente y equilibrado bajo el punto de vista mecánico (…). El motor es colocado sobre un chasis o armazón independiente de las partes que constituyen la cosechadora, las cuales pueden ser fácilmente trasportadas al terminar la temporada de cosecha. En tal caso, previo pequeños arreglos, quedará transformada la máquina en tractor apto a arrastrar arados, sembradoras y otras máquinas agrícolas (…). Actualmente esta primera cosechadora lleva acoplado un viejo motor de automóvil de potencia algo mayor (20-22 HP); por lo tanto su consumo en nafta es bastante alto (5 1/5 litros por hora), pero pensamos que aplicando un motor más apropiado, dicho gasto podrá reducirse sensiblemente”. (textual Anales de la Sociedad Rural Argentina, Buenos Aires, 1919, pp. 61-64).

Corte longitudinal de la cosechadora de José Fric.

El telegrama

En la nota original del periódico federado “La Tierra” hace mención explícita al telegrama, pero antes indica lo siguiente: “No se conoce hasta el presente un mecanismo tan simple y eficaz para la cosecha de trigo. Sin embargo, un telegrama que publicamos ayer, y con nosotros dos colegas de la mañana, informaba en Chicago: (Los entendidos en maquinaria agrícola dicen que las pruebas efectuadas en la recolección de la última cosecha han demostrado los méritos de una nueva máquina segadora de trigo, empleada este año por primera vez. Este aparato, corta las espigas de trigo en el campo y rastrilla a medida que camina a través del campo. Con esta máquina dos hombres hacen el trabajo que antes requería el esfuerzo de 15 a 20 obreros…).

Luego la nota original de “La Tierra”, explica: “El telegrama nos fue enviado por la oficina de información para la prensa de Estados Unidos, y es por eso que el ciudadano Fric, con quien hablamos anoche, supone, sin excluir otras hipótesis, que se trata de un invento similar al suyo, dado que hace ya muchos meses él envió a un agente de aquel país, los planos y detalles para su registro y patentado. De todos modos, la máquina de Fric nos ofrece otra maravilla: el trigo va de la planta a la bolsa, suplantando todas las operaciones desde el desgrane hasta la ventilación. Se soluciona el problema de los brazos para la cosecha y el empleo de los caballos y nos quita también la poesía de las parvas que Malharro supo llevar a sus cuadros con tanto sentimiento”. Cabe aclarar que la última parte del texto hace referencia al pintor bonaerense Martín Malharro (1865/1911).

La reivindicación

Luego de la incómoda situación por la que pasó José Fric, poco y nada se supo de él. Quizás la vergüenza de lo que pudo haber sido y no fue, hizo que Fric no volviese a trabajar, al menos desde el conocimiento público, en el desarrollo de otra máquina cosechadora.

Sobre lo ocurrido siempre sobrevoló la idea que empresas americanas, con el envío de telegramas a todo el mundo, se habían apoderado ilegalmente del invento de José Fric y de esta forma habían anulado la posibilidad que se les anticipen en semejante desarrollo tecnológico.

De todas formas, y gracias a los archivos periodísticos, se puede aseverar sin temor a equivocaciones que fue un argentino de Pigüé quien ideó y construyó la primera cosechadora autopropulsada del mundo.

Finalmente, si bien José Fric nunca en vida fue reconocido por su invento, desde el año 2007, y por iniciativa del historiador especialista en maquinaria agrícola don Tadeo Buratovich y de las fuerzas vivas del pueblo bonaerense de Pigüé, el Parque Industrial de esa ciudad lleva su nombre. Un merecido homenaje a un inventor que hasta hoy era desconocido.

Fuentes consultadas: Tadeo Buratovich, historiador de Arequito, Santa Fe. Periódico La Tierra de Federación Agraria Argentina (edición del 27/09/1918) y Sra. Norma Perera de Valente, museóloga de Pigüé (Inventos Pigüenses en Maquinaria Agrícola -2007- Pag 21 a 25).

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