Comenzó la cosecha de trigo y técnicos, productores y transportistas, destacan muy buenos rindes en los trigos juninenses. En este marco, ¿cuál es la variedad que más se está destacando?
POR JOSE LUIS AMADO –PERIODISTA AGROPECUARIO- EXCLUSIVO PARA GRUPO LA VERDAD
Mientras la cosecha de trigo juninense comienza a tomar velocidad para pasar rápido estos lotes a soja de segunda, vamos a explicar qué estuvo pasando con los rindes.
En este sentido hay que subrayar que en líneas generales hay conformidad por parte de los productores con los rindes del trigo. Y si bien se están viendo lotes altos o medanosos que no pudieron defenderse ante el golpe de seca que se originó en el mes de septiembre, en líneas generales los rindes están cumpliendo con las expectativas.
El dirigente de la Asociación de Productores Agropecuarios de Junín (APAJ), Walter Cornelatti comentó: “Nos estamos encontrando con rindes irregulares. Esto es de acuerdo a las fechas de las lluvias a partir de septiembre y del paquete tecnológico utilizado por cada productor. Yo veo rindes que van de los 30 quintales (3 mil kilos) a los 50 quintales”, explicó Cornelatti y agregó que “si no nos hubiese llovido, hoy estaríamos hablando de una situación muy difícil por los altos costos de los insumos”.
Otro productor, que prefirió mantener su nombre en reserva, nos comentó el viernes que él ve rindes en el partido de Junín que oscilan entre los 40 quintales a los 50 quintales en campos bueno y muy buenos y caen hasta los 35 quintales en campos con menor aptitud.
También nos aportó otro dato. Destacó este productor que entre Junín y Roca hay campos que están cosechando hasta 50 quintales y de la zona cercana a Colonos Unidos se llega a los 45 quintales y más. Y nos dio un dato muy puntual: “un lote frente al campo experimental de la UNNOBA, dio 46 quintales de promedio”, destacó el productor.
Pero esto no es todo, pues este productor, que posee campos en el partido de Junín, nos explicó que la variedad que más se le destacó de todas es Catalpa de ciclo intermedio del semillero Don Mario. Esta variedad, en un lote de Roca, llegó a promediar 52 quintales por hectárea y la variedad Pehuén del mismo semillero llegó a los 48 quintales. En tanto, en la localidad de Morse, el Pehuén promedió los 51 quintales, el Alerce los 49 qq/ha y el Audaz de ciclo corto los 39 quintales por hectárea, todos de Don Mario. Cabe destacar que todos estos materiales fueron realizados con óptima tecnología. Pero cuando se sembró un Catalpa sin doble fertilización, este material entregó los nada despreciables 38 quintales.
El productor amigo, además nos destacó que la variedad Baguette 620 de Nidera, también tuvo rindes muy buenos.
Datos Zona Núcleo
Según destaca la Bolsa de Comercio de Rosario, la denominada Zona Núcleo llegó al 70% de la superficie recolectada y sorprendieron los rindes.
Explica el informe que se superaron las expectativas, llegando este a los 38 quintales de promedio en toda la región. En esta zona, el Este presenta un progreso de trilla del 50%. En Rio Tala, los rendimientos promedian 40 qq/ha, con lotes que alcanzaron casi 50 qq/ha. Hacia el noroeste bonaerense, el progreso de cosecha es del 40%, con localidades como Piedritas reportando rindes que superaron las expectativas: de 30 quintales esperados y se lograron 40 qq/ha.
El centro sur de Santa Fe finalizó la cosecha con un rinde medio de 36 qq/ha. El sur santafesino alcanzó un avance del 80%, con rendimientos que oscilan entre 35 y 40 qq/ha. En el sudeste de Córdoba quedan pocos lotes por trillar. Los rindes van de 33 q/ha en la zona de Corral de Bustos a 40 qq/ha en Marcos Juárez.
Qué pasa con los números
Al margen de los rindes, que por supuestos son los que determinan la ecuación final del negocio, se sabe que hoy la producción de granos en secano está muy ajustada. Ocurre que los precios de los granos están a la baja, mientras que los costos en general han subido mucho. Aunque algunos insumos como los fertilizantes muestran una tendencia a la baja, mientras que los alquileres de campo, los impuestos y los combustibles siguen aumentando.
Hoy día, y según números de los propios agricultores de la zona, la rentabilidad total sobre el capital invertido, incluida la tierra, oscila entre el 1% y el 3% en campos arrendados, siempre que se logren cosechas excelentes. Esto implica rindes de 90 a 100 quintales por hectárea para maíz, 35 a 40 quintales para soja, y 40 a 50 quintales para trigo.
Y acá hay un detalle no menor, hoy día y a pesar de la seguidilla de lluvias -que por su puesto han venido muy bien a los cultivos-, las napas bajas en el suelo representan un desafío importante para los cultivos, particularmente para el maíz. Lo que es una limitante muy delicada, dado que se depende exclusivamente de una lluvia.
Campos que antes tenían las napas a un metro y medio ahora las tienen a cuatro. Otros que las tenían a tres metros ahora las tienen a seis. Hasta ahora la situación climática es buena. Los maíces tempranos están en muy buenas condiciones, y hay suficiente humedad para sembrar soja de segunda y maíces tardíos. La tan temida Niña viene retrasada, pero los productores siguen dependiendo de las lluvias, porque no hay napas.