Los campos juninenses, que ya casi están liberados de los cultivos de soja y maíz, esperan por una nueva siembra, la de granos finos. Ahora la pregunta es: ¿Se puede? La respuesta del Ing. Agr. Javier Belligoi.
A pocos días de que comience la siembra de granos finos, es decir de trigo y cebadas, aparecen las incertidumbres sobre qué hacer.
De acuerdo a la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), el nuevo ciclo triguero dependerá de tres variables: reserva de humedad en el suelo, financiamiento y disponibilidad de semillas. Y si bien los productores necesitan sembrar, para recuperarse de una sequía que les llevó gran parte de sus cultivos, todo estará sujeto a estos factores.
Por el momento, y desde el punto de vista institucional, las posiciones son encontradas. Mientras la Bolsa de Cereales de Buenos Aires anticipó un incremento en el área de trigo de 600.000 hectáreas, la Bolsa de Comercio de Rosario estima una fuerte caída para la zona núcleo.
Con respecto al agua, ambas bolsas señalaron que, si bien los pronósticos indicaban que a partir de otoño se reanudarían las lluvias, por el momento no alcanzar para paliar un déficit hídrico agudo.
El otro dato no menor, es que muchos productores temen que las precipitaciones sean muy importantes, lo que redundaría en mayor incidencia de enfermedades fúngicas en los trigos con todos los riesgos que esto conlleva.
La opinión del Ing. Belligoi
“En lo particular, veo que hay mucho riesgo en sembrar en años que pueden ser tan Niño (se refiere a años muy lluviosos). No recuerdo bien si fue en la primavera 2001 o la 2002, en donde se dio una temporada muy lluviosa con altas temperaturas y fue un año letal para los trigos por el tema del fusarium”, destacó Belligoi y agregó: “recuerdo perfectamente que teníamos trigo que apuntaban a 4500 kilos por hectárea y cuando entró la cosechadora el fusarium se había llevado la mitad de ese rinde y cosechamos poco más de 2000 kilos”, recordó el profesional juninense.
También el Ing. Belligoi explicó que “ante esta posibilidad de lluvias copiosas, se podría recomendar utilizar variedades de trigo que tengan menor susceptibilidad a esta enfermedad, teniendo en cuenta que estas variedades suelen penalizar en cuanto al rinde. Es decir, tenés menos rinde pero mayor resistencia al fusarium”. aclaró.
Al margen de lo anterior, el profesional local destacó que “de todas formas, lo primero que hay que esperar es que se recargue el perfil del campo. Por lo menos necesitamos unos 200 a 250 milímetros entre mediados de marzo y el momento de la siembra que decida el productor. Esto nos permitiría llegar con un cultivo en situación normal hasta principio de septiembre, pero el tema es que luego tiene que empezar a llover, porque si el Niño llega en octubre, ahí si estamos en problemas”, cerró.