Un reciente estudio de la Sociedad Rural Argentina puso luz sobre cuántos kilos de carne consumen los argentinos por año. Explica que hoy se llega a 118 kilos de carne (entre carne vacuna, pollo y cerdo), por habitante y por año.
El aumento del precio de la carne vacuna fue uno de los factores detrás del reciente aumento de las tasas de inflación mensual y según la Sociedad Rural Argentina (SRA), es improbable que esa presión afloje en los próximos meses.
Sobre las “claves estructurales” del fenómeno afirma el estudio que el reciente aumento del precio de la hacienda surge de una convergencia de factores climáticos, productivos, logísticos y biológicos en un momento de “transición profunda” de la ganadería argentina.
El trabajo estadístico de la Sociedad Rural Argentina (SRA), hace hincapié en qué está ocurriendo hoy con la carne vacuna, sin embargo también le dedica un ítem a su consumo por parte de los argentinos.
En este sentido, explica el estudio que existe un cambio en los patrones de consumo de carnes, lo cual hizo que el IPC no represente bien el consumo actual. “En los últimos 20 años, el consumo total de proteínas cárnicas aumentó un 20 %, pasando de 92 a 110 kilos por habitante al año”, dice la SRA.
El consumo tiene relación directa con el poder adquisitivo de las familias. A mediados de 2025 el consumo de carne bovina alcanzó los niveles de 2020-22, una mejora del 7%, hasta 50,2 kilos anuales por habitante, causada por una “recomposición” del salario real. Pero en la segunda mitad del año el salario real empezó a caer respecto del precio del asado y el consumo retrocedió levemente.
Luego explican que “El consumo de carne bovina se redujo un 24 %, de 63 a 48 kilos, y las exportaciones crecieron. A la vez, el consumo de carne aviar y porcina aumentó fuertemente, de 23 a 45 kilos anuales por habitante en el primer caso y de 6 a 17 kilos en el segundo. Por eso, dice la SRA, el IPC actual sobredimensiona el impacto del aumento de la carne vacuna, al reflejar patrones de gasto que perdieron vigencia”.
En cuanto a por qué suben los precios de la hacienda, explican que “El aumento del precio del ganado es atribuido a un aumento de las demanda interna y externa, contra una oferta menor, por caída del stock y restricciones climáticas y de logística. A su vez, en la primera mitad del año se recuperó el consumo local, sobre los mínimos de 2024 y también aumentó la demanda externa”.
También se preguntan qué rol juega la estacionalidad en el final de cada año, y la respuesta es que “En promedio, en el último bimestre de cada año los precios de la hacienda aumentan cerca del 6% y luego caen entre abril-septiembre, evolución que replican los precios al consumidor”.
En lo que hace a qué papel juegan las carnes de pollo y cerdo, desde la SRA, responden que “El consumo total de proteínas animales cambió estructuralmente. En total, aumentó de 101 a 118 kilos anuales por habitante, con fuerte cambio de composición.
El de carne aviar creció de 24 a 46 kilos por habitante, el de carne porcina de 8 kilos en 201 a 18 actualmente, mientras el de carne bovina cayó de 69 a 50 kilos por habitante/año. Según la Rural, no es algo para lamentar. “La mayor oferta de pollo y cerdo le dan mayor estabilidad al mercado y permite sostener la expansión del stock bovino”, dice, lo que atenúa el impacto en precios de las proteínas animales durante el ciclo de menor oferta vacuna.
Finalmente destacar que, como se ve en el gráfico de esta nota, entre los años 2006 y 2009, creció de forma exponencial el consumo de carne vacuna. Esto tuvo que ver con el cierre total de exportaciones de carne en épocas en que Guillermo Moreno era Secretario de Comercio. Ese aumento en el consumo, llevó a que aún hoy día no se haya recompuesto todo el rodeo vacuno que en esos años fue faenado. De todas formas, hoy se consume más carnes totales que en esa época.
















