¿Qué hacer, vender granos o retener?, la gran duda de los productores

Pasaron las elecciones, pero continúan las dudas y en este contexto muchos se preguntan ¿qué hacer, vender los granos ahora o retener? This is the question, esta es la pregunta. La opinión de Dante Romano de la Universidad Austral.

POR JOSÉ LUIS AMADO –PERIODISTA AGROPECUARIO- EXCLUSIVO PARA GRUPO LA VERDAD

Los resultados electorales, las medidas macroeconómicas, por nombrar solo un par, están generando en las empresas agropecuarias grandes interrogantes a la hora de tomar decisiones.

Además hay un tema no menor y es el que tiene que ver con la sequía que afectó todas las producciones agropecuarias, en donde los cultivos, fundamentalmente los de soja y maíz, los rindes fueron paupérrimos. Por lo tanto, aquel que posee algo de granos los cuida y aquel que acostumbra a vender a futuro, no sabe qué hacer.

Hay que explicar que si bien mejoraron los precios por la devaluación, también esto genera expectativa devaluatoria hacia adelante porque el tipo de cambio libre sigue teniendo una distancia con el oficial del ciento por ciento. En este contexto existen dudas de si vender y cuándo hacerlo, en un marco de gran necesidad de capital para iniciar la siembra. Encima hay escasez y aumentos de insumos y tasas de interés bancaria prohibitivas. El análisis del catedrático, Dante Romano.

La sorpresa del resultado de las elecciones PASO, en donde se presentó un virtual triple empate y por consecuencia la suba del tipo de cambio del pasado lunes 14, que rápidamente se trasladó a precios, mantuvieron -y aún mantienen- al mercado de granos casi paralizado.

Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, profundiza en cómo impactó el resultado de las elecciones en el mercado de granos.

“El primer impacto se produjo con la devaluación que informó el Banco Central, pasando de 290 a 350 $/USD. Con un mercado donde sólo se operaba dólar maíz, ya que se hacía con un tipo de cambio de 340 frente a 290 oficial, la oferta se detuvo. En soja y trigo ya veníamos con pocos negocios. La duda pasaba por si los nuevos negocios de maíz debían ir a 350 o era obligatorio el 340. Esto mantuvo al mercado paralizado un día, donde de hecho ni siquiera se publicaron precios estimativos de pizarra”, indicó Romano.

“Luego aclarado el panorama se retomó la negociación, con precios en soja que se acomodaron a la devaluación mientras que en maíz lo hicieron parcialmente, ya que con el dólar agro una parte importante ya estaba volcándose a precios”, sostuvo.

Para sumar más detalle, el especialista de la Universidad Austral explicó que, en maíz, los 350 son solo 10 más que el dólar agro, y no varió tanto el valor. “Pero la ventaja de estar obteniendo “un plus” por el grano desapareció, y la intención de venta mermó. De todas formas, con la cosecha en marcha, tampoco se redujo a cero. Distinto es el caso de la soja, donde se viene operando muy poco. La industria convalida un contramargen importante. Pero como no se descartan turbulencias a futuro, y la plataforma de Milei apunta a eliminación de la brecha, la baja de los derechos de exportación y una mayor apertura, no hay muchas razones para vender”, profundizó.

Según explicó, los compradores continuaron interesados en comprar maíz. “Pero los vendedores ya no ven tan atractivo el negocio. La ventaja del dólar maíz era la que traccionaba. Aun así, el programa fue exitoso: se alcanzó el objetivo de ingresos de divisas proyectado”, destacó Romano.

El profesor de la sede Rosario de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Austral también aclaró que esta suba del tipo de cambio implicó adelantar toda la devaluación prevista hasta el cierre del 2023, por lo que no se movería. “Sin embargo, el comentario de Massa indicando que se hizo 20% de la devaluación que pedía el FMI despierta sospechas a futuro”, considera Romano y agrega: “Por esto los futuros de dólar ROFEX, que inicialmente no habían subido tanto, se dispararon en las posiciones más diferidas”.

Por último, por el lado de propuestas, Romano recordó que las del candidato Javier Milei apuntan a unificar tipo de cambio, y eliminar retenciones. “Si esto es así, se transforma en un fuerte incentivo a retener granos, y a no vender la campaña nueva, salvo que los valores impliquen muy buena rentabilidad”, analiza.

¿Y con la ganadería, qué pasa?

En pocas palabras se puede decir que la suba de la hacienda llegó tarde, pero da buenas señales para el 2024. Si bien muchos criadores han tenido que vender gran parte de manera anticipada, los buenos precios permiten indirectamente comenzar a estabilizar el negocio de cara al próximo ciclo.

Si bien semanas atrás se había iniciado un ligero proceso de recomposición de valores tras meses de retrasos, la devaluación de la moneda luego de las elecciones primarias sin duda aceleró de manera contundente la recomposición de los precios.

En definitiva, más allá de las dificultades que plantea la coyuntura actual en nuestro país y después de las amenazas de cerrar las exportaciones de carne, la ganadería vacuna se encamina hacia un futuro muy promisorio en los próximos años. Claro, siempre que logremos trabajar en un contexto de mayor estabilidad y menor presión del Estado sobre la actividad.

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