Muchas dudas con la campaña de trigo 2022

En los últimos días se han conocido las primeras estimaciones sobre la campaña de cereales de invierno 2022/23. Con la caída en la intención de siembra se vuelve a perder otra oportunidad.

POR JOSÉ LUIS AMADO –PERIODISTA AGROPECUARIO- PARA DIARIO LA VERDAD

Las primeras estimaciones de las bolsas de cereales sobre la próxima campaña no son promisorias. Los técnicos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires han arrancado con un pronóstico de siembra de 6,5 millones de hectáreas, unas 200 mil menos que en la campaña anterior. En tanto, la Bolsa de Comercio de Rosario tienen una visión todavía más pesimista. Para la región núcleo habla de una caída de no menos del 10% en el área sembrada y la pérdida de hasta 2 millones de toneladas de producción.

¿Cómo se explica que los productores argentinos no siembren masivamente el trigo si ayer llegó a 433 dólares por tonelada en el mercado de Chicago? Bueno, lo primero que hay que decir es que si bien el trigo no tiene los derechos de exportación que tiene la soja, pues tributa el 12% contra el 33% de la oleaginosa; los productores trigueros son cautos a la hora de “enterrar dólares” como ellos le dicen.

Los agricultores hacen un análisis profundo y ponderan los costos proyectados en una planilla de márgenes agrícolas para saber la conveniencia o no de encarar la siembra del cereal y lo comparan con otras opciones. Por lo pronto, los técnicos de la Bolsa de Cereales de Bahía Blanca, una zona determinante para el trigo, han hecho ese trabajo para diferentes zonas productivas, con potenciales de rendimiento y planteos de diferente intensidad tecnológica.

Los resultados de estos “márgenes agrícolas” proyectados son muy útiles para entender por qué los productores no están convencidos de sembrar trigo.

La parte más importante del trabajo de la bolsa bahiense es la que se refiere a los resultados o margen bruto, que es el resultado de contrastar los costos directos de la siembra de trigo con los ingresos proyectados. Del análisis se desprenden dos conclusiones.

Uno, el Margen Bruto es positivo en el caso de productores que siembren trigo en campo propio. Y dos, cuando a los diferentes planteos se le añade el costo del arrendamiento, los márgenes brutos comienzan a ser negativos.

Esto significa que, aún a pesar de los altos precios del trigo, los ingresos proyectados no llegan a ser suficientes para asegurar una rentabilidad adecuada a aquellos productores que encaren la siembra sobre un campo alquilado. Por el contrario, perderían plata haciéndolo. Y recordemos aquí que se estima que entre el 60% y el 70% de la agricultura en la Argentina se realiza sobre campos alquilados.

En este contexto, la pregunta es: ¿por qué no se pueden aprovechar los altos precios?, y la respuesta es por los altos costos de sembrar. “El margen bruto en esta campaña es mayor en situación de campo propio, aunque los costos directos aumentaron significativamente (60%) respecto a la campaña anterior”, explican los analistas de la Bolsa de Bahía Blanca.

Guerra mediante, algunos costos han subido mucho más que los precios de los granos y esto ha alterado la llamada relación insumo/producto (cuantos kilos de trigo se necesitan para pagar un kilo de fertilizante o agroquímico).

En conclusión, la Bolsa bahiense destaca que “El importante aumento en el precio de los cereales invernales no llega a compensar el incremento del valor en los fertilizantes, disminuyendo la rentabilidad del uso de estos insumos”.

Si a esta situación el productor de trigo le agrega los costos de alquilar, en la mayoría de los casos la ecuación resulta francamente desfavorable. “Los márgenes bajo arrendamiento son negativos, a excepción de la zona sur de la provincia”, define el informe.

El análisis concluye que -en este escenario- ni los buenos precios ni el clima adecuado serán suficientes como para convencer a los productores de sembrar más trigo. Y en cuanto a la intención de siembra fina en su área de influencia, señala la entidad que el 39% de los productores no apostará por el trigo y entre ellos el 61% reducirá su área más del 20%. Una pena que nada se haya hecho desde el gobierno para impulsar la siembra de un grano que tiene tanta demanda mundial. Otra oportunidad perdida.

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