La recientemente elegida para presidir la Sociedad Rural de Rosario (SRR), María Soledad Aramendi subrayó que “la mujer siempre trabajó en el campo, ahora ocupa más espacios de decisión”.
Además, expresó su preocupación por el futuro inmediato de la actividad agropecuaria. “El mundo subsidia la producción agropecuaria y en nuestro país se retiene. Hay que liberar trabas para que la gente pueda producir, generar condiciones para el trabajo privado. Eso genera independencia y desarrollo”, sostuvo.
En otro orden, se refirió a la política ganadera del gobierno nacional y respecto de las últimas decisiones relacionadas a la exportación expresó que “se supone que hay parte que se liberó, pero todavía tenemos que esperar a abril para ver qué pasa con la vaca de engorde. Necesitamos certezas y previsibilidad”.
¿La mujer está ganando espacios en el campo?
La mujer siempre trabajó en el campo, pero ahora es más visible, ocupa más espacios de decisión. También hay un cambio generacional. Cada día hay más mujeres en las universidades, ámbitos de Investigación y demás. Hoy, todavía es noticia cuando ocupamos un espacio de decisión, porque falta una evolución que creo, los jóvenes ya la hicieron.
Quizá se deba a que el trabajo en el campo está asociado a la fuerza física y eso hace al prejuicio de que es una labor masculina…
Sí, pero seamos realistas. A veces es un trabajo requiere fuerza física, pero el avance tecnológico permite manejarse de otra manera y hay muchas herramientas. Hombres y mujeres nos complementamos, el tema es como trabajar en equipo y no todo pasa por lo físico.
Hubo una nueva reunión entre el ministro de Agricultura y la Mesa de Enlace. ¿Cuál es tu análisis de las novedades en torno a la política ganadera?
Por un lado, se dio un poco mejor, pero necesitamos más certezas. Se supone que hay parte para las exportaciones que se liberó, pero todavía tenemos que esperar a abril para ver qué pasa con la vaca de engorde. Reitero, necesitamos certezas y previsibilidad. En una actividad como la ganadería, que es a largo plazo, la incertidumbre no va. Para abril veremos que se podrá exportar a nivel de vaca gorda, pero dentro del límite del 24%. Para el desarrollo real de la producción y del país, esos límites no deberían existir, porque una mayor producción lograría abastecer ampliamente el mercado interno y exportar. Cuantos más productos tenés, por una cuestión de oferta y demanda, los precios acá serían menores. También generaría mayor ingreso de divisas y trabajo. Para eso necesitamos políticas económicas productivas y de comercio acordes.
¿Cómo impactan las restricciones a la exportación, especialmente a China, en la actividad y el productor?
Muy mal, porque en realidad, las vacas viejas, que no se comen en la mesa de los argentinos, van a morir en el campo. A su vez, con la posibilidad de venta y exportación podía reinvertirse en animales nuevos y jóvenes. Se perdió rentabilidad porque ese animal viejo, que no se puede vender, muere en el campo. Ya tuvimos 10 años de políticas que cerraron las exportaciones de carne y sabemos que trajeron una pérdida de cabezas que no se ha recuperado. Cada día tenemos menos ganado y perdimos puestos de trabajo y arraigo, que genera la ganadería. Esto no es bueno para nadie, porque el producto no se acomoda así, limitando la producción y las exportaciones. Tiene que haber otra forma, no ésta exactamente. Los productos tienen un 40 o 50 % de impuestos y hay que ver cómo incide en toda la cadena, en la logística y en el precio final. Creo que hay mucho por cambiar, pero esta clase de políticas hacen muchísimo daño.
¿Se están reuniendo para resolver cuestiones como la cadena de valor y la logística?
No nos estamos reuniendo, pero ojalá la cadena lo hiciera para trabajar conjuntamente. Creo que para resolver la salida es por ahí. Pero no se está haciendo esos encuentros tan necesarios.
