El INTA aconseja a sus empleados usar el lenguaje inclusivo

El organismo de tecnología agropecuaria realizó un manual que «busca ser una guía, una herramienta de trabajo útil con enfoque de género». El documento dirigido a todo el personal aconseja, por ejemplo, no usar los pronombre «el o «los» sino «quien», y evitar decir «marido y mujer», y reemplazarlo por «cónyuges». El manual de 322 páginas fue objeto de burlas en las redes sociales. Sin embargo, cabe destacar que ya en la gestión anterior existió un trabajo que recomendaba el lenguaje inclusivo

El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), un ente descentralizado del Ministerio de Agricultura y cuya presidenta es Susana Mirassou, realizó un manual de lenguaje inclusivo para ser usado en el ámbito del organismo.

En el manual se precisa, entre otros puntos, que el personal del INTA lleva adelante el cumplimiento de la Ley Micaela que establece la capacitación obligatoria en la temática de género y violencia contra las mujeres. Señala que «hasta el momento 2900 agentes ya realizaron la capacitación». El INTA tiene unos 7000 empleados.

Según se detalla, el manual «está dirigido a todo el personal del INTA» y «no tiene carácter sancionador ni restrictivo, sino que busca ser una guía, una herramienta de trabajo útil con enfoque de género».

«Aspiramos a que permita revisar los usos en distintas situaciones comunicativas (oral, escrita, formal e informal, interna y externa) y propicie el uso de un lenguaje inclusivo que evite la discriminación y reproducción de los estereotipos de género», señala.

Al respecto, entre otras recomendaciones, «se propone la utilización de pronombres y determinantes sin género». Aconseja sustituir el uso de «el», «los», «aquel» o «aquellos» seguidos del relativo «que» por «quien», «quienes y «cada». Sobre esto, ejemplifica con evitar «el que suscribe» y hacerlo en cambio con «quien suscribe».

Para los artículos el manual habla de evitar el uso de «las /los» para incluir a las mujeres. «No es necesario usarlos siempre, ya que existen palabras que incluyen a las mujeres y a los hombres», aclara en un tramo. Respecto de este punto, propone evitar «los niños y las niñas» y recomienda por ejemplo «La población infante/La infancia».

«Para el caso de los nombres colectivos recomendamos un uso no discriminatorio y que haga referencia tanto a hombres como a mujeres», aconseja el manual. En cuanto a este punto, propone evitar «los trabajadores del INTA» para pasar a hablar de «la planta del INTA». Entre los ejemplos menciona no usar «los funcionarios» y sí «el funcionariado».

Sobre la «x» y la «e», el documento señala: «Como vemos a diario en el lenguaje más coloquial que intenta eludir el sexismo, el uso de la «x» y la «e» aparecen como posible solución. Utilizar estas dos formas en reemplazo de las vocales temáticas de los sustantivos, adjetivos y pronombres es, ciertamente, una manera de evitar que el lenguaje tenga una carga de sexismo. Dicho esto, e independientemente de que estas formas suelen funcionar bien para la oralidad o mensajes escritos informales (whatsapp, redes sociales, etc.), son contraproducentes a la hora de amalgamar lenguaje inclusivo y coherencia gramatical».

Luego añade: «Más allá de que la recomendación es evitar estas formas en contenidos institucionales (entre otras cosas, la x presenta el problema no menor de la pronunciación y la «e» también responde a palabras de género masculino en algunos casos como el de «representante»), cualquiera de estas alternativas puede ser suplida por opciones que, dentro de estructuras que den sentido a la gramática, pueda contener a ambos géneros».

En otra parte, el manual del INTA aconseja evitar «marido y mujer» y sí, en cambio, optar por cónyuges. En el manual está escrito «conyugues», es decir mal porque no le pusieron tilde y la segunda «u» está de más.

«A menudo repetimos fórmulas del lenguaje que, debido a su contenido, y no tanto a la forma, subordinan u ocultan al género femenino. Es decir, el sentido del mensaje comunica la subordinación de la mujer por el hombre», señala el texto.

Además de no usar «marido y mujer», aconseja, por ejemplo, no emplear «los trabajadores y sus familias» y sí «las y los trabajadores y sus familias».

Por su parte en las redes sociales vinculadas al sector agropecuario se burlaron del «manual» y se mostraron muy activas con miles de posteos sobre el tema, por ejemplo con la mala redacción de una parte del texto. Por caso, el usuario @BugsArgentino destacó que «sería muy interesante conocer cómo se va a decir Macho o Hembra cuando se refieran a semillas». Otro usuario de twitter llamado @dileloz indicó: «INTA, no será mejor gastar tiempo y recursos en mejorar la cría de ganado, la siembra, fertilizantes y demás cosas que este país necesita urgente? Después cuando estemos rebosantes de dinero y con pobreza 2%. Ahí si, boludeen todo lo que quieran!».

De todas formas es importante destacar que en 2018, durante la gestión anterior y bajo la presidencia de Juan Balbín, se editó una cartilla denominada «ConCiencia de Género». En esta se analizó la preponderancia de hombres sobre mujeres en el INTA. En ese trabajo, más puntualmente en la parte que se le dedica a la comunicación se sugiere «Implementar campañas incluyendo talleres sobre género, violencia, derecho, igualdad y temas pertinentes que habiliten la reflexión sobre prácticas patriarcales y sexistas». Y en el siguiente punto indica que se debería «Rever las políticas de comunicación institucional: usos del lenguaje, redacción con enfoque de género; abordar los sesgos expresivos. Por ejemplo el uso del género masculino para incluir a hombres y mujeres…».

Agricultura

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