La propuesta, emanada desde la Cámara Argentina de fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA), cuenta con el apoyo de las asociaciones que representan a los industriales de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires.
Los presidentes de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma), Néstor Cestari; y de la Asociación de Fábricas de Maquinaria Agrícola y Agrocomponentes de Córdoba (Afamac); dieron a conocer cuál es el objetivo que persiguen con el proyecto de una ley nacional para el sector.
“El objetivo principal es que se sancione una norma que determine qué es efectivamente maquinaria agrícola de fabricación nacional y que se diferencie de aquellas empresas que tienen estatus de fabricantes pero son sólo armadoras o ensambladoras”, resumió el titular de Cafma, Néstor Cestari.
“Estamos todos alineados detrás de la misma idea: que exista una ley, similar a la que tienen la industria autopartista o automotriz, que permita diferenciar a las pymes locales de las multinacionales”, coincidió Luciana Mengo, presidenta de Afamac.
El modelo que buscan replicar es el de Brasil, donde el Finame, una subsidiaria del Banco de Desarrollo (Bndes), solo financia a empresas que tienen más de un 60% de sus componentes producidos o comprados en ese país. El objetivo es que la oferta financiera del Banco Nación o del Banco de Inversión y Comercio Exterior (Bice) siga esa lógica.
Pautas
En concreto, lo que pretenden los industriales argentinos es que se considere maquinaria nacional a aquellas que tengan un 60 por ciento de componentes fabricados o comprados en el país en el caso de equipos de arrastre (como sembradoras o tolvas), un 55 por ciento en autopropulsados (pulverizadoras, tractores, cosechadoras) y 50 por ciento en los de agricultura de precisión.
“Cuidado: no estamos buscando una ley para pedir dádivas ni para pescar en una pecera. No queremos prohibir las máquinas importadas. Pero sí que quede claro cuál es un producto realmente nacional y cuál no, y a partir de eso se determinen políticas y beneficios para los empresarios locales. Porque no es lo mismo fabricar una sembradora para lo que necesitás 100 operarios, que ensamblar un tractor que lo pueden hacer cinco”, mencionó Cestari.
Para el titular de Cafma, el problema es que los productos importados, por el precio que tienen, usualmente se llevan gran parte de los fondos destinados a la maquinaria agrícola y dejan sin financiamiento a las fábricas de capitales locales.
“La matriz de la ley no es estar en contra de las multinacionales, que también generan mano de obra; no queremos abrir una grieta entre lo importado y lo nacional. Pero sí definir con precisión qué es industria nacional y qué no, como lo hacen en todos los países del mundo”, continuó Mengo.
Para la dirigente cordobesa, debe recordarse que todos los beneficios fiscales y de tasas subsidiadas que ofrece el Gobierno a través de sus entidades financieras, se solventan por medio de los impuestos que pagan los ciudadanos argentinos. Por lo tanto, es razonables pensar que ese dinero se destine de manera prioritaria a empresas nacionales.