Entre los precios de los mejores campos de la Argentina y los más productivos de los Estados Unidos hay una brecha del 100%, según advierten en el mercado inmobiliario rural local. Mientras los campos en el exterior subieron su precio, los argentinos bajaron. Atribuyen la diferencia a la coyuntura política y económica argentina.
En Estados Unidos no hay retenciones ni, entre otras cosas, los productores tampoco tienen que enfrentar una brecha cambiaria. Además, no se traban las exportaciones del sector.
En la actividad explican que, mientras un muy buen campo en la zona núcleo argentina (norte bonaerense, sur de Santa Fe y sudeste de Córdoba) tiene un valor aproximado de entre US$13.500 y US$15.000 la hectárea, en Iowa, Illinois, Indiana, Estados Unidos, el cordón maicero norteamericano, con la misma calidad de tierra, potencial, recursos hídricos, cuesta un promedio de US$27.000. Incluso allí hay campos muy por encima de eso.
En diálogo con LA NACION, Juan José Madero, presidente de la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR), sostuvo: “Lo llamativo es que cuando Illinois empezó a subir, la Argentina empezó a bajar, siendo que más o menos siempre se iban copiando. “La brecha históricamente se ubicó en un 50/60%, descendió a un 20/30% en 2011/2012 y ahora está en el 100%”, indicó.
En tanto, en el litoral uruguayo, la zona núcleo del país vecino, otro de los destinos elegidos por los argentinos para invertir, en el último año la tierra subió en dólares alrededor del 15%. Madero detalló que campos que estaban en US$6000 ascendieron a US$7000 y US$8000.
En rigor, comentó: “Si bien son calidades distintas, es un país que le brinda más oportunidades al productor porque no tiene derechos de exportación, posee un tiempo de cambio estable, hay acceso al crédito y políticas que alientan a la producción e inversión; trata bien la inversión extranjera. Tiene cuestiones que hacen que el mercado funcione naturalmente; en la Argentina está desnaturalizado”.
Respecto a Paraguay, otro de los países que en los últimos años despertó interés para los argentinos, explicó que allí los precios están estables, pero con tendencia a un aumento. Por la pandemia y el cierre de fronteras, las operaciones de los argentinos allí se habían “estancado”. Ahora con las flexibilizaciones el escenario es otro: “Hay que estar atentos a cómo evoluciona porque había muchas consultas para invertir ahí”, afirmó.
Madero sostuvo que la razón de la baja de los precios en la Argentina es por las “decisiones administrativas del Gobierno, es decir políticas del Gobierno hacia el sector”. En ese sentido, detalló que los precios de la tierra en el país empezaron a bajar con las PASO del 2019.
“Con las elecciones el entusiasmo por invertir en tierras se enfrió y cuando asumió el gobierno, con las primeras medidas, como el cepo a la carne, la presión impositiva confiscatoria, los derechos de exportación, las trabas a la comercialización, se confirmó esa suposición que había de que se iba a desalentar la inversión”, indicó Madero.
Tras la baja, en 2021 la situación tendió a estabilizarse por el aumento de los alquileres, fruto de que se incrementaron los precios internacionales de los granos y había interés por sembrar.
“La buena noticia es que el valor de la tierra depende de nosotros, no es un tema global porque la tendencia es al alza. La tierra es un bien escaso con demanda sostenida, pero en la Argentina, por nuestra coyuntura, ha bajado. Corrigiendo eso a través del fomento y el incentivo a la producción podríamos revertir la situación”, remarcó Madero.
En coincidencia a lo planteado por Madero, Federico Nordheimer, director de la inmobiliaria rural Nordheimer, explicó: “Está totalmente relacionado con la coyuntura, la diferencia [de precios con Estados Unidos] no está vinculada a la capacidad de producción de la tierra, sino que es por las circunstancias y el entorno político y económico del país. Los campos de Estados Unidos no son mejores que los de Argentina; es por las retenciones, por las políticas. Allá hay apoyo financiero que permite poder invertir más en maquinaria, fertilizantes y un montón de cosas para que rindan más”.
“El productor argentino en general está muy desarrollado, es muy perseverante, busca siempre la mejor tecnología, pero no lo ayuda el entorno, si le das todas las herramientas la situación cambiaría”, agregó.
Nordheimer detalló que esa diferencia en el valor de la tierra está vinculada con la renta. En Estados Unidos un campo rinde un 3% con el alquiler, mientras que en la Argentina es un 2%. Agregó que en EE.UU. es más fácil vender un campo porque es un mercado más dinámico. “Mientras en la Argentina podés estar meses intentando venderlo, allá en uno o dos semanas ya te lo compran. Es porque la incertidumbre complica el mercado”, afirmó.