El conflicto bélico, la sequía y los mercados granarios

Primero la sequía sudamericana a consecuencia del evento climático “La Niña” y ahora el conflicto bélico entre dos países con enorme peso en el mercado agrícola mundial, dos situaciones que traen gran incertidumbre a los mercados granarios. El impacto en Argentina.

POR JOSÉ LUIS AMADO -PERIODISTA AGROPECUARIO- PARA DIARIO LA VERDAD

Lo primero que hay que decir es que las principales materias primas agrícolas están superando precios históricos y que estos altos precios se dan en medio de una baja generalizada de los mercados financieros mundiales y locales.

Esto sucede a consecuencia de la fuerte sequía producto del evento climático “La Niña” y la guerra entre Rusia y Ucrania, dos países con enorme importancia agrícola. Estas dos circunstancias particulares están impactando muy fuerte en el precio de los granos.

Por ejemplo el jueves pasado, cuando se conoció el ataque ruso, el poroto de soja se disparó a valores que casi empardaron los U$D 650 de septiembre 2012. Aunque el viernes cerró a 585 dólares la tonelada.

Algo a destacar. Desde el propio mercado internacional de granos explicaron que siguen muy de cerca el conflicto. Esto es función que tanto Rusia como Ucrania representan el 29% de las exportaciones mundiales de trigo, el 19% del suministro mundial de maíz y el 80% de las exportaciones mundiales de aceite de girasol. Esta enorme escala hace temer a los operadores, pues cualquier compromiso militar puede afectar las cosechas y desencadenar una disputa de los importadores.

Los cereales

Por el lado de los cereales, el maíz en su posición marzo cotizó el viernes a U$D 240 la tonelada. Y el trigo, registró fuertes altibajos de tal forma que el jueves cotizó a U$D 340 y el viernes a 312 dólares. La explicación de esta baja es la gran volatilidad e incertidumbre por la que no se contó con ofertas abiertas de compra para la actual campaña comercial.

Argentina

Algo está claro, la escalada de precios de las materias primas puede agregar todavía más inflación a la canasta de alimentos argentina. Ocurre que habría un mayor ingreso de dólares por las exportaciones de granos, pero esto influiría en el valor local de los comestibles.

En este marco de las cosas es extremadamente dificultoso hacer previsiones de mercados, pero en algo sí están todos los analistas de acuerdo: Si el conflicto se extiende en el tiempo, la caída en las principales variables económicas tendrá un impacto negativo en la economía argentina, a partir de una caída en la capacidad de compra de los principales países importadores de alimentos.

Al margen de esto y como cada vez que la soja aumenta su precio, regresan las versiones de aumentos de los derechos de exportación, más comúnmente llamadas Retenciones. Es que la soja, el cultivo más relevante para la agroindustria argentina por los ingresos que genera a través de las exportaciones, siempre está a mano para el manotazo recaudatorio.

Como respuesta a este intento, la Sociedad Rural Argentina, junto a diversas asociaciones rurales del interior, presentaron un aparo judicial para derogar las Retenciones. El argumento central se basa en un fallo del Tribunal Fiscal de la Nación quienes emitieron una sentencia a favor de la demanda de una compañía cerealera que cuestionó la validez de los cambios en alícuotas de las Retenciones sin el aval del Congreso Nacional.

Otro dato no menor. En el sector ganadero también hay incertidumbre. Es que la alimentación de los animales depende por completo de los granos que ahora están incrementando su valor. Por lo que se prevé que estos aumentos de la soja y el maíz, impacten en el engorde y se trasladen a los mostradores. Nada bueno para una economía asfixiada en una sociedad que no da más.

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