En los últimos meses fue muy común ver en las redes sociales imágenes de limones siendo desechados o dados de comer a los animales en el norte del país por contar con un precio que resulta insuficiente para cubrir el costo de traslado hasta la industria.
Para comprender con mayor profundidad el problema es importante conocer la opinión de José Carbonell, presidente de la Federación citrícola (Federcitrus) y uno de los que mejor conoce el mercado global y local del citrus. Lo primero que aclara Carbonell es que no es mucho lo que se tiró de limones, o mejor dicho, que es menos de lo que se pensaba que se iba a tirar porque la producción, en el NOA, fue menor a la esperada: en lugar de alcanzar las dos millones de toneladas estará cerca de las 1,8 millones.
De ese volumen, el consumo interno se lleva apenas entre 150.000 y 200.000 toneladas, y el mercado de exportación de fruta fresca, cuya temporada ya está terminando, otras 270.000 toneladas. El restante 1,35 millones de toneladas de limones es destinado a la molienda.
La industrialización
El proceso de industrialización, según explica Carbonell, es el siguiente: primero el limón es rallado para extraer de su cáscara el aceite esencial; luego, ese limón opaco es extrusado para extraer el jugo; y finalmente la cáscara es despellejada, secada y empaquetada. Los tres subproductos tienen destino de exportación. El aceite esencial y el jugo son muy demandados por la industria de bebidas saborizadas, y la cáscara, de la que quedan 50 kilos por tonelada de limón, es utilizada para la extracción de pectina, insumo clave en las industrias alimenticia, cosmética y farmacéutica.
Un informe reciente de FADA (Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de la Argentina), indica que en el primer semestre de este año las exportaciones del sector limonero aumentaron un 42% en volumen y un 44% en valor respecto de los envíos del primer semestre de 2021. La esencia de limón explicó en el primer semestre el 22% del valor exportado por el complejo limonero, contra el 24% de los jugos y el 54% de los limones frescos.
Pero ese auge exportador no tiene un correlato lineal en la actividad industrial, por razones de stock. “Este año no se molió mucho porque el año arrancó con un excedente de jugo y aceite”, explica Carbonell. Luego aporta algunos datos que ilustran el gran problema que enfrenta hoy esa industria, que es el excedente de producción. “Hace 20 años el mundo producía cerca de 4 millones de toneladas de limones y en 2021 la producción fue de 8,5 millones de toneladas, y el consumo no creció en la misma proporción porque al ser un condimento, el limón tiene una demanda muy elástica. La causa de la crisis actual es que hay sobreproducción”, dice el experto.
Hace pocas semanas, el asesor de empresas citrícolas Daniel García le explicaba que el mercado de productos industriales de limón está afectado por diversas variables bajistas. «Por la pandemia y por la falta de contenedores para despachar, la industria está con stock acumulado de jugos cáscaras y aceite de dos cosechas, entonces ahora pasan factura de ese sobrestock. A su vez esos productos sufrieron una baja en el consumo que recién ahora se está empezando a recomponer», detallaba, y luego agregaba: «estimamos que por tres o cuatro años los productos industriales van a estar en el nivel histórico más bajo de precios».
Transformación en carne
En este contexto, los productores analizan sus opciones. La cosecha no es opcional, hay que sacar los limones de las plantas para no comprometerlas sanitaria y productivamente, y también hay que sacarlos del campo para evitar un daño ambiental. Pero el traslado hasta las fábricas de jugos y aceites esenciales es lo que los productores buscan ahorrarse al darles los limones a la hacienda. Los que no tienen animales ofrecen la producción a algún vecino ganadero que esté dispuesto a cubrir el flete. «No es una mala opción», decía García, y explicaba: «El limón es un alimento tan bueno como el maíz, tiene un 18% de materia seca».
Por supuesto que no es simple. Más del 80% de lo que se transporta en los limones es agua, y estos tienen que ser procesados para formar parte de la dieta de los novillos. En la región es habitual usar los descartes de la industria para alimentar a la hacienda, pero cuando se trata de limones enteros es necesario usar una pala de excavadora, un rolo o la herramienta que haya a mano para aplastarlos y que queden solo la pulpa y la cáscara, que luego representarán aproximadamente el 20% de la ración dependiendo del caso.
Carbonell detalla que el mantenimiento de una hectárea de citrus cuesta actualmente unos 3.000 dólares oficiales por año, y que tras 4 años de precios internacionales bajos, los que solo se dedican a ese producto están en situación de quebranto. “En Tucumán hay muchas hectáreas abandonadas o que se está arrancando las plantaciones. Todavía es temprano para hacer cálculos pero no es descabellado pensar que el año que viene haya 10.000 hectáreas menos”, advirtió.