Es uno de los ejemplos de un informe que elaboró la Bolsa de Cereales de Buenos Aires para demostrar que el precio de los granos no es un factor determinante en la inflación.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires difundió un completo informe en el que echa por tierra la teoría de que el aumento de los precios de los granos tiene una incidencia fundamental en la formación de precios de los alimentos.
Por el contrario, este argumento que utiliza el Gobierno para defender su idea de intervenir los mercados –como quiso hacer prohibiendo las exportaciones de maíz–, quedó desmentido al comprobar la entidad porteña que, como máximo, los granos inciden en el 21 por ciento del precio del pollo.
En concreto, la estimación realizada por la Bolsa de Buenos Aires, para productos vinculados al maíz, es que representa el 21 por ciento del precio del pollo entero de precios cuidados, el 13 por ciento de los huevos, el 12 por ciento del pollo trozado, el 10 por ciento del pechito de cerdo, el ocho por ciento de la leche y el siete por ciento del asado.
Precisamente, frenar el aumento de la carne vacuna fue una de las razones que esgrimió la Casa Rosada para prohibir las exportaciones de maíz, y es el producto en que menos incide este grano.
Suponiendo, por ejemplo, un kilo de asado a 700 pesos, el maíz representaría solo 49 pesos. O al revés: si le regalaran el maíz a los productores, el valor del kilo apenas bajaría 49 pesos.
En tanto, el trigo, que está en la mira luego de que subiera el precio del pan, representa sólo el 13 por ciento del precio de los panificados.
“Por lo tanto, en los productos estudiados, más del 80 por ciento del precio al consumidor no depende del precio doméstico de los granos, sino que responde a otros costos, tales como salarios, energía, alquileres, utilidades, impuestos, fletes y otros costos de distribución, que acompañan la evolución del nivel general de precios de la economía”, resumió la Bolsa de Cereales.
Y continuó: “Esto significa que, por cada reducción del uno por ciento en el precio doméstico del maíz, se generaría una reducción potencial del 0,21 por ciento en el precio del pollo entero de precios cuidados, 0,13 por ciento de los huevos, 0,12 por ciento del pollo trozado, 0,10 por ciento del pechito de cerdo, 0,08 por ciento de la leche y 0,07 por ciento del asado. En el mismo sentido, una reducción del uno por ciento en el precio doméstico del trigo, provocaría una reducción potencial del 0,13 por ciento en el precio del pan”.
Impacto en la inflación
En paralelo, otro interesante cálculo realizado por la entidad porteña es relacionar las subas de estos granos con su impacto en la inflación que sufre el consumidor.
“Durante 2020, los precios del trigo y el maíz aumentaron 80 por ciento y 91 por ciento, respectivamente. Este aumento explicó solo 0,48 puntos porcentuales de la suba del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de la Ciudad de Buenos Aires, que mostró un incremento del 30,5 por ciento interanual”, sintetizó la Bolsa.
A esa estimación se llegó partiendo de la base de que los alimentos antes mencionados tienen una ponderación del cinco por ciento sobre el IPC. Esto significa que un incremento del uno por ciento del precio de estos alimentos tendría una incidencia de sólo 0,05 puntos porcentuales en el índice de inflación.
Siguiendo este razonamiento, si el precio del maíz y del trigo registrara un incremento del 30 por ciento y la participación de estos en los bienes de consumo básico estudiados es de 10,8 por ciento, la incidencia sobre el IPC sería de solo 0,162 puntos porcentuales. El cálculo análogo podría realizarse al multiplicar el incremento del precio de los granos (30 por ciento) por la incidencia del maíz y trigo sobre el IPC (0,54 por ciento).
De allí que la proyección de que solo 0,5% de la inflación es producto del fuerte aumento de trigo y maíz, surge de multiplicar la variación de los precios de los granos por su porcentaje de incidencia.
“De esta manera, a través de los productos analizados, la suba de los precios de los granos representó solo el 1,57 por ciento de la inflación del 2020. El restante 98,43 por ciento se debió a factores distintos al comportamiento del trigo y el maíz”, concluyó la Bolsa de Buenos Aires.