Informa la Bolsa de Comercio de Rosario que, lejos de alcanzar al rinde promedio de 45 qq/ha que marcó el Trigo en la región núcleo en la campaña 2017/18, las expectativas ahora están puestas en las lluvias de principio de setiembre.
Ante la demora de las lluvias, se esfuman las expectativas de superar el rinde promedio de 45 qq/ha que dejó el trigo en la región en 2017/18. Se recrudece el temor por el abatimiento del cultivo que dejó la falta de agua en la campaña pasada. En la región núcleo, el trigo 2020/21 obtuvo un promedio de 30 qq/ha, 9 quintales menos que la media de las ultimas 5 campañas anteriores. Esta vez, el cultivo se sostiene por las reservas de agua que dejó el otoño y los aportes de julio. Sin embargo, el cereal ingresa en una etapa más demandante, el 20% de los lotes se encuentran comenzando la encañazón. Se mantienen 200.000 ha en estado regular a la espera de lluvias para revertir su condición. Los pronósticos indican que agosto finalizará sin aportes pluviales. Las expectativas están puestas en las lluvias de principios de septiembre.
¿Cómo están las reservas de agua del suelo en la región?
En el centro sur de Santa Fe y el sudeste cordobés las reservas de agua están entre regulares y escasas. El detenimiento del desarrollo del cultivo, la pérdida de hojas inferiores y la menor fertilización por la falta de agua ponen en jaque al rinde triguero. En el centro sur santafesino se necesitan entre 20 a 30 mm para detener la caída del potencial del rinde. Mientras que en el sudeste cordobés las necesidades ascienden a más de 100 mm para alcanzar buenos niveles de humedad.
Hacia el sur provincial y el norte bonaerense las reservas mejoran. En Bigand, solo aquellos lotes con peor manejo o lotes con menor calidad de suelo podrían manifestar reducciones de rinde por la falta de humedad.
En Pergamino, las lluvias acompañaron al ciclo del cultivo y permitieron incorporar los nutrientes nitrogenados aplicados durante el macollaje. Con una lluvia de 20 mm en la primera semana de septiembre se auguran buenas expectativas de rendimiento.
Las mayores probabilidades de la instalación de un evento Niña amenazan la posibilidad de materializar la intención de siembra de maíz en la región núcleo. Sin embargo, se afirma la intención de sembrar 1,7 M ha de maíz este año debido la buena performance que tuvo el cultivo ante la escasez de lluvias del año pasado. El margen bruto ajustado que dejaría la soja, en particular en campos alquilados, además del techo de rendimiento que tiene la oleaginosa afirman la intención de siembra del cereal. Además, los herbicidas específicos para ese cultivo aplicados en barbecho impiden cambiar a otro cultivo por riesgo a la fitotoxicidad.
Toma fuerza el maíz tardío
Ante la falta de humedad para la siembra de maíz temprano y la mayor probabilidad de contar con un evento Niña este año, el maíz tardío comienza a tomar protagonismo en las planificaciones. En Pergamino afirman que puede haber un vuelco importante hacia las siembras más tardías, ya que en las últimas campañas han mostrado un comportamiento descollante. La inclinación hacia las siembras más tardías se vería consolidado por la espera de mayores temperaturas de suelo y algún aguacero que garanticen una mejor uniformidad en la emergencia. El alto riesgo de sembrar costosos híbridos en septiembre sin la humedad suficiente inclina la balanza hacia los maíces tardíos. Se suma el evento de La Niña con una probabilidad del 70% de ocurrencia para el periodo cálido 2021/22 como ingrediente a la decisión de diversificar las fechas de siembra.