En Argentina se paga hasta dos dólares; los ingenieros piden que se rediscutan las normativas vigentes.
El costo de la vacuna contra la aftosa se convirtió en un tema de agenda nacional para el Gobierno. El vocero presidencial anunció la apertura de importación y habló del costo que pagan los productores argentinos.
Para analizar este punto, es importante ver los precios de la región. El Centro Argentino de Ingenieros Agrónomos (CADIA) informó los valores que se manejan en la región.
“Existe para los productores argentinos un costo nada despreciable de US$ 2 por dosis que duplica su valor por la aplicación al que se le suma los gastos por traslado, movimientos, etc. En Paraguay vale US$ 0,3; en Bolivia US$ 0,5; en Uruguay US$ 0,7 y en Brasil US$ 0,5”, informó. De esta manera, el productor argentino paga hasta seis veces lo que gasta su par paraguayo.
“Cabe destacar que en algunos países mencionados se vacuna con el producto fabricado en laboratorios de la Argentina”, planteó CADIA. También aclaró que diferenciar el costo de la vacuna salida de los laboratorios, puesta en los entes de vacunación y luego sumar el valor del acto de vacunación.
En este sentido, manifestó que la situación es muy variada y remarcó que los valores no se pueden generalizar.
Más allá del precio, CADIA remarcó que es momento de rediscutir las normativas del Senasa. Este organismo es el que interviene en la materia y pregona por mantener el estatus sanitario.
“El Senasa debería revisar y analizar la normativa vigente sobre la vacuna anti aftosa, mediante la cual se resolvió cuáles son las cepas integrantes de la vacuna. En base a la situación epidemiológica actual, definir científicamente cuál debería ser la nueva composición de la vacuna (bi o tetravalente) y si corresponde homologarla con la utilizada con los países de la región (Paraguay, Uruguay y Brasil)”, destacó el centro.
CADIA también planteó que una alternativa a analizar es dejar de vacunar la vaca y seguir vacunando juveniles. “Otra alternativa, mucho más trazable, en línea con los criterios de mínimo riesgo, sin descuidar los argumentos en cuanto a la integridad sanitaria de nuestro rodeo, podría ser dejar de vacunar a todos aquellos animales destinados a faena durante el año calendario”, analizó el centro.
Por último, CADIA solicitó que se convoque a los sectores implicados para discutir la política de estatus. Con el objetivo de que puedan emitir su opinión al respecto, siempre fundamentada con “aspectos técnicos y científicos”.
