Elecciones 2023: ¿Qué dicen los informes secretos de los 3 candidatos?

Los informes secretos del PJ para dar vuelta la elección y el plan libertario para ganar en primera vuelta.

Seis votos por mesa. Esa es la diferencia que quedó entre el espacio ganador de las PASO, la Libertad Avanza, y el que salió tercero, Unión por la Patria. El dato surge de un trabajo realizado por el politólogo y dirigente peronista Pablo Salinas, que intenta explicar lo abierta que está la elección.

“Es un error evaluar las elecciones en relación con el porcentaje. Más cuando de acuerdo con el escrutinio definitivo entre el primero y el tercero sólo hay una diferencia de 633.202 votos”, explica el paper reservado al que tuvo acceso A24.com y del que tomaron nota desde distintos sectores del peronismo.

“Para tomar dimensión de lo ajustado de las elecciones generales se puede recurrir a una cuenta simple que permite observarlo con más cercanía: en total hubo 104.577 mesas electorales en todo el país; eso significa que el tercero del primero está a solo 6 votos por urna”, dice.

Un cálculo similar se podría hacer con Patricia Bullrich. Juntos por el Cambio sacó 456.303 votos menos que Milei (sumando sus dos candidatos). Apenas 4 votos por urna.

“En otras palabras y en términos del barrio, el ingreso al balotaje con tan exigua diferencia de votos está para cualquiera”, sintetiza Salinas. Importantes intendentes del conurbano están revisando el padrón mesa por mesa para ver cómo recuperar el terreno perdido.

«El mejor escenario posible»

En el peronismo hay optimismo. Otro informe clave que llegó directamente al despacho de Sergio Massa en Economía coincide en que el escenario es el “mejor posible” para un candidato que cuando asumió no tenía expectativas de nada: hoy sienten que son competitivos para entrar en el balotaje y que las chances de Massa ascienden. No importa si es verdad o no. Es parte del microclima.

De acuerdo con el trabajo -realizado por un especialista de máxima confianza de Massa- Javier Milei habría tenido en las primeras semanas pos-PASO un aumento en su intención de voto de alrededor del 5%. No alcanza para ganar en primera vuelta. Alivio en el massismo.

El mismo sondeo muestra un crecimiento de Massa de un 5% a título individual. Esto es básicamente que logró sumar los votos de Grabois.

El paper muestra un constante “desinfle” de Patricia Bullrich, que no logra sumar los votos de Horacio Rodríguez Larreta. “Perdió votos de adultos mayores y clase media con la misma disparidad mencionada en los otros candidatos”, dice. Quizás la mayor novedad de este trabajo es que hay una “alta seguridad en el voto”, lo que implica que la transferencia de votantes será marginal. Traducción: muy poca gente tiene previsto cambiar su voto. El mismo informe plantea que entre los ausentes -si se acercan a votar- la distribución va a ser uniforme también.

“No es problema de afiches, pintadas pasacalles o más Volantes. Ganó Milei sin que lo viéramos en la vía pública. Necesitamos mayor profundidad en la creación de contenidos creativos e interpelando a los electores enojados vía redes sociales”, dice el trabajo. En el oficialismo calculan que un 14% de los votantes de Milei (equivale a 4,2% del total) son votantes tradicionales del peronismo. ¿Cómo llegar a esos votantes es uno de los desafíos?

La revancha de la casta

Mientras los laboratorios electorales y de la comunicación hacen sus análisis de opinión pública, desde el peronismo en el territorio hacen otro cálculo.

La candidatura de Milei fue apoyada desde el PJ para sacarle votos a Juntos por el Cambio. De hecho, en muchos casos las listas de Milei fueron llenadas con dirigentes que provenían del propio peronismo. Los lazos con el massismo son quizás más extensos de lo que se pueda suponer.

En estos días trascendió que candidatos locales en San Antonio de Areco eran dirigentes del peronismo; se bajaron. También en Santiago del Estero los candidatos de Milei se bajaron por orden de Gerardo Zamora, gobernador de la provincia; ahí no se mueve nada sin su aval.

La idea era que la candidatura de Milei funcionara como un “espejo” para restarle votos a la principal oposición, encarnada por Patricia Bullirch. Pero algo se fue de cauce. “Nos sobregiramos, nos pasamos de rosca”, cuenta una funcionaria con responsabilidades en la campaña. Esta claro que Milei fue una sorpresa para todos.

A nadie le escapaba de que andaba muy bien en el segmento de jóvenes varones. El problema es que Milei ganó en todos los segmentos y provincias. Esto no podría haber pasado -según analizan en sectores del peronismo- sin la displicencia de los gobernadores.

Va un ejemplo:

En Formosa, Unión por la Patria sacó el 46% de los votos; el gobernador Gildo Insfrán, en su propia elección en junio, había sacado el 71%. Es cierto que ahora Insfrán no era candidato. ¿Pero cómo le fue al peronismo en otras presidenciales en su provincia?

*En 2019, el peronismo sacó 66%.
*2015: 61%
*2011: 70%
*2007: 74%
*2003: 76% (sumando los tres candidatos)

Incluso en las legislativas de 2021 sacó 57% en medio de toda la discusión por la pandemia. ¿Cómo es posible que Unión por la Patria haya sacado ahora menos del 50%?

Cada punto extra en Formosa son 4700 votos. Si se calcula que Unión por la Patria quedó 20 puntos debajo de su histórico, estamos hablando de 95.000 votos solamente en una provincia chica.

