Las inéditas lluvias del mes de agosto dejaron un escenario en la región con grandes oportunidades, pero también con grandes riesgos, en un marco en donde comienzan los meses de lluvias más importantes del año. ¿Qué pasa en Junín?
POR JOSÉ LUIS AMADO -PERIODISTA AGROPECUARIO- EXCLUSIVO PARA GRUPO LA VERDAD
“Lo primero que hay que decir es que con septiembre, empiezan los meses de lluvias más importantes del año y nos encontramos con suelos saturados en el 83% de la región núcleo”, así lo destaca un nuevo informe de la Bolsa de Comercio de Rosario.
En este sentido, la pregunta que resuena es: ¿Por qué estas recientes lluvias generan un escenario de vulnerabilidad y riesgo en la región? Y la respuesta es que hay que tener en cuenta que la región núcleo tiene un patrón climático en el que el invierno es la estación más seca del año. Tanto es así que medido esto de la zona oeste a este, las medias históricas son de 10 a 50 mm en junio, de 5 a 25 mm en julio y de 10 a 40 mm en agosto. Normalmente, los cultivos dependen del agua que deja el otoño y de las lluvias de primavera para “llenar el tanque”, o sea, los perfiles de los suelos. Esto permite afrontar el verano, dónde se da la mayor demanda de agua de los cultivos, en especial en los períodos críticos que definen los rindes del maíz y la soja.
Pero ahora, con suelos saturados en el primer metro y en su profundidad, comienzan los meses más lluviosos del año. A eso hay que sumar el contexto de un Pacífico en Neutralidad, pero con un Atlántico caliente que podría aportar todavía más humedad.
Por eso hay incertidumbre y riesgos respecto a no poder cumplir con la siembra temprana de maíz en septiembre, a no poder ingresar en lotes de trigo para controlar enfermedades por vía terrestre, a que se siga perdiendo nitrógeno por el efecto lavado, a que se sume más área de trigo perdida por anegamientos y a que las labores de recolección de la fina se dificulten.
¿Cuáles son las áreas más y menos vulnerables?
La zona de mayor gravedad se ubica de Junín hacia el sur. El informe de la Bolsa rosarina, explica que “Esperábamos 20 mm, que no hubieran cambiado demasiado el panorama, pero con 80 o 90 mm la situación se ha vuelto muy compleja”, destacaron los técnicos. “La situación es crítica. Había sectores que recién terminaban de drenar las lluvias anteriores, y con estos nuevos milímetros se volvió a llenar todo de agua. Ya no queda lugar para que escurra o infiltre”, advierten los técnicos. En trigo se suman nuevas áreas de anegamientos, que es posible que se pierdan. Respecto al maíz, “no se descarta que parte de la superficie deba reprogramarse hacia maíz tardío o incluso pasar a soja”. Incluso, productores destacan que del Partido de Junín a Chacabuco hacia el sur, entre la ruta 7 y la ruta 5, el agua no escurre y se observa una situación muy difícil.
¿Qué vale la pena rescatar?
A medida que drena el agua, los técnicos comentan que en gran parte de los lotes se mantiene la posibilidad de un alto techo productivo. En el sudeste de Córdoba, los trigos tienen una gran producción de macollos, con altas expectativas de supervivencia y rindes muy elevados. En el centro-sur de Santa Fe, como en María Susana, los técnicos destacan que los rindes pueden alcanzar 60 qq/ha, si no se registran heladas tardías.
A nivel regional, 25% del área con trigo se encuentra en excelentes condiciones; 55% en buenas condiciones y 17% bajo condiciones buenas. Un 3% del área se considera en condiciones regulares a malas por mantenerse bajo agua en sectores bajos. Esos últimos cuadros se consideran perdidos por asfixia radicular.
Enfermedades y pérdida de nutrientes
Otro dato del relevamiento de la Bolsa es que la presión de enfermedades en trigo aumenta ante la alta humedad ambiental y es necesaria la aplicación de fungicidas en el corto plazo. La falta de piso es un gran problema, ya que las demoras podrían agravar la situación. “A esto se suma la fuerte pérdida de nitrógeno por lixiviación y desnitrificación lo que podría limitar el rinde del cereal. El lavado de nitratos en trigo fue importante, pero los números no cierran para refertilizar”, señalan. Aparte, ya casi se está fuera de fechas para que la fertilización suba rindes. El 10% del cultivo está en encañazón y el resto en pleno macollaje.
Demora en la siembra de maíz
En esta semana iba a dar inicio la siembra de maíz, pero la falta de piso demandará entre 5 a 10 días, por lo menos, para volver a los lotes en la región. En la zona sur de Santa Fe, hay partes en las que se estima que habrá que esperar al menos 10 días por los fuertes anegamientos. En el sudeste de Córdoba preocupa perder fechas óptimas si septiembre llega con más lluvias, aunque se insiste con las siembras tempranas y se evalúan esquemas divididos para retomar luego en los bajos.
En tanto, en el noroeste de Buenos Aires, como en Junín, la incertidumbre es mayor y no se descarta que parte de la superficie deba reprogramarse hacia maíz tardío o incluso pasar a soja. Lo cierto es que hay lotes que quedan muy comprometidos, en muchos faltan apenas 20 a 25 días para el inicio de la siembra de maíz temprano y la logística y las posibilidades de sembrar así se ve muy afectada.