Así lo pronosticaron la Bolsa de Comercio de Rosario y la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. El recorte responde a la mayor competitividad del maíz, el trigo y el girasol.
Por: José Luis Amado -Periodista Agropecuario- exclusivo para GRUPO LA VERDAD
Las estimaciones para la campaña de soja no son buenas. Según la Bolsa de Comercio de Rosario, la superficie sembrada con soja tendrá un pronunciado recorte: 1,35 millones de hectáreas, alcanzando un total de 16,4 millones de hectáreas. Luego del tema chicharrita y su influencia sobre la producción de maíz del año pasado, la soja vuelve a exhibir la tendencia que venía manifestando, la de un área de siembra en retroceso.
En tanto, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, en su relevamiento de precampaña para el ciclo 2025/26, también proyectó una reducción en la superficie sembrada de soja a nivel nacional.
El retroceso en la intención de siembra se debe principalmente a una menor participación de la soja de primera, desplazada por otros cultivos que lograron captar mayor superficie. El maíz se reposiciona gracias a la baja presión del insecto vector Dalbulus maidis, mientras que el girasol consolida su atractivo, particularmente en Córdoba y el sudeste bonaerense. El trigo, por su parte, sumó área en la última campaña y habilita una mayor proporción de soja de segunda, que permitirá atenuar la baja a nivel nacional.
El impacto de esta caída no es homogéneo en todo el país. En el norte del área agrícola se registra la mayor retracción, con el avance del maíz y el girasol desplazando a la soja. En la región central, que incluye los núcleos productivos, el sur de Córdoba y el centro-este de Entre Ríos, la menor competitividad económica de la soja de primera frente al maíz y la expansión del trigo reducen la intención de siembra, aunque los planteos de segunda logran compensar gran parte de la baja.
El oeste y centro de Buenos Aires, también presenta disminución del área. Por ejemplo la región de Nueve de Julio, Carlos Casares, Bragado y demás, atraviesan una situación particular; los excesos hídricos acumulados durante el invierno dejaron lotes anegados y una parte del área destinada a cultivos de fina sin implantarse. La definición final dependerá de la capacidad de drenaje de esos suelos.
En tanto en el sur del área agrícola la reducción es más moderada. En el sudeste bonaerense se observa un corrimiento hacia maíz y girasol, mientras que en el sudoeste los márgenes relativos resultan algo más favorables a la soja, lo que permite sostener un área estable.
Cabe recordar que la soja es el cultivo que más dólares genera en Argentina. Para este 2025, a partir de la campaña 2024/25, se proyecta que ingresen un poco más de 19.000 millones de dólares entre harina de soja (principal producto que exporta el país), aceite, poroto y biodiésel.
Qué pasa con los suelos
El arranque de la campaña encuentra a gran parte del área agrícola con perfiles de suelo bien recargados en profundidad, alcanzando niveles cercanos a la capacidad de campo. Esta condición asegura una buena base hídrica para el desarrollo inicial de los cultivos, aunque será clave que las lluvias de primavera mantengan la humedad en superficie para garantizar una correcta implantación.
La perspectiva climática indica precipitaciones cercanas a los valores normales durante la primavera, aunque con fuertes contrastes regionales. Se esperan excesos en sectores del NOA y el Chaco, mientras que hacia fines de la primavera podrían instalarse lapsos secos y calurosos en el centro de la Región Pampeana. En tanto, el sudoeste bonaerense podría enfrentar un verano con lluvias por debajo de lo normal.
Márgenes ajustados
En lo económico, el escenario tampoco resulta favorable. A nivel global, el USDA (Dto. de Agricultura de USA) proyecta una producción mundial de soja de 426,3 millones de toneladas, apenas 0,5% más que el ciclo anterior. Y en este marco, Brasil aportaría un récord de 175 millones, mientras que Estados Unidos mostraría una baja del 2% por reducción de área.
En el plano local, la soja posición mayo 2026 cotiza a 295 dólares por tonelada, lo que representa una mejora del 4% respecto al ciclo pasado, aunque todavía 3,5% por debajo del promedio de las últimas 5 campañas. Frente al maíz, la soja recupera precio, pero se mantiene en valores históricos promedio.
En cuanto a los insumos, estos siguen siendo un factor de peso en las decisiones de los productores. Los fertilizantes registraron aumentos significativos, con subas internacionales de hasta 40% en los nitrogenados y de 35% en los fosfatados. En el mercado doméstico, las alzas fueron más moderadas, pero de todos modos deterioraron la relación insumo/producto. En contraposición, los herbicidas se abarataron un 15% interanual, lo que otorga cierto alivio a los costos.
El balance final es de márgenes ajustados, especialmente en campos arrendados, donde la rentabilidad se mantiene acotada o incluso negativa en varias zonas.