Da la impresión que hay reuniones aisladas. Con supermercadistas, frigoríficos, productores y no se logra articular…
Bueno, pero a veces es para el beneficio de algunos y no de todos. Se debería trabajar en pos del bien común. Vos mencionaste exactamente lo que se hace mal, que es trabajar y negociar aisladamente y así es como estamos en el país. La cadena tendría que trabajar junta, para hacer frente al gobierno de una forma constructiva. Pero creo que hay mezquindades por parte de todos. Cada uno arregla su problema cuando en realidad necesitas hacerlo en conjunto. Para que esas cosas ocurran necesitamos una sociedad y representantes políticos que actúen de esa forma.
¿Qué pasa con el mercado chino que dejó de recibir la carne argentina?
Todo mercado que se pierde es un espacio que ocupa otro. Es una regla básica, pero ahora se está pudiendo liberar lo que es la vaca a China. Con el cierre de exportaciones otros países como Paraguay, Uruguay y Brasil, han estado contentos porque era un espacio nuestro y lo ocuparon ellos.
En cuánto a la política de cereales, retenciones… ¿Qué panorama ves?
El tipo de cambio es pésimo, necesitamos que sea uno solo, porque la retención que tenemos del gobierno es mayor hasta por el tipo de cambio. Retenciones y tipo de cambio, suman muchísimo. El mundo subsidia la producción agropecuaria y en nuestro país se retiene. En ese sentido necesitamos políticas distintas. Hoy el campo invierte más allá de las condiciones adversas y la incertidumbre. Hay precios altos y parece que es un aliciente, pero en realidad son migajas. Se está perdiendo muchísimo de lo que en realidad habría que ganar. Sabemos que esa ganancia de lo que se invierte no se llega a producir. Cuando te cambian las reglas del juego permanentemente, no se puede hacer una reposición de animales… hay problemas de insumos en el país. Se necesitan políticas para tener previsibilidad y trabajar a largo plazo. Ojalá los políticos actúen a la altura de las circunstancias. Creo que a nivel del campo tenemos que generar representantes políticos. Mientras tanto, guiar a los legisladores provinciales y nacionales para lograr las políticas públicas necesarias.
¿Cómo se financian los productores rurales? ¿Tienen acceso a créditos?
Han ofrecido ahora para la ganadería, pero en el nivel de agricultura, si tenés cereal acopiado, no hay créditos. Eso es extremadamente adverso, no corresponde, es pésimo. Si tenés más de un 5% del cereal producido, no te dan acceso al crédito con tasas un poco más bajas para la producción. El campo invierte mucho para producir, está muy limitado. Es otro de los problemas.
El consumo de carne sigue cayendo. ¿Cómo crees que podría facilitarse el acceso del consumidor final sin que el productor pierda rentabilidad?
Primero hay que dejar de emitir. Necesitamos generar trabajo genuino. Además, otro problema es que el peso argentino no vale. La carne lleva años para producirse. Hay que liberar trabas para que la gente pueda producir, generar condiciones para el trabajo privado. Eso genera independencia y desarrollo.
¿Qué expectativas te despierta el 2022?
Veo un panorama duro. Se necesita que la gente pueda trabajar, que se liberen cupos y créditos para producir. A nivel de energías renovables, ir desarrollando eso como objetivo. Hay mucho por hacer para bien, para el desarrollo de todos. Hay que involucrarse y participar, todos los problemas primero pasan por el ámbito inmediato, luego por los estamentos provinciales y nacionales. El campo tiene que entender que debe generar ese poder político y económico. Más allá del buen trabajo de la Mesa de Enlace, se necesitan representantes políticos, como ocurre en Brasil.
¿Es momento de un cambio de perspectiva?
Necesitamos un cambio de mentalidad, tanto de los productores como de los ciudadanos en general, para lograr las políticas públicas. Involucrarse y participar. Y es necesario comunicar, acercar el campo a la ciudad. Hay políticas que tergiversan la verdad, entonces se necesita informar y educar con la verdad. Simplemente mostrar que el campo debe trabajar con las buenas prácticas agrícolas y ganaderas, que es un polo de trabajo, de desarrollo industrial y económico. El campo produce los alimentos de la mesa de los argentinos y tenemos un país con las mejores condiciones. En esta región tenemos el Río Paraná, con agua dulce, que se podría extender el área agrícola productiva para satisfacer la demanda interna y ser el supermercado del mundo. Fuente: serindustria.com.ar