El hombre detrás del récord mundial de rinde de maíz vino a la Argentina y les dijo a los productores qué es lo que se necesita para aumentar la producción.
Ernesto Cruz González es ingeniero agrónomo y referente internacional en el cultivo de maíz. Originario de México, alcanzó el récord mundial de rendimiento con 44,04 toneladas por hectárea, consolidándose como un especialista reconocido globalmente por sus aportes a la agricultura de alto rendimiento.
Su trabajo combina investigación, innovación y prácticas agronómicas de precisión, y ha inspirado a productores de distintos países a mejorar su productividad con una visión integral basada en la rentabilidad, la calidad y la sustentabilidad.
El Ing. Cruz estuvo en Rosario, participando del Congreso Internacional de Maíz los días 27 y 28 de agosto, y disertó en el panel titulado «El maíz más grande del mundo». Fiel a su estilo provocador, Cruz le dio notas periodísticas y contó su experiencia junto a productores argentinos que lograron subir los rindes del maíz.
Con un discurso tan contundente como provocador, pero con argumentos sólidos y demostrados a campo, Ernesto Cruz compartió su experiencia y dejó un mensaje fuerte para los productores argentinos: “Con la siembra directa están haciendo bien las cosas para 7, 8 o 10 toneladas, pero eso ya no paga. Si quieren más, tienen que cambiar”, dijo.
Cruz explicó que en Argentina ve un potencial enorme, pero también problemas serios que limitan la productividad: “Hay un problema increíble de compactación. Hicimos más de 3.000 mediciones con penetrómetro digital y GPS, y en todas encontramos compactación, menos en un jardín”, detalló.
“El otro problema es el fusarium. Nadie habla de él y puede tumbar hasta el 35% del rendimiento”, advirtió. El productor recalcó que no existen recetas mágicas: “No es lo que yo pienso o creo, es agronomía. Hay que entender causas y medir. Las plantas no mienten”, remarcó.
Cinco cambios que hicieron la diferencia
Según el Ing. Cruz, en campos que asesora en el país, asegura que lograron saltar de 8,5 toneladas promedio a 13 toneladas de maíz, gracias a cinco cambios claves:
*Pérdida de población: “Se estaba perdiendo más del 27% de la densidad”.
*Uniformidad de siembra: “No saben sembrar, es un desastre”, disparó.
*Nutrición deficiente: “No saben nutrir, tiran fertilizante al voleo y volatilizan hasta un 40%”.
*La compactación del suelo.
*El Fusarium sin control biológico.
Además manifestó que “La mayoría pone fertilizante y semilla en línea, o la urea en B6. Eso es tirar dinero”, criticó. Y agregó: “Con materiales tolerantes, inoculación biológica y microbiología nativa, se pueden lograr resultados distintos”.
Luego explicitó que “En 1992 fue la primera vez que pasamos 10 toneladas por hectárea. En 2002, cosechamos 22.4 toneladas. Ahí fue cuando los chinos nos ofrecieron un reto: sembrar maíz. Ahí pasamos las 22.7 toneladas por hectárea. Fue entonces que llegaron propuestas para trabajar en millones de hectáreas en China”, comenzó Cruz su relato.
A lo que agregó el detalle que más lo enorgullece: “El récord mundial en China fue de 44.04 toneladas por hectárea. Si un productor lo puede hacer, otro lo puede superar”.
Fiel a su estilo frontal, Ernesto Cruz cerró su exposición con una frase que arrancó las sonrisas cómplices y también cierta incomodidad, cuando un periodista le dijo: Esto puede traer incomodidad en sectores como AAPRESID, ¿qué les dice?: “Con todo respeto y humildad, les digo: soy el récord mundial. Y lo que les digo no es para que se enojen, sino para que vean que el cielo es el límite. Si quieren subir rendimientos, tienen que hacer cosas diferentes”.
Cruz está en el país de manera intermitente desde hace poco más de dos años porque evalúa que hay grandes posibilidades de crecimiento y puso un ejemplo puntual. “Por un trabajo juntos, un amigo de Río Negro estaba en 8 toneladas por hectárea y soñaba con llegar a 15. Después de dos años, promedia 18 toneladas por hectárea. En Córdoba tenemos un caso parecido. Y aún tenemos muchas cosas por mejorar. Argentina tiene un gran potencial: podemos duplicar la producción”, remarcó.
Dejó en claro que cada pulgada cuadrada es diferente y que tienen que medir porque “lo que no se mide no se puede mejorar”. Al mismo tiempo, repasó qué desafíos afronta la industria: “Enfrentamos el cambio climático y perdemos millones de hectáreas cada año. Tenemos que adaptarnos a los climas que se van moviendo. En algún evento nos llueve 140 ml y tenemos que acomodarnos, pero también aparecen nuevas plagas y enfermedades. La revolución de la tecnología es clave. Tenemos que usar esas herramientas para tomar decisiones”.
Para cerrar, el agrónomo mexicano Ernesto Cruz puso el foco en el negocio. “En la agricultura tenemos nuevos paradigmas. Primero hay que entender que esto es un negocio y se mantiene con rentabilidad. Segundo, tenemos que tener calidad. La calidad es el secreto de la cantidad. El alto rendimiento es una serie de procesos y protocolos de mejora continua. Tiene que ver con ser un obsesivo con cada detalle de la producción. El costo que debemos reducir es el que corresponde a la tonelada producida, no el costo por hectárea”, concluyó el mexicano.
Cruz junto a productores argentinos
En su paso por la Argentina, Cruz también compartió en Suipacha, provincia de Buenos Aires, con productores agropecuarios, técnicos y empresas cómo lograr aumentar la producción a partir de la suma de pequeños detalles que llevan al alto rendimiento.
Más de 260 personas colmaron la Sociedad Rural de Suipacha para escuchar la exposición teórica de Cruz. Al día siguiente, alrededor de 170 asistentes se trasladaron al establecimiento “El Hogar” de La Alicia Agropecuaria, donde se vivió la experiencia a campo. Durante su disertación, Cruz fue contundente: “Mejorar el rendimiento es la suma de hacer muchas cosas bien”.
También destacó que los productores argentinos cuentan con suelos fértiles, con apenas algunas décadas de uso agrícola, a diferencia de otros países donde la tierra lleva miles de años cultivándose. “Esa condición coloca a la Argentina en una posición privilegiada para alcanzar altos rendimientos”, subrayó.
Con Suipacha como epicentro, el evento dejó un mensaje contundente: aumentar los rindes del maíz en Argentina es posible, y el camino hacia el alto rendimiento comienza en cada pequeño detalle. La visita de Cruz dejó en claro que el país tiene todo para liderar en productividad, siempre que logre integrar conocimiento, tecnología y pasión en cada etapa del cultivo.
Además de su paso por Suipacha, en este recorrido por la Argentina Ernesto Cruz visitó AIANBA de Pergamino (Asociación de Ingenieros Agrónomos del Norte de Buenos Aires), donde compartió un encuentro con profesionales.