De acuerdo a un informe del Consorcio de Exportadores de Carnes ABC, se faenó un 12% más que hace un año. Y entre enero y mayo, la industria procesó un total de 6 millones de cabezas, con novillitos y vacas como principales categorías que impulsaron el trabajo en los frigoríficos.
Entre enero y mayo, la faena vacuna aumentó un 12% interanual. En paralelo, la faena de hembras registró un leve incremento durante el período analizado, al pasar de un 47,3% al 48,3% del total procesado por la industria.
De este modo, en los primeros cinco meses de 2023, se remitieron a faena casi 370.000 más que en el mismo periodo del año anterior.
Si bien las lluvias alcanzaron a todo el mapa productivo argentina, su impacto todavía sigue presente en la ganadería. De este modo, el incremento en la faena no se origina a partir de una mayor presión por parte de la demanda, sino por la salida anticipada de hacienda de los campos, a partir de la menor disponibilidad forrajera.
Los efectos de esta situación, por el momento no exhiben signos de revertir cuestiones como la mayor participación de hembras en la faena y menor peso de la res que sale de los frigoríficos.
De este modo, la misma sequía que fue un enemigo para las intenciones del Gobierno de acumular dólares puede pasar a convertirse en un aliado en la lucha contra la inflación, habida cuenta de que el aumento de la faena y de los kilos disponibles para consumo mantiene a raya los precios a costa de un perjuicio contra el productor.
Categorías
Esta mayor producción de carne estuvo impulsada por novillitos y novillos, con una participación que aumentó un 9,1% interanual. En el global, estas categorías aportaron 751.000 toneladas, mientras que los toros sumaron 28.800 toneladas.
Por el lado de la disponibilidad de carne de vaca, su disponibilidad creció un 17,1% con respecto a los primeros cinco meses de 2022 y sumaron 2.275.400 toneladas al circuito productivo. La producción de carne de vaquillonas creció un 8% y generó un total de 302.500 toneladas.