Mal pronóstico para la campaña agrícola. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires difundió su informe de perspectivas climáticas estacional en el que advierte que el enfriamiento del Océano Pacífico se ha intensificado, lo que marca que la intensidad del fenómeno La Niña podría ser “fuerte” e “intenso”, causando consecuencias negativas en la producción agrícola argentina.
“Los vientos alisios se fortalecieron, impulsando hacia el Ecuador las aguas de la corriente fría de Humboldt, a lo que también contribuye la acción de los vientos polares, haciendo que el enfriamiento del Pacífico Ecuatorial se intensifique considerablemente, provocando el desarrollo un episodio fuerte de La Niña”, explica el reporte elaborado por el climatólogo Eduardo Sierra.
A eso se suman dos efectos negativos más: la presencia de vientos polares que reducen aún más la oferta hídrica y el ascenso de la corriente marina fría de Malvinas que frena los ingresos de humedad provenientes del Océano Atlántico norte.
Por eso, Sierra sostiene que “durante la primavera, el Océano Pacífico Ecuatorial se enfriará, pasando a un estado de La Niña moderada a fuerte, a lo que se sumarán los vientos polares por encima de su nivel normal y el enfriamiento del litoral atlántico”.
Temperaturas y lluvias
Según el informe, desde el punto de vista de las temperaturas, se observarán descensos térmicos tardíos, con riesgo de heladas, al mismo tiempo que empezarán a sucederse episodios con altas temperaturas en orden creciente.
En cuanto a las precipitaciones, hay algunas zonas del país como el noroeste argentino donde La Niña suele tener accionar positivo, pero en esta oportunidad la temporada de lluvias comenzaría de manera tardía. Aunque una vez iniciada, las lluvias superarían los promedios normales, con riesgo de tormentas severas y desbordes de ríos y arroyos.
“Contrariamente, el enfriamiento del Atlántico, los vientos polares y La Niña actuarán negativamente sobre el sudoeste y el interior del área agrícola argentina, haciendo que no logren reponer totalmente sus reservas de humedad”, añade el documento.
En este marco, solo se beneficiarían el este de la región pampeana, la Mesopotamia y el este del Chaco, debido a los aportes de humedad marina. La mejor noticia de esto es que las descargas se recuperarían en los ríos Paraná y Paraguay, mejorando la profundidad de los puertos fluviales.
Verano
En cuanto al verano, que es el período clave para la soja y el maíz, al comienzo de la estación “el área afectada por sequía alcanzará su máxima extensión en las zonas donde el efecto de La Niña es negativo”.
Es decir, la mayor parte de la región pampeana, el este de Cuyo, el este del NOA y el centro de la Mesopotamia. En cambio, el centro de Buenos Aires, la región del Chaco y el norte de la Mesopotamia presentarían condiciones hídricas entre regulares y buenas.
“Contrariamente, las zonas donde los efectos de La Niña son positivos, como el oeste y el centro del NOA, el oeste de Cuyo y el noroeste de la Región Pampeana observarán precipitaciones superiores a lo normal, con riesgos de tormentas severas y otros fenómenos extremos”, añade el estudio.
En este marco, hacia el final de la estación, las precipitaciones retornarían gradualmente, pero continuarían observándose amplios bolsones de sequía en toda el área donde los efectos de La Niña son negativos; sobre todo, en el interior argentino.