¿Qué cambia para el Agro argentino?

Por Lic. Hernán Satorre, consultor organizacional y economista especializado en el sector agropecuario.

La Argentina ha entrado en una nueva etapa económica. El anuncio del inicio de la Fase 3 del Programa Económico por parte del Gobierno de Milei y el Banco Central de la República Argentina no es solo un cambio técnico: representa un giro estructural con implicancias concretas para todos los sectores productivos, especialmente para el agro, que históricamente ha sido el motor de la generación de divisas en el país.

Fin del dólar blend: una señal clara

Una de las primeras medidas fue la eliminación del régimen conocido como “dólar blend”, que permitía liquidar el 20% de las exportaciones al tipo de cambio financiero. Para el productor o exportador agropecuario, esto significa menores incentivos a vender en el mercado externo si el tipo de cambio oficial no acompaña la evolución de costos internos. En este escenario, planificar financieramente y cubrirse en mercados de futuros deja de ser una opción y se convierte en una necesidad.

Bandas cambiarias: previsibilidad con límites

El nuevo esquema de bandas cambiarias entre $1.000 y $1.400, ajustables mensualmente al 1%, busca estabilizar expectativas y reducir la volatilidad. Aunque se elimina la discrecionalidad total, no implica un tipo de cambio fijo. Para el agro, esto trae algo de previsibilidad para planificar insumos dolarizados (como fertilizantes o maquinaria), pero también exige estar atentos a posibles desplazamientos del tipo de cambio real.

Esto no implica necesariamente una devaluación abrupta y sostenida, el peso argentino puede devaluarse inicialmente y luego apreciarse. Hay que tener en cuenta que independiente de los mínimos y máximos, el BCRA podrá considerar la compra de dólares dentro de la banda en función de sus objetivos macroeconómicos y de acumulación de reservas internacionales, así como la venta de dólares para morigerar volatilidad inusual. En ningún caso la intervención será esterilizada.

Es probable que algunos empresarios agropecuarios “jueguen” con la expectativa de devaluación y apreciación para mejorar los números de sus negocios eligiendo cuando vender en función del precio y también del tipo de cambio.

Seguramente cambie la lógica: antes los empresarios vendían granos a medida que necesitaban, es decir, a medida que el presupuesto financiero lo demandaba, ahora se van a tener que acostumbrar a vender a medida que el precio muestra una renta atractiva. Quizás no necesites la plata, pero como el precio te genera buena renta vas a tener que vender, eso genera otro problema: «Si vendo… ¿Qué hago con los pesos?”.

Más agilidad para importar

Uno de los puntos interesantes para el empresariado agropecuario es la flexibilización de los pagos de importaciones, especialmente para MiPyMEs. Se acortan los plazos y se simplifican los procedimientos, lo que puede traducirse en una mejora operativa directa: menos fricción en el acceso a tecnología, repuestos, equipos o servicios del exterior.

Vuelve el giro de dividendos

A partir de 2025, se podrá distribuir utilidades a accionistas del exterior. Para quienes tienen sociedades con participación extranjera, o están buscando asociaciones con capital externo, esta medida mejora la confianza, recupera previsibilidad y vuelve más atractiva la inversión en proyectos agroindustriales.

Bonos BOPREAL: una válvula para el pasado

Para regularizar deudas comerciales o dividendos pendientes anteriores a diciembre 2023, el Gobierno emitirá nuevos títulos denominados BOPREAL. Es una forma de ordenar pasivos con el exterior sin depender del mercado financiero, lo que puede ayudar a mejorar el perfil financiero de muchas empresas que quedaron atrapadas por el cepo anterior.

Política monetaria más dura, pero más clara

Otro eje clave de esta fase es la decisión de mantener cero emisión monetaria para financiar el déficit fiscal. Esto podría mantener tasas de interés elevadas, encareciendo el crédito en corto plazo, pero también podría traer mayor estabilidad de precios y fortalecer el valor del peso en el tiempo. Para el agro, significa que el costo financiero se mantendrá alto en el corto plazo, pero también que el contexto general será más predecible para proyectar negocios.

Reservas reforzadas, señales de respaldo

Con un nuevo acuerdo con el FMI y fondos adicionales de otros organismos internacionales, se estima un ingreso de más de USD 28.000 millones para fortalecer las reservas. Esto no es menor: envía una señal de solidez al sistema financiero, y abre la posibilidad de que mejoren las condiciones de crédito en el mediano plazo, sobre todo para proyectos bien estructurados.

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