Al principio de la nota contábamos que UP necesita sumar 600.000 votos. Si solo en Formosa recupera 100.000, no parece ser una hazaña imposible.

Pero veamos otros ejemplos:

*En la Rioja UP, sacó 40.000 votos menos que en mayo, cuando el gobernador Quintela ganó con el 50%.

*En Salta, 200.000 menos que en la provincial en que ganó Gustavo Sáenz (337.621 votos contra los 155.837 de agosto).

*En Tucumán, 300.000 votos menos que en la provincia, donde ganó Osvaldo Jaldo (pasó de 612.862 en la provincia a 313.085 en la nacional).

Y así podríamos seguir. ¿Todos esos votos de los gobernadores que no fueron para el peronismo son recuperables? No. Pero son provincias donde el peso del aparato es realmente muy fuerte. Es cierto que son elecciones distintas y que el candidato es otro. Sin embargo, es difícil pensar que no se pueda recuperar una parte. Solo con la mitad de los votos perdidos de esas provincias, el peronismo descontaría 400.000 votos.

En eso están trabajando en todo el PJ. La muestra de movilización del sábado en Tucumán es un mensaje hacia adentro. En las PASO no se jugaba nada. Ahora, no solamente se juegan los votos del candidato presidencial, sino que cada uno de los gobernadores necesita garantizar su representación en el Congreso: los diputados y senadores que van a tener que negociar fondos con el próximo gobierno sea del color que fuera. Van a estar obligados a jugar.

¿Pero no pueden repartir la boleta cortada? En el vértice del comando de campaña que une al kirchnerismo y al massismo creen que no hay margen para eso. “Es un fenómeno marginal de dos o tres puntos que te puede hacer ganar o perder una elección. Pero acá estamos hablando de una diferencia de 20 puntos en algunas provincias que podemos achicar”, responden.

“Acá no se juega solamente la presidencia de Massa. La casta entera tiene que garantizar su suspervivencia y todo el aparato va a mover para eso”, dicen desde Unión por la Patria. Algunos imaginan incluso a otros partidos políticos ayudando; especialmente a radicales disconformes con el rumbo que adquirió Juntos por el Cambio.

Javier Milei y el efecto Menem 2003

En la Libertad Avanza siguen viviendo su sueño dorado. Creen que pueden ganar en primera vuelta y que no les entran las balas. Se necesita sacar más del 40% y más de 10 de diferencia con el segundo para zafar del balotaje.

Algunos -más realistas- saben que ese número es imposible. Pero sueñan con que, si la diferencia es demasiado grande, Sergio Massa se termine bajando como pasó con Menem en 2003. “Va a tener la presión de la gente para no competir si tiene 8 puntos de diferencia con Milei”, dice un importante dirigente del espacio. Es un hombre con amplia experiencia política.

Y se sincera: “Hay muy poco de ideología liberal en las listas. La Libertad Avanza no es un partido político porque no hay conductor. Es un rejunte detrás de un líder que te empuja los votos”.

Lo dice quizás con un poco de susto. Por eso cree que si Massa se baja ayudaría a que Milei tenga tiempo para armar su gabinete. Ciencia ficción. En el peronismo ironizan sobre esta situación. “Faltan 45 días para la elección y su candidato está completamente desequilibrado. Puede pasar cualquier cosa”. Algunos en La Libertad Avanza coinciden con el análisis.

Las dudas de Patricia

Patricia Bullrich aparece como desdibujada. Casi que compró el relato de que ella es la “segunda marca de Milei”.

Esta semana apareció en un programa de TN hablando de que iba a proponer una «una filosofía muy interesante»: «Vamos a armar un sistema que ponga el foco en el ser humano», planteó sin mayores precisiones. Raro para alguien que hace un mes proponía barrer con los piqueteros y defender el cambio en las calles.

Un dato: nunca en la historia argentina un candidato ganó proponiendo ir “por el camino del medio”. No queda claro cuál es entonces la estrategia de Bullrich.

Más difícil de entender todavía es la postura de Horacio Rodríguez Larreta: sigue publicando en redes como si fuera candidato.

Juntos por el Cambio tiene el problema de que se quedó sin relato. Circular siempre por los mismos canales de TV dejó de darles resultado. Y tampoco logran tener una estrategia en redes sociales.

Un informe de la consultora Ad-hoc muestra las dificultades que tiene Juntos por el Cambio para penetrar entre los jóvenes. Las seis últimas publicaciones de Milei en Tik Tok antes de las PASO tuvieron casi 20 millones de reproducciones. Las de Massa y Bullrich no superaron las 200.000.

“La agenda de JxC en Tik Tok luce envejecida. Dejó de ser el espacio disruptivo e innovador en su comunicación, frente a un Milei que fideliza a sus replicadores en distintas redes y genera contenidos que atraen a las nuevas generaciones de votantes”, dice el trabajo.

“Muchos de los que votaron a Milei quieren el cambio. A medida que avance la campaña se va a saber que ese voto es un salto al vacío. Esto es una maratón y no una carrera de 100 metros”, dicen en el comando de campaña de Bullrich.

Una encuesta de la consultora Opinaia le preguntó a la gente cuándo decidió su voto de las PASO. El 14% lo definió en la última semana y un 13%, en el cuarto oscuro. En total un 27%.

Esos votantes difícilmente sean tan estables como supone la mayoría de los análisis. Por eso para Milei, Massa y Bullrich queda un largo camino que recorrer.

La pelota está en el aire. Lo único claro es que «la casta», como dice Milei, tiene pensado resistir.

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