La cena de esta navidad sale 10 veces más que hace 5 años

«Changómetro» es el medidor de compras de la Fundación Argentina para el Desarrollo Agropecuario (FADA). En esta nueva medición de la temperatura a la inflación, FADA se concentró en los precios de los productos que se consumen en las fiestas de fin de año.

POR JOSÉ LUIS AMADO –PERIODISTA AGROPECUARIO- EXCLUSIVO PARA GRUPO LA VERDAD

Dicen que es mejor decir las cosas como son y sin anestesia. Bueno…, una cena para estas fiestas cuesta 10 veces lo que costaba hace 5 años. Un análisis realizado por FADA sobre los precios de los productos que se consumen habitualmente a fin de año muestra que el efecto de la inflación sobre sobre las familias argentinas es brutal.

En concreto, a través del Changómetro se puede apreciar cómo pierde valor nuestra moneda nacional, el peso. “Analizamos una cena bien argenta: un asadito, ensalada, gaseosa, un heladito de postre, un brindis y algunos productos dulces. Esta celebración típica en cualquier hogar argentino en 2017 costaba $630 en 2021 costó $3.240 y hoy sale $6.030. En cinco años nuestra cena cuesta 10 veces lo que costaba”, explica David Miazzo, Economista Jefe FADA.

«Por ponerte de ejemplo un producto concreto: en 2017 con $1.000 podíamos comprar 4 potes de helado, hoy no nos alcanza para ninguno, un postre con sabor a poco», agregó.

Luego David Miazzo analizó que «El 2022 cerrará con una inflación del 91% y la expectativa es un piso del 100% para 2023. Lo preocupante es que no hay indicadores que nos hagan pensar que vaya a bajar la inflación, el menos de manera consistente».

No termina todo aquí, el trabajo de FADA también nos permite ver que en los cinco años del estudio con un billete de $1.000 nos perdimos de comprar: 7 kilos de asado, 23 kilos de lechuga, 35 kilos de tomate, 19 gaseosas, 4 potes de helado, 14 pan dulces, 24 paquetes de postre de maní, 52 turrones, 59 paquetes de garrapiñadas o 17 sidras.

El Changómetro también tuvo en cuenta una mesa dulce y el brindis con productos típicos: sidra, pan dulce, turrón, garrapiñada y postre de maní. «En 2017 esto salía $190, a cinco años, ese importe se multiplicó 11 veces para llegar a un precio de $2.140», advierten desde FADA.

En 2017 comprábamos 18 botellas de sidra ($56). Hoy compramos 1 ($710) Son 17 sidras menos, que equivalen a 68 brindis que perdimos, indica el estudio.

En cuanto al pan dulce, el dato que arroja el Changómetro es que «mientras que en 2017, con $1.000 podíamos comprar 15 pan dulces ($64), hoy solamente nos alcanza para 1 ($680). Perdimos 14, en cuatro años».

Comparando la mesa dulce, con $1.000 en diciembre 2017, comprábamos 56 turrones de maní ($17,60), hoy sólo 4 ($210), son 52 turrones menos. Con la garrapiñada sucede algo similar: comprábamos 64 paquetes ($15,50), hoy compramos 5 ($180), perdimos 59 paquetes. En postres de maní comprábamos 26 ($38) y ahora sólo 2 ($360), perdimos 24 en el camino.

“Los salarios vienen muy golpeados, han perdido el 22,5% del poder de compra desde diciembre de 2017. Esto significa que si una persona podía comprar 4 kilos de algún producto, en promedio hoy sólo puede comprar 3 con su salario. Esto sucede porque es muy difícil que los salarios se puedan mantener al ritmo de los precios en una economía que no crece y tiene niveles de inflación altos”, ejemplifica Miazzo.

Un análisis de la situación

Durante el 2022, de marzo en adelante, la inflación mensual ha sido del 6,2% en promedio, con un mínimo en el 5% de mayo y un máximo en el 7,4% de julio. “El problema es que no hay indicadores que hagan pensar que la inflación va a bajar. La cantidad de pesos que hay en la economía sólo crece, por lo que su valor sólo puede caer. El tipo de cambio oficial viene creciendo los últimos 3 meses a un promedio del 6,2%, por lo que le pone un piso a la suba de precios de productos que se exportan o importan”, comenta el economista.

“En este contexto lo único que le pondrá un límite a la inflación es un consumo cada vez más frío, consecuencia de una economía que lentamente irá entrando en recesión y salarios que cada vez pierden mayor poder adquisitivo”, revela Miazzo.

A un año y medio de su lanzamiento, el Changómetro ha dejado en claro que la inflación afecta a todo tipo de productos y rubros: suben los alimentos, los productos de limpieza, la nafta, la ropa, los servicios y así se podría seguir.

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