“El sector, necesita un marco de certidumbre económica para el mediano y largo plazo, con una macroeconomía estable y mejores condiciones de financiamiento para que inversores y empresarios puedan proyectar sus planes de negocios”, sostienen desde el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA).
En la búsqueda de medidas que beneficien a la producción y las exportaciones, por estos días los integrantes del Consejo Agroindustrial Argentino presentaron a técnicos del gobierno nacional un documento con lineamientos de políticas, denominado “Estrategia de Reactivación Agroindustrial, Exportadora, Inclusiva, Tecnológica, Sustentable y Federal”. Hasta el momento hubo un amplio apoyo de funcionarios nacionales, gobernadores y sectores de la oposición, a la idea que promueve el Consejo de aumentar las exportaciones y el nivel de empleo.
La base de la propuesta pretende diseñar un Plan Estratégico Integral de 10 años para alcanzar las metas del Consejo, con medidas legislativas y del Poder Ejecutivo nacional, así como de los Gobiernos Provinciales y Municipales.
En la propuesta del Consejo, conformado por más de 50 entidades de la Cadena Agroindustrial, se plantea que, con políticas a favor del sector, en 2026 se podría registrar un incremento de casi 15.000 millones de dólares en exportaciones anuales y se generarían más de 500 mil nuevos puestos de trabajo en las diferentes cadenas.
El crecimiento se basará en un mayor uso de tecnología, y cuidando los recursos y el medio ambiente, a través de las Buenas Prácticas Agropecuarias. Y también será importante para potenciar a la cadena, los precios que perciban los productores, ya que al mejorar su ingreso y, por lo tanto, los márgenes, se producirían cambios en las decisiones de siembra.
Proyecciones
En este contexto, de implementar políticas a favor del sector, en la campaña agrícola 2025/2026, el área sembrada se incrementaría en 1,3 millones de hectáreas (+4%), por lo que la principal fuente de crecimiento serían los rendimientos. Además, la producción de granos de Argentina aumentaría en 31 millones de toneladas (+25%) superando los 156 millones de toneladas cosechadas.
El aumento de producción también se traduciría en un incremento en 2.322 millones de dólares de las exportaciones, principalmente en trigo y maíz. Por su parte, los productos industrializados de primera transformación, como los aceites y harinas oleaginosas, así como la harina de trigo, sumarían nuevas divisas por 4.265 millones de dólares. Por otro lado, las carnes y los lácteos aportarían al total un número también significativo de 2.594 millones de dólares.
Por otro lado, en caso de aplicarse mejores condiciones en materia de retenciones y reintegros a las exportaciones, habría un mayor procesamiento de los granos, con un aumento de la producción de harina de trigo de 16%, de 24% para aceites y harinas oleaginosas en 5 años. Las carnes y lácteos, por otro lado, totalizarían 1,3 millones de toneladas producidas adicionales, o un 20% de incremento en producción.
Propuestas en materia impositiva
Uno de los primeros temas a tener en cuenta en la propuesta del Consejo Agroindustrial es el ámbito legislativo, donde se propone para este año la sanción de una Ley denominada “Reactivación agroindustrial y tecnológica, federal, inclusiva, sustentable y exportadora. Promoción de la Bioindustria y la Biotecnología. Plan 2020-2030”. Además, se promueve la inclusión en el presupuesto del año próximo de un Pacto Fiscal Federal.
Si bien la propuesta del Consejo es abarcativa, ya que contempla las cuestiones ambientales, institucionales, financiamiento y de infraestructura, uno de los principales temas a debatir, es la cuestión impositiva, donde las retenciones ocupan un lugar de relevancia. En ese sentido, se promueve desde el Consejo una reducción gradual de las retenciones. Las alícuotas del complejo sojero deberán tener un cronograma de reducción tendiente a llegar al 15% a partir del quinto año (2026), y se deberá establecer posteriormente un esquema de reducción tendiente a llegar a 0%. Los demás productos deberán llegar a 0% en un plazo no mayor a los diez años (2030).
En materia de retenciones, el Consejo propone, al momento de implementarse el Plan, retenciones del 0% para las economías regionales, bienes tecnológicos y servicios agropecuarios y agroindustriales. Además, las retenciones para las carnes y subproductos de la pesca, no podrán superar el 5%, y con menores alícuotas para el mayor procesamiento.
En el caso de los cereales, las retenciones no deberán superar el 8%, con menores alícuotas para granos diferenciados y manufacturas derivadas de los cereales. Y para las oleaginosas, que sean diferentes a la soja, las retenciones no tienen que ser mayores al 5%, y con menores alícuotas para manufacturas derivadas.
En el caso de la soja, la propuesta del Consejo consiste en retenciones que no superen el 25%, con menores alícuotas para granos diferenciados y manufacturas derivadas. A todo esto, la propuesta del espacio agroindustrial, también contempla reintegros a las exportaciones de acuerdo a niveles de procesamiento y relación Valor Agregado/Valor Bruto de Producción. Y, por último, se pide evaluar alternativas de menores retenciones en base a incrementos de exportación en volumen y valor.