Puede llover hoy, mañana o pasado mañana, pero el daño ya está hecho. Se acaba de detectar que cayó 500 mil toneladas la producción de trigo. Lo que se perdió, se perdió.
POR JOSÉ LUIS AMADO –PERIODISTA AGROPECUARIO- EXCLUSIVO PARA GRUPO LA VERDAD
Pasó todo septiembre, estamos a fines de la primera quincena de octubre y no hubo lluvias en esta parte de la región núcleo. Que haya ocurrido esto, no va le va a salir gratis a los cultivos de trigo que por más genética que tengan incorporado, si no llueve, no hay granos.
En este sentido, el informe del jueves de la Bolsa de Comercio de Rosario destaca que “Las lluvias de esta semana eran claves para frenar la caída del rinde de trigo, que está en pleno período crítico, entre hoja bandera y llenado de granos y para el maíz cuya ventana de siembra se cierra el 15 de octubre”.
Al déficit hídrico de los primeros diez días de octubre se suma un septiembre completamente seco en la región núcleo. Históricamente, en los primeros 10 días del mes deberían haberse acumulado 30 mm, pero este año apenas un 10% de toda la zona núcleo alcanzó esos registros.
En función de lo anterior, la Bolsa rosarina explica que “El 80% de los suelos de la región continúan en estado de sequía y solo el noreste de Buenos Aires está en condiciones de humedad escasa a regular (el Partido de Junín quedó enmarcado en esta condición). Hoy – aclara el informe-, hacen falta entre 100 y 140 mm para recomponer las reservas de agua en los suelos”.
Pérdidas en trigo
La campaña triguera 2024/25 en la región núcleo comenzó optimista, pues se sembró un 30% más que el año pasado y se apostó fuerte con tecnología de punta con el objetivo de superar en los lotes los 50 qq/ha. Sin embargo, salvo la escasa lluvias de fines de agosto, el cultivo pasó prácticamente todo su ciclo sin aportes de agua. Ahora, en plena definición del rinde, las estimaciones de producción se alejan de lo esperado.
Así como están hoy día los cultivos, se calcula un rinde promedio de 35 qq/ha, cuando hace un mes atrás se esperaba alcanzar 40 qq/ha. Por lo tanto, y teniendo en cuenta lo anterior, se puede estimar que si bien hay 1,3 Millones de hectáreas sembradas, se estima una producción de 4,4 Millones de toneladas vs las 4,9 Millones de toneladas proyectadas con un escenario climático normal. Esto da que hoy día ya se llevan perdidas unas 500.000 toneladas de trigo.
Maíz y soja
La siembra de maíz temprano comenzó a toda máquina, pero la condición de seca frenó su continuidad, tal es así que se considera que se sembró solo la mitad de lo que estaba previsto para esta fecha. Por lo cual, de llover en estos días, se va a superponer la siembra del maíz que quedó pendiente con el arranque de la siembra de la soja de primera. “Más allá de las complicaciones, lo único importante es el retorno de las lluvias”, me dijo un productor hace unos días.
Y otro dato no menor: La semilla de soja contiene patógenos. Tal condición fue detectada y avisada por los distintos laboratorios agronómicos. El ataque de patógenos que sufrieron los cultivos de soja en la campaña pasada, más puntualmente durante el llenado de grano y una maduración deficiente hacia el final de la cosecha están afectando la germinación de las semillas que se usarán en esta campaña.
A razón de que ya hay bajos valores de poder germinativo, este año los técnicos han flexibilizado el umbral mínimo de calidad, de manera excepcional y recomiendan sembrar con valores por encima del 70%, cuando lo normal es 80%. La buena noticia es que con fungicidas, las pruebas de germinación muestran una mejora considerable: «en esta campaña será clave elegir bien el curasemillas a aplicar, para evitar sorpresas en la emergencia», explican los asesores.
Finalmente, y como para terminar esta nota, destacar que las vicisitudes climáticas son parte del negocio agropecuario. Está más que claro que una actividad a cielo abierto tiene este tipo de posibilidad. Pero hay algo que sí se puede corregir para hacer de este negocio una actividad tan impredecible y es la voracidad fiscal.
Hace unos días, en la red social X, el Ing. Néstor Roulet destacó que “si la soja da 40 quintales, el ESTADO se lleva 13 en Retenciones y nosotros (se refiere a los productores de soja), salimos hechos después de pagar Impuestos Provinciales y Municipales. Pero si la soja da 30 quintales, el ESTADO se lleva 9 y nosotros perdemos 12 quintales por hectárea. Viendo esto lo mejor es que LLUEVA”, sintetizó el conocido técnico cordobés.