La Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias se reunió este fin de semana y actualizó los datos que exponen la situación que se vive en la región.
La sequía está haciendo estragos en la Argentina, con especial impacto en la actividad agropecuaria. Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), advirtió que el fenómeno ya le ocasionó a la cosecha gruesa del campo una pérdida de 2930 millones de dólares y que en total el impacto sobre la economía argentina será de 4.800 millones de dólares o un 1% del PBI.
En este contexto, durante el fin de semana dirigentes de las cuatro organizaciones que integran la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias participaron de una reunión en la sede de la Sociedad Rural de Mercedes, Corrientes, que fue, entre otras cosas, caja de resonancia de los padecimientos que viven los productores del litoral argentino, una de las zonas más afectadas.
En el encuentro, del que participaron unas 150 personas, se conocieron datos que ponen de manifiesto el drama, donde solo en Corrientes, sede de la reunión, ya se perdieron más de 25 mil millones de pesos, datos que surgen de un relevamiento presentado por los propios productores de la provincia. En Corrientes los incendios ya arrasaron más de 380 mil hectáreas convirtiendo los campos en una línea de fuego casi imposible de controlar.
La provincia de Misiones, por su parte, arrastra un período seco que lleva casi 3 meses, sumado a un 2021 que fue el año con menos lluvias registradas de las últimas 5 décadas. En tanto, el mismo fenómeno climático afectó al 90% de las hectáreas productivas de Entre Ríos con pérdidas económicas en su diversidad productiva, señala el informe que dio a conocer la Comisión de Enlace.
«En Chaco y Formosa la sequía pegó fuerte en la actividad ganadera y en la zona agrícola donde los rendimientos serán inferiores a los estimados. Un relevamiento realizado por las entidades determinó que las afectaciones totales por incendios en las mencionadas provincias llegan a las 500 mil hectáreas con impacto en diversas producciones como forestal, ganadera, tabaco, agricultura, yerbatera, citrícola, algodonera, bananera, etc», suma el documento.
«A este número hay que sumarle las cuantiosas pérdidas por la sequía y daños irreparables que hoy no se pueden calcular», complementa.
Los referentes de la CEEA remarcaron que «las alteraciones producidas por el cambio climático no son un fenómeno eventual, por lo que se sabe que no alcanza con las declaraciones de emergencia».
Así, reclamaron a las autoridades provinciales y nacionales que «pongan a disposición de los productores herramientas modernas para combatir estos flagelos y un eficiente apoyo financiero e impositivo para recuperar el capital de trabajo que permita reencauzar la actividad productiva».
