Según el último informe de la Guía Estratégico para el Agro, «hay zonas con sojas en condiciones muy buenas y otras en las que el cultivo está una situación muy delicada, con cuadros regulares y malos». En estas advierten graves riesgos productivos si no reciben acumulados importantes.
Los técnicos dicen que los rindes pueden desplomarse ante un escenario de escasez en la segunda quincena de febrero. Es decir, «el estado de reservas del suelo para la región núcleo refleja estas dos realidades opuestas y casi podría decirse que es un mapa de rindes de la oleaginosa de primera», agregaron los especialistas.
Los favorecidos por las lluvias, las áreas verdes, el sur de la región
Allí, se esperan las mayores expectativas de rinde. Se trata del extremo sur este cordobés, extremo sur santafecino (hay algunas localidades puntuales en el norte de región, también) y el noroeste de Buenos Aires. También están más holgados de humedad y presentan un menor riesgo ante la posibilidad de un febrero marcado por la escasez. En Carlos Pellegrini las siembras de primera podrían llegar a superar los 40 qq/ha si la situación climática no desmejora. Lo mismo dicen en Venado Tuerto. En San Gregorio, que recibieron 300 mm tras la ola de calor, vieron como se ha recuperado la soja de primera y están salvos de la falta de agua por los próximos 20 días. En General Villegas o Lincoln, salvo por algunos lotes perdidos por la ola de calor o, paradójicamente, por anegamiento, la gran mayoría ha respondido muy bien a los últimos acumulados y se esperan buenos rindes.
La otra cara: las zonas en críticas
Las áreas con escasez y sequía son un 60% de la región. Esta zona barca a parte del norte bonaerense, centro sur santafecino y el centro este cordobés. En esta zona se estima pérdidas de rindes del orden del 30%, “pérdidas irrecuperables”, advierten los ingenieros del área. Y el cultivo puede perder aún mucho más si no llueve. En Marcos Juárez, el 30% de los cuadros están regulares a malos. Desde Colón advierten que la zona está muy seca, si no llueve en estos días habrá pérdidas muy importantes. El 40% de los cuadros están en estado regular a causa de la sequía y arañuela. En Cañada Rosquín debería llover todas las semanas para mantener las expectativas actuales de rinde, sino se van a desplomar, dicen.
¿Qué pasa con la soja de segunda?
Al estar en estados vegetativos, la respuesta y la posibilidad de recuperar lo perdido son mejores. «Desde Carlos Pellegrini dicen que las sojas de segunda podrían rendir igual o mejor que las de primera si las condiciones climáticas no desmejoran», aseguraron los especialistas de la Guía Estratégica para el Agro.
Lo mismo dicen en el extremo sur santafecino y en General Villegas que recibieron 250 a 300 mm, pero advierten que de todas maneras van a necesitar más agua. Por el contrario, en Cañada Rosquín comentan: “si bien los acumulados han posibilitado que lotes que estaban completamente perdidos recuperen alguna expectativa de rinde, éste será muy bajo”.
En Colón la situación es similar, con el 60% de los lotes en situación regular a mala, las escasas reservas de agua preocupan: “la soja de segunda necesita más agua que la de primera”. En Marcos Juárez no hay pérdidas totales de lotes, pero el 20% de los cuadros están en malas condiciones y un 30% regulares.
Maíces tardíos y de segunda: necesitan más agua
«Si bien estos cultivos han capitalizado las lluvias recibidas, están comenzando a panojar, por lo que los requerimientos hídricos comienzan a no ser suficientes», destacan desde la Guía Estratégica para el Agro. La productividad dependerá estrechamente de lo que ocurra de aquí en adelante con las lluvias.
Maíz temprano: los primeros rindes cosechados no son una buena señal
“Cosechamos 50 qq/ha con 15% de humedad en lotes con buenos suelos. Hay lotes mejores, aún tienen 25 % de humedad. Sin embargo, se cosecharían cuando desciendan a 20% porque se están volcando”, comentan desde Cañada Rosquín. Hacia el sur, en Carcarañá los primeros rindes arrojan 60 qq/ha; en Clason solo 40 qq/ha. Por supuesto, el avance aun es incipiente, pero en quince días se generalizaría la cosecha sobre la